Uno de los grandes dramaturgos de la literatura española de todos los tiempos es el madrileño Jacinto Benavente, Premio Nobel de Literatura en el año 1922. Un escritor que no solo se ha convertido en referente para generaciones siguientes sino que nos ha permitido a los lectores disfrutar de obras de incalculable valor y calidad.
Su bibliografía es amplísima. No obstante, eso no quita para que haya algunas de sus creaciones que son las más recomendadas por su historia, por la manera de tejer la trama, por la particularidad de sus personajes o por su innegable atractivo. Nos estamos refiriendo a algunas como estas:
El nido ajeno
En el año 1894 fue cuando se estrenó esta obra de teatro que viene a hablar del amor fraternal, de los celos y de la confianza. Y lo hace a través del relato de dos hermanos, José Luis y Manuel, que siempre se han llevado bien, pero que, en un momento determinado, dejan de hablarse.
Uno de ellos es el que decide dejar de relacionarse con el otro porque sospecha que este está teniendo algo con su mujer. No obstante, a pesar de lo duro que es afrontar que un hermano piense así de uno, el inocente le demostrará al otro que está equivocado por completo. Y no solo eso, también le hará descubrir que en el pasado quien fuera su padre vivió algo similar con su mejor amigo.
Rosas de otoño
Una intrincada red de amores y deseos en el seno de una familia es la que se convierte en leit-movit de esta obra teatral de Jacinto Benavente, estrenada en 1905. Un matrimonio formado por Isabel y Gonzalo son el nexo de unión de los demás personajes. Y es que la esposa sospecha que su marido ha puesto los ojos en otra fémina, en Josefina. Sin embargo, esta, a su vez, también ha logrado despertar el deseo de otro hombre. En concreto, ha suscitado el interés de Pepe, que es yerno de Gonzalo, ya que está casado con la primera hija de ese.
Una situación que será aprovechada por la mencionada mujer “objeto de deseo” que no dudará en llevar a cabo chantajes y acciones de todo tipo. Pero las esposas no estarán dispuestas a dejarle el camino libre.
Al amor hay que mandarlo al colegio
Aunque quizás no es de las obras más conocidas del autor que nos ocupa, merece la pena disfrutar de la misma. Se trata de un trabajo teatral estrenado en el año 1950 y que viene a hablar del amor, del desamor, de las apariencias…
Todo eso lo hace a través de los personajes de Florencio y Victorina. Forman un matrimonio que está roto por completo, pero, en un momento determinado, decidirán fingir que se han reconciliado. Lo harán por un objetivo concreto: convencer a la hermana de uno de ellos para que se case con el que es su novio de toda la vida.
¿Conseguirán su propósito?
Anímate a pasar un rato entretenido y a ir más allá de la apariencia con estas obras teatrales de Benavente.
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