«Pan» de José Viñals —Editorial Pre-textos—

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«Pan» de José Viñals —Editorial Pre-textos—Pocas lecturas me han resultado tan placenteras y jugosas en estos años como el último poemario que ha llegado a mis manos de parte de Editorial Pre-textos. «Tenés que leerlo; es asombroso», me dijo Andrés Neuman. No se equivocaba: fiarte de las lecturas de tus maestros literarios me parece una de las mejores formas de crecer; eso pienso y eso me llevó a este libro.

Pan es un poemario que parece escrito desde el asombro y el deseo de vivir. Detrás hay un poeta capaz de anteponerse a las barreras lingüísticas y escribir desde ese punto en el que cabe preguntarse qué significan las palabras; esa frontera en la que es necesario resignificarlas. José Viñals nos ofrece un librito lleno de ternura y de dolor con una poesía que se nutre de colores, de extranjería y de cotidianidad. La destreza con la que es capaz de pasar de un tema profundo a uno superfluo y de enlazar lo escatológico con lo espiritual me ha resultado fascinante: darle a la poesía lo que es de la poesía, la esencia de la vida, llenarla de naturaleza y de magia.

Cuando toca presentar a un autor ponemos en primer lugar su país de nacimiento, ¿por qué? Me parece tan rudimentario e impreciso que intento negarme; aunque en este caso hay que hablar del vientre del que parte tan contundente voz poética: el universo natural argentino, que no la poesía, en la que encontramos más un enraizamiento con poetas franceses como Brecht y de ciertos usos de la poesía de Machado y Juan Ramón Jiménez. Los lazos invisibles que se trazan entre las tierras que se convierten en patrias determinan una buena parte de las andaduras poéticas universales, y no es Viñals la excepción. No voy a escribir una biografía porque sinceramente creo que este poemario sabrá hablar mejor que los biógrafos, (de paso aprovecho para lamentar lo poco que han sabido ocuparse éstos de Viñals). Así que, sin más preámbulos, paso directamente a presentar los puntos que más llamaron mi atención de este poemario, que les recomiendo leer por sobre todas las cosas.

El instante del poema

Para construir un buen poema se necesita algo más que talento; los que escribimos lo sabemos bien. Una predisposición a las letras y, en particular a las rimas, no es excusa suficiente para conseguir nuestro objetivo. E incluso si logramos unos buenos versos, nos falta lo más importante: que nuestra idea trascienda más allá del papel. Y es que escribir un buen poema no nos asegura dotarlo de autenticidad. Hay muy buenos poemas que procuran ser renovadores pero se quedan en el deseo, mientras que otros que carecen de intencionalidad revolucionaria terminan convirtiéndose en banderas ineludibles para los que deseamos hacer del lenguaje una plastilina con la que construir y, en la medida de lo posible, cambiar el mundo. Leer a Rimbaud e inspirarse tampoco alcanza; también sabemos de eso los poetas. Una de las cosas que siempre he querido entender es qué vuelve a un poema auténtico o revolucionario. Hoy pienso que, quizá, leer Pan sea una buena forma de acercarse a la respuesta.

Lo más relevante de Viñals en este libro es haber conseguido que cada poema comulgue con el presente. Lograr que un verso con objetivos trascendentales y anacrónicos se encuentre enlazado al instante en que fue escrito: eso me parece sinceramente revolucionario y auténtico. Y contra eso no hay estructura o corriente poética que valga. Y la evidencia de eso es, podría decirse, la repetición de la fórmula «Acabo de ver«: una frase que se teje como un nexo entre los poemas, que los divide, los trae hacia el presente y dota al libro de legitimidad y de presente.

«Pan» de José Viñals —Editorial Pre-textos—

Extranjería y lenguaje

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Para Viñals la poesía no está vinculada con la literatura, sino con el espíritu; con la atención de una persona para observar y traducir lo que recibe en esas voces que están constantemente hablándonos. Así, nace en él una poesía absolutamente espiritual, pero ¡ojo! de ninguna manera mística y mucho menos dogmática. La espiritualidad es una bonita cualidad que tenemos los humanos y que ha sido arrebatada por las sucesivas religiones y corrientes ideológicas, a tal punto que aquellos que optan por el materialismo no tienen derecho a apoderarse de ella, a hacerla parte de su bagaje poético. Hasta que llega un revolucionario.

En Viñals la espiritualidad surge de la observación profunda del mundo, de los detalles que le rodean y de su admiración y pasión por los pájaros. A lo largo de la escritura de Pan Viñals se va topando con toda clase de pájaros (acabo de ver, dice) que dotan de color y liviandad su poesía, pero sobre todo, de presente, de ahoras. Vemos pasar frente a su pluma a golondrinas, gallos, palomas, lechuzas, vencejos, calandrias, ruiseñores: se puede hacer una verdadera lectura ornitológica de sus poemas. Esto me lleva a revisar una idea que siempre me ha gustado: el mapa de los pájaros es tan exquisito como el del lenguaje y nos permite acercarnos al paisaje de un país.

Los hispanohablantes nos distinguimos porque nombramos a las cosas de forma diferente de un lado y otro del Atlántico, pero también porque tenemos cielos distintos, por las aves que los colorean. En España hay un pájaro que se llama urraca y que es negra con manchitas blancas; en Argentina también existe pero es blanca con manchas negras. Partiendo de este ejemplo tan nimio podemos comenzar a detallar las miles de especies que viven en cada región y pintar mapas absolutamente antagónicos. Del mismo modo, podríamos hablar de la forma en la que se construye la poesía en cada lugar.

