Me mueve la buena fe

 

A veces viene cayendo en el buzón de mi casa el llamado "último aviso", que hace una picante relación con el atraso en el pago de la energía eléctrica, el agua, el teléfono. Cierto es que en numerosas ocasiones no llega el primer aviso, sino el último, vaya uno a saber por qué razón; lo más probable es que este ...

Adiós a los manuscritos

 

La era tecnológica, que corresponde a un tiempo de apremios, en que los escritores se sientan frente a su computadora y van tramando el hilo de su creación poética y plasmando, quizás, los versos mejores de alguna mañana de inspiración, ha dejado atrás la poesía escrita con bolígrafo en papeles, y las cartas de amor sobre las que se inclinaban ...

Buena junta

Hay gente que te contagia, ¡ay!, felicidad de felicidades, su amor apasionado por la vida, por el trabajo, pues su manera de ser es el reflejo más patente de la salud anímica. Busquemos la sombra de esa persona para darnos un refrigerio de sabiduría, y entender finalmente que la existencia tiene un sentido supremo y valioso para cada cual cuando se hace la tarea diaria con genuina entrega. ...

Recién nacidas

Entonces ocurre que la vida transcurre y las cosas no están bien. No nos sentimos como se sienten muchas mujeres a quienes admiramos, quizás, secretamente. Hubiéramos deseado exhalar un aire de paz, pero nuestra condición de personas inquietas, nerviosas y apresuradas, no nos permite esa libertad, esa ejecución gloriosa de los pulmones. En el fondo, somos prisioneras de nosotras mismas. Claro que todo ser humano vive en prisión, ...

El bien mayor

 

La salud es el bien mayor. Cuando estamos enfermos, la vida misma tiene no sé qué de insania. Los árboles que antes se nos presentaban vistosos, moviendo sus grandes hojas como aspas, caen en un silbido lamentoso que nos va estrujando el alma. No gastamos bromas a los demás como cuando respirábamos bien, dábamos pasos seguros y estábamos ...

Escribir en el límite

 

Reinaldo Arenas, escritor cubano disidente, debía escribir en la más absoluta clandestinidad. Su espíritu y su cuerpo estaban ya minados por un sentimiento no solamente de desarraigo (tuvo que mandarse a vivir a Nueva York), sino de dolor que trepaba por sus vértebras. Su aspiración era que sus cartas, el relato descarnado de su vida, que eran enviadas ...