Novena entrega exclusiva del poemario Un amor que palpita solitario de Teresa Domingo Català.
EN SILENCIO, LOS NOMBRES
Ya descansa tu voz en mi almohada
y tus piernas me prenden la cintura,
buscas en mí la senda de la hondura,
el sinuoso camino de la entrada.
Dentro de mí la danza secuestrada
va cobrando la forma, la figura,
de esa noche que es toda noche oscura,
de ese día, con fiebre engalanada.
Llega el fiero momento de ...
Desde que el mundo es mundo, la palabra del hombre ha estado sometida al juicio de los demás.
Las muchas epístolas o cartas que dan soplo y vida al Nuevo Testamento, fueron escritas por San Pablo. Las epístolas a los Colosenses hallaron inspiración estando San Pablo, uno de los más eminentes hombres de la doctrina cristiana, en prisión.
Era contra la ley leer la Biblia, inicialmente. Además, ...
¿Para qué sirven los poetas? Muchas personas, muchos intelectuales de calibre, han lanzado esta pregunta a lo largo de la historia.
Tiempo atrás, en la España del siglo XIX, la incursión de la mujer en la poesía era, todavía, despreciada. Se consideraba que la poesía no era asunto de las damas, pues ellas hacían mejor papel dentro de la sociedad, y de la casa, bordando o mostrando ...
Octava entrega exclusiva del poemario Un amor que palpita solitario de Teresa Domingo Català.
LA LUMBRE
Acaricias la tierra de mi vientre
con un trazo volátil, mensajero,
y traes en tus manos la cadencia,
el olor de mis muslos al abrirse.
Hueles a mí, prendido de la vela
que está encendida en medio de mi pubis,
mientras la lumbre quema nuestras pieles
en un rapto solar, un nido ardiendo.
Deprisa, que no puedo contenerme,
adelante, traspasa mis fronteras,
tápame con ...
Íbamos mis vecinos y yo al cementerio, a menudo, durante la siesta.
En casa ya sabían que si estaba ausente, andaba por el camposanto, y se quedaban lo más tranquilos.
Si pudiéramos profanar las tumbas, lo haríamos, pues se hallaba en nuestra naturaleza el hábito salvaje. No éramos más superiores, finalmente, que los gatos monteses.
Pero los panteones estaban a salvo de nuestros ...
Yo solía tener un diario. La necesidad de escribir mis abismos sin fondo me vino después de leer el diario de Ana Frank.
A veces, nada de cuanto me pasaba, anotaba. Insistía sobre cuanto deseaba que me pasara. Por ejemplo: “Estábamos mi primo y yo sentados sobre un viejo tronco de mango. La paloma le daba al palomo el pico en lo alto de un ...