Hablar del teatro español y especialmente del andaluz supone hacer referencia de manera obligada a los sevillanos hermanos Álvarez Quintero. Y es que ellos, Serafín y Joaquín, consiguieron darle una vuelta de tuerca a la dramaturgia, no sólo apostando por el costumbrismo sino también otorgándole la importancia que se merecía al dialecto de Andalucía.
Tanto el drama como la comedia fueron protagonistas de las obras de estos autores. No obstante, en este caso, queremos centrarnos en los trabajos que más hicieron reír al público y que hoy lo siguen haciendo, ya que continúan representándose por los escenarios de España.
En concreto, estas fueron las obras más divertidas que salieron de las plumas de estos hispalenses:
Sábado sin sol. En el año 1912 fue cuando se estrenó esta comedia que se sitúa en un pequeño andaluz. En él es donde vive la protagonista, Florita, que es una joven muy guapa pero que no consigue encontrar novio a pesar de estar en edad de casarse.
Por ello, decidirá arreglarse y sentarse en la puerta de su casa, para que sus pretendientes vayan pasando para intentar conquistarla. Esta situación dará lugar a que aparezcan hombres de lo más variopinto, que en muchos casos sólo despiertan risas. Pero lo más importante es: ¿logrará la muchacha dar con su galán?
Sangre Gorda. Una de las obras teatrales de los hermanos Álvarez Quintero más representadas a lo largo de los años es esta que gira sobre el amor.
Concretamente son dos los personajes que toman protagonismo en la comedia. Por un lado, está Santiago, un hombre muy tranquilo y relajado. Por otro lado, se encuentra Candelita, una joven muy vivaracha y con muchísima energía a la que él lleva cortejando durante al menos dos años.
Esa situación de parsimonia del caballero, que a pesar del tiempo aún no se ha declarado como tal, hace que ella tome cartas en el asunto. Lo que hará será utilizar al novio de su hermana como su propio pretendiente, despertando así los celos de Santiago.
De esta manera, ante la creencia de que puede perder a Candelita, no sólo sacará todo el carácter que tiene sino que además no dudará en pedirle matrimonio.
Ganas de reñir. Un entremés es esta obra teatral que se ha convertido en una de las más divertidas de cuantas conforman la bibliografía de estos hermanos sevillanos.
En ella se nos acerca a las complicadas relaciones entre hombres y mujeres y a cómo sus maneras de entender la vida hacen que choquen continuamente.
Todo aquello lo plantea a través de la figura de una pareja de novios. Ella es Martirio, una guapa joven hija del dueño de una imprenta, y él es un fotógrafo que siente auténtica veneración por su chica.
La acción arranca cuando ella le espera sentada en la puerta de la casa, pues el muchacho tiene previsto visitarla. Ese encuentro podría suponerse que va a ser feliz y relajado, pero lo que él no sabe es que Martirio se ha levantado con ganas de reñir, por lo que cualquier cosa que su novio haga será criticado y malentendido por ella.
Todo ello dará lugar a una serie de situaciones de lo más divertidas, que a cualquier lector o espectador, según sea el caso, le arranca carcajadas.
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