Las obras más significativas de Jonathan Swift

Uno de los escritores irlandeses más importantes de la historia de la Literatura es, sin ningún tipo de dudas, Jonathan Swift (1667 – 1745). Y es que él, caracterizado por su marcado aire satírico y su ingeniosa manera de criticar la sociedad en la que vivía, llevó a cabo la creación de una serie de obras que hoy son un auténtico referente.

Si aún no has procedido a leer nada de él, no dudes en comenzar por estos libros:

Historia de una barrica. 1704 fue el año elegido por dicha pluma para acometer la publicación de este trabajo, que destaca por su humor, acidez e ingenio.

En concreto, la trama gira en torno a la figura de tres hermanos (Peter, Martin y Jack) que reciben como herencia de su padre una capa para cada uno. Así, se establece en el testamento, donde queda perfectamente claro que no se pueden cambiar dicha prenda. Sin embargo, los jóvenes no acataran esa norma y, en base a las compañías que vayan teniendo y a las personas que van conociendo, no sólo las intercambiarán sino que las irán modificando.

Esta singular historia es la que sirve para que el autor realice un recorrido por la fe y por distintas iglesias (católica, protestante e iglesia luterana de Inglaterra) que se representan a través de cada uno de los hijos. De esta manera, ellos y sus prendas heredadas vienen a servir para analizar los avatares a los que tienen que hacer frente las religiones, las pruebas que deben superar o los enfrentamientos que poseen entre sí.

Los viajes de Gulliver. 1726 fue, por su parte, el año elegido por Jonathan Swift para publicar este libro que es el más conocido y afamado de su bibliografía, ya que se ha convertido en un clásico de la literatura de todos los tiempos.

Una clara crítica a la sociedad y a los valores que ella tiene es esta novela de aventuras, que toma como protagonista a Gulliver, un capitán de barco que nos acerca a varias de las vicisitudes más interesantes que ha vivido durante su carrera.

Así, por un lado, narra el naufragio que le llevó a ir a parar a una isla llamada Lilliput donde viven seres humanos diminutos, de no más de quince centímetros de altura. Por otro, también conoce Brobdingnang, un recóndito lugar donde los habitantes son gigantes.

Laputa, Balnibarbi, Glubbdubrib y Luggnagg son otros de los enclaves a los que también llegará el protagonista en su barco y que le permitirán conocer otras formas de entender la vida y otros personajes tales como magos, fantasmas, seres inmortales…

Una modesta proposición. Un ensayo satírico no entendido en su momento pero que se convierte en una narración contundente contra la situación que vivían los campesinos irlandeses es este, que fue publicado en 1729.

En él lo que hace el autor es proponer una solución a la compleja vida de los agricultores y ganaderos, “ahogados” por las condiciones de los terratenientes. En concreto, expone que los primeros deben vender a sus hijos a los propietarios para que estos se los coman.