«Papelucho» de Marcela Paz

Hoy les traigo otra obra para el desván de los libros perdidos. En esta ocasión se trata de una historia infantil que ha llenado de ilusión nuestras infancias. Se titula «Papelucho» y pertenece a la escritora chilena Marcela Paz.

Con motivo del aniversario del nacimiento de Marcela, he pensado que podía ser una interesante propuesta para este ciclo, un libro que puede ser idóneo tanto para los pequeños como para los grandes lectores. Pueden encontrar muchísima información sobre él y sobre las diversas ediciones que se han hecho en la web oficial de «Papelucho».

La soledad que germina en literatura

La vida de Marcela Paz estuvo regada de libros. Desde muy pequeña sintió una fuerte vocación lectora y en cuanto descubrió que también ella podía crear historias y dejarse llevar por la imaginación hacia los lugares más lejanos, se puso manos a la obra. Su infancia fue en extremo solitaria; no sólo porque recibió una educación privada en casa, a cargo de institutrices; sino porque además no tenía mucha facilidad para hacer amigos. Estos dos factores colaboraron con que la niña se encerrara y prefiriese quedarse sola en su dormitorio «llenando y llenando cuadernos», como lo expresó en su «Carta Autobiográfica», con historias que muchos años más tarde verían la luz en forma de libros.

Marcela Paz fue una niña con mucha versatilidad para las artes y dividía su tiempo en varias disciplinas: escultura, cerámica, tallado en madera y decoración; sin embargo, su verdadera pasión fluia cuando se enfrentaba a una hoja en blanco. Desde muy pequeña fue la literatura el territorio en el que se sintió libre y necesaria en el mundo ya que ninguno de los otros hobbies le dio la felicidad que le brindó la escritura. A su vez, imagino, ninguna de sus muchas obras literarias le prodigaron tantas alegrías como «Papelucho», que la convirtió en una autora ineludible del género infantil no sólo de Chile sino del resto del mundo.

La literatura infantil latinoamericana ha sido sumamente prolífica; al indagar un poco en las raíces de la fantasía que adornó nuestros primeros años nos encontramos con nombres prestigiosos como María Elena Walsh, José Martí, Juana de Ibarbourou y Horacio Quiroga. A todos ellos se suma el de Marcela Paz que lentamente supo armar una extensa biblioteca de aventuras e historias inolvidables, convirtiendo esa soledad de su infancia en un territorio fértil y productivo para otros niños, territorio que tuvo como protagonista al increíble «Papelucho».

El mundo que cambió Papelucho

«Papelucho» es la historia de un niño común y corriente que tiene sus dificultades para entender el mundo de los adultos. A través de las páginas acompañamos al pequeño en ese camino de búsqueda interior y de aprendizaje mientras nos divertimos con sus locuras y sus ocurrencias. Sin duda este personaje puede ser una excelente compañía para la infancia de cualquier niño.

Es difícil olvidarse de «Papelucho». No sólo destaca por sus enormes orejas, sus ojos curiosos y su cuerpo lánguido, que le han convertido en un amigo inolvidable de la infancia, sino por su forma de mirar el mundo. Posiblemente, la mayoría de nosotros hemos podido gracias a él comprender mejor nuestro entorno; razón por la que es una de esas historias que nos seguirán acompañando para siempre.

Entre los muchos aportes que ha hecho este personaje al panorama literario infantil cabe mencionar la sencillez y la contemporaneidad con la que se halla escrito. Esto permite que los niños se zambullan en la historia sin prejuicios y puedan comprender lo que van leyendo sin trabas; esto, entre otras cosas, les ayuda a sentirse identificados con lo que ocurre en las páginas y a extrapolar las emociones del personajes y hacerlas propias. Además, «Papelucho» fue una interesante ayuda para explicar el mundo a los más peques; al igual que otros personajes, como Petete, sirvió para volver accesibles al lenguaje de la infancia conceptos rebuscados.

Después de «Papelucho», Marcela Paz escribió otras historias que tenían como protagonista a este personaje; de este modo, el niño se hizo detective, hippie y hasta tuvo una aventura con marcianos; doce libros de toda una colección muy interesante de leer. Cabe señalar que también fue autora de otros cuentos infantiles populares, tales como «Los pecosos», «Caramelos de luz» y «El soldadito rojo».

Sin lugar a dudas «Papelucho» es un libro que todos deberíamos leer y recomendar, por lo que no podía faltar en nuestra biblioteca de obras recuperadas a la que llamamos «El desván de los libros perdidos». Para quien esté interesado en el género infantil; también en este ciclo hemos hablado de «Corazón» de Edmundo de Amicis, «La isla de los delfines azules» de Scott O’Dell, «Las indias negras», de Julio Verne, «Juan Salvador Gaviota» de Richard Bach y «Cinco semanas en globo» de Julio Verne.



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