La capital francesa, París, cuenta con una serie de encantos, de monumentos y de una magia especial que la han convertido en la «ciudad de la luz y del amor». Y eso no ha pasado inadvertido para multitud de escritores que han encontrado en ella el escenario ideal para desarrollar sus novelas.
Así, nos encontramos, por ejemplo, con el libro Una tienda en París que este pasado año publicaba el periodista español Máxim Huerta. Un trabajo este que ha conseguido un gran éxito llevándonos de la mano hasta la mencionada urbe y situándonos en la vida de la misma durante la década de los años 20.
Dos personajes femeninos cargados de magnetismo, de fuerza y de valentía son las encargadas de guiarnos por las calles, plazas y rincones más enigmáticos de la citada tierra gala, dando lugar al mismo tiempo al desarrollo de una atractiva historia de amor y romanticismo que engancha desde el primer momento.
En esta novela la ciudad se convierte también en protagonista de la misma y eso sucede de igual manera en una de las narraciones más interesantes que toman como escenario a aquella. Nos estamos refiriendo a Nuestra Señora de París que Víctor Hugo publicó en el año 1831 y que también es conocida como El jorobado de Notre Dame.
Los bajos instintos de un archidiácono por una joven llamada Esmeralda son los que ejercen como pilar central del relato en el que también adquiere protagonismo la propia Catedral de Notre Dame, símbolo de la capital francesa, pues en ella vive otro de los personajes fundamentales: un jorobado que está al servicio del mencionado religioso pero que hará todo lo posible por ayudar a la chica pues es la única persona que en su vida le ha mostrado algo de cariño.
Misterio y terror en París
El que se la conozca como «ciudad del amor» ha dado lugar a que la urbe sea escenario de historias pasionales pero otros autores la han utilizado para desarrollar narraciones mucho más negras, cargadas de suspense, misterio y muerte. Este sería el caso, por ejemplo, de la escritora norteamericana Cara Black, especializada en novela negra, que ha desarrollado muchos de sus relatos en algunos de los rincones más emblemáticos de París.
Así, por ejemplo, nos encontramos con el libro titulado Asesinato en Montmartre, que vio la luz en el año 2008. En él se acerca a la figura de Aimée Leduc, una iinvestigadora que tiene que hacer frente a un nuevo caso en el que deberá encontrar al verdadero culpable de un asesinato para, de esta manera, salvar a una amiga suya policía que es la principal sospechosa del mismo.
Un reto muy complicado el que tendrá por delante pero en el que pondrá todo su esfuerzo y empeño para dar con la identidad del criminal pues además de ayudar a la citada mujer también logrará desentrañar el misterio que rodea a la muerte de su propio padre, quien años atrás falleció en una explosión en la famosa Plaza Vendôme.
Para concluir con las novelas más interesantes que toman a la capital gala como escenario y protagonista no podemos pasar por alto la afamada narración titulada El hombro lobo de París. En el año 1933 fue cuando Guy Endore publicó la misma, enmarcada dentro del género del terror, que nos cuenta la historia de Bertrand, quien desde pequeño descubre que es especial, en concreto, es un licántropo.
Así, a lo largo de su vida vamos descubriendo como su parte humana intentará de todas las maneras posibles acabar con la bestia que vive dentro de él también. Una lucha en la que quizás el amor se convierta en la herramienta para lograrlo.
Comentarios1
En 1940 Paris, de repente, convirtió su escenario de “luz y amor” en la ciudad de la Tiniebla y del Terror, bajo la bota nazi. La más grande pesadilla de su historia duró cinco largos años. Toda la gran época de creatividad extraordinaria, sobre todo en literatura y pintura, desapareció en las tenebrosidades del Mal Supremo: el Genocidio de los Judíos, el internamiento en campos de concentración de los Gitanos y los Republicanos Españoles.
Adios Artaud, Valéry, R. Char, Camus, Sartre, Beauvoir, H. Miller, Anaïs Nin, Cortázar, Sábato, etc. y todos los grandes fotógrafos : Cartier-Bresson, Brassai, Atget, Kertézs, Koudelka, Man Ray, etc. Adios cultura universal de Paris Caníbal. Como el “Saturno” de Goya devorando a sus hijos.
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