Y esto me lleva a preguntarme hasta qué punto están relacionadas nuestra herencia material y la poética. La poesía nos nace cuando apenas podemos responder por nosotros mismos y nos impone un universo poético que casi no controlamos y del que ya no podemos desprendernos; sin embargo, las lecturas que nutren ese equipaje y que nos ayudan a ponerlo en palabras no responden necesariamente al origen o la tierra en que nacimos. Al leer a Viñals, por ejemplo, encontramos un mundo simbólico totalmente vinculado a las experiencias en Argentina (la obsesión por los pájaros responde a eso, supongo) pero su estilo, la forma en la que amasa el lenguaje, me parece más bien europeísta, ubicada en la frontera donde desembocan la poesía francesa y la española.

«Pan» de José Viñals —Editorial Pre-textos—

Dánoslo hoy…

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El pan, esa fuente básica de alimento, presente en todas las culturas aparece como un símbolo capaz de unificar la escritura de criaturas tan antagónicas como Rilke y Sor Juana Inés de la Cruz. El pan, ese alimento que no puede faltar en ninguna mesa y que, cuando lo hace, genera un quiebre, va dibujando un camino como el de Hansel y Gretel a través de estos poemas.

El pan, otro elemento del que se han apoderado las religiones para dotarlo de dogmatismo. El pan que es tan espiritual como la poesía y tan básico como ella y que nada tiene que ver con el cuerpo de Cristo ni con doce apóstoles reunidos para ver su multiplicación. Y al apoderarse de ese símbolo, también el cristianismo se apoderó de la bondad y de la empatía, como actitudes religiosas, deshumanizando un poco más nuestra esencia.

Por eso es tan necesario este poemario, porque Viñals aparece para decirnos que ese pan es de todos. «Dánoslo hoy«, dice. No le habla a ningún dios porque sobradas pruebas ha dado de su ateísmo. ¿A quién se dirige, entonces? Estuve muchas horas intentando responder esta pregunta. ¿A quién se dirigiría un poeta materialista con una frase sobradamente religiosa? Escribí este texto con el deseo de encontrar luz pero sigo en penumbras. ¿Será el ruego quizá de recuperar aquello que nos pertenece y que por milenios nos han intentado arrebatar: espíritu, pan, poesía?

Sean las razones que sean las que lo hayan llevado a utilizar esa expresión, el resultado es maravilloso. Porque de una forma auténtica (parece que me he empecinado con este adjetivo) consigue imponer una voz poética que se afinca en lo cotidiano, que se alimenta de la belleza y la imposible travesía de los pájaros de surcar el cielo y también de nuestras heces, nuestros vómitos, los fluidos de nuestros sexos, y que llena de luz cada vértice de este libro.

«Pan» de José Viñals —Editorial Pre-textos—

El dolor y la literatura

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En Pan la poesía se manifiesta como un canal que se nutre de imágenes del pasado y que se materializan en el presente en pájaros, hormigas, piedras, coliflores, atravesando así mismo las referencias literarias de Viñals: Parra, Blake, Lautréamont, Rilke, Jiménez, y muchos más.

Hay en este poemario poemas intensos y dolorosos: sobre la orfandad, la tristeza, la soledad del que se supo en camino demasiado tarde, entre muchos otros temas. Y uno espeluznante y absolutamente conmovedor sobre la epilepsia en el que rompe esa idea que impuso Dostoyevski al escribir sobre el aura; Viñals le arrebata el carácter sublime y habla del desgarro que produce para un padre ver a su hija sufriendo convulsiones.

Y en medio de este compendio de certezas abultadas, de incertidumbres y tristezas también hay espacio para la ternura y la dulzura. Y aparecen bonitas palabras como coscurrito o bribonzuelo, que Viñals emplea con una delicadeza que te hiela la sangre. ¡Hasta qué punto nos marcan las palabras! Al leerlo he ido sin querer a un tiempo de infancia en el que me peleaba con mis hermanos por «el coco» mientras mi madre nos corregía «se dice coscorrito«, (es curioso descubrir que también los adultos con sus certezas estaban equivocados).

Desde que llegué a España una de las cosas que me ha interesado especialmente es la literatura híbrida: esa creación que surge del doble lenguaje crecido de nuestro español al habitar ambas orillas. El lenguaje de aquellos autores divididos por el Atlántico (la vida se parte en dos cuando se emigra) que se sienten incapaces de asirse soberanamente a una de las costas; lenguaje que permite el nacimiento de una poesía bifurcada de características peculiares. Creo que Viñals es un oportuno ejemplo de los híbridos (espero que ningún grillo me desmienta), y Pan es una lectura endiabladamente exquisita de la que podemos disfrutar gracias a Editorial Pre-textos para conocer su poética. Lean a Viñals sin miedo al empacho y descúbranse en casa, sentados a la mesa de la mejor poesía.

«Pan» de José Viñals —Editorial Pre-textos—

 

 
Pan

José Viñals

Editorial Pre-textos, 2009

ISBN: 978-84-81919-99-8

106 páginas

11 €

 

 

Comentarios1

  • Sophia Sea

    Ohhh I want to read it....!!



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