Arthur C. Clarke fue un reconocido científico inglés que además de escribir numerosos ensayos de divulgación científica dio rienda suelta a su imaginación en novelas que supieron combinar maravillosamente los descubrimientos científicos con la ficción. Hoy, en el desván de los libros perdidos quiero recomendarles una de sus obras cumbre, «2001: Odisea espacial», una novela de ciencia ficción de esas que te cambian la vida.
Un monolito que cambiaría la historia
«2001: Odisea espacial» también conocida como «2001: Una odisea en el espacio» es una novela que trata el tema de la evolución humana desde sus comienzos hasta la invención de las máquinas inteligentes. La necesidad de sobrevivir, la intención de conquistar territorios más lejanos que la propia tierra y la sed de conocimiento, son algunas de las motivaciones de los protagonistas de esta historia.
La historia comienza en la llanura africana en el período previo a la hominización. Un grupo de homínidos descubre un monolito que comienza a provocar en ellos comportamientos extraños (avanzados podríamos decir) y los empuja a cambiar sus necesidades y a evolucionar. Sin que casi nos demos cuenta pasa el tiempo y viajamos al 2001 y vemos al Doctor Heywood Floyd que prepara una expedición a la Luna junto a un grupo de científicos sumamente cualificados y un megaordenador llamado «Hal». Pero este viaje cambiará el rumbo de la historia de la humanidad para siempre, y quizá la de todo el sistema solar. Y no diré más. ¡Tienen que leerlo!
El monolito que encuentran esas primeras criaturas será un elemento que reincidirá y conectará todos los hechos de la novela; el autor sugiere la posibilidad de que otra civilización más poderosa, inteligente y sabia que la nuestra haya elaborado un plan para cambiar las tornas de la vida sobre nuestro planeta y a lo largo de la historia nos da indicios que pueden ayudarnos a reconstruir el hueco que la historia y la ciencia no han sabido llenar.
En todo momento nos encontramos con que este elemento simbólico para los humanos no sólo es un objeto místico con una gran carga cultural para la especie sino que hay mucho más. Con el deseo de conocer su origen y de comprender su significado más profundo, a lo largo de la novela numerosos científicos han estado indagando en él, en su aparición, en los cambios en el mundo desde su descubrimiento. Y ese es el tejido más importante de esta trama, el que conectará los hechos y nos llevará a sentirnos atrapados de un instante al siguiente durante toda la lectura.
La ciencia ficción en Clarke
Como lo ha hecho en todas sus obras, Clarke nos va llevando por el puente de una narración fluida y entretenida a reflexionar en torno al accionar de nuestra especie y sobre las razones que la han llevado desde los comienzos de los tiempos a adelantarse a las propias circunstancias y construir sobre lo desconocido. Se vale para ello de dos hitos en la historia de la humanidad: la invención de las herramientas y el proceso de hominización en los comienzos y la creación de los ordenadores con el afán de extender las propias capacidades utilizando artilugios electrónicos, en los tiempos más cercanos.
A lo largo del libro el autor hace hincapié en cómo esa necesidad de sobrevivir ha ido transformándose dependiendo del tiempo y las circunstancias y así como muchas veces llevó al ser humano a mejorar su vida en ocasiones le trajo consecuencias negativas que podrían haberse evitado. De algún modo, Clarke quiere demostrarnos por qué lo que para el ser humano es su mayor virtud también puede llegar a convertirse en su punto débil y en su herramienta de autodestrucción.
«2001. Odisea espacial» es una de la grandes novelas de Clarke, la que le valió una potente fama y de la que Stanley Kubrick realizó la película homónima. De hecho, sólo es la primera de una saga dividida en cuatro partes, cuya última entrega «3001: Odisea Final» ha sido llevada al cine por el famosísimo director (que también hace las veces de productor en este emprendimiento) Riddley Scott.
El resto de los libros se llaman «2010: Odisea dos», y «2061: Odisea tres» y aunque es muy recomendable leer toda la saga para hacerse una idea completa de la historia, el buen trabajo de Clarke permite leer cada historia como si se tratase de un libro independiente, pudiendo comprender perfectamente la trama sin necesidad de haber leído las entregas anteriores. Aunque, por supuesto, si ya las hemos leído encontraremos muchas conexiones, guiños, y esos hallazgos que a los lectores nos hacen sonreír y sentir cariño por nuestros autores predilectos.
Así que ya lo saben, es este otro libro que no deben dejar de leer y uno más que hemos rescatado de nuestro desván de los libros perdidos que, con el correr de los años (ya llevamos dos con estas entregas) se ha convertido más en un ciclo de recomendaciones y referencias que simplemente el rescate de obras olvidadas. ¡Espero que estén disfrutando!
Comentarios1
Recuerdo perfectamente la primera película. Me encantó. Pero reconozco que no he leído ninguna de sus novelas. Habrá que ponerse las pilas, jejeje. Un abrazo, Tes.
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