La mente del escritor estadounidense Dennis Lehane, conocido por obras como Mystic River o Gone Baby Gone, fue la que, en la década de los años 90, dio forma a dos personajes que se han convertido en figuras atractivas dentro del género poliacíaco. Nos estamos refiriendo a los investigadores Patrick Kenzie y Angela Gennaro.
Se trata de dos detectives privados de la ciudad de Boston que, hasta el momento, han sido los protagonistas de un total de seis novelas, llenas de acción e historias que atrapan desde el primer instante. Obras entre las que destacaríamos las siguientes:
Un trago antes de la guerra
La ópera prima del autor fue esta, ganadora del Premmio Shammus, en la que por primera vez conocemos a los citados investigadores. En la narración se cuenta cómo son contratados por varios políticos con el claro objetivo de que recuperan unos documentos muy valiosos que fueron sustraídos por una recepcionista llamada Jenna Angeline.
Lo que parecía un caso sencillo se complica cuando Angeline es asesinada por uno de los hombres que trabajan para un gángster muy peligroso. No obstante, antes de morir consigue darles a los investigadores uno de esos documentos: una fotografía donde uno de los políticos que les contrataron aparece en ropa interior junto al mafioso.
Ese será el punto de partida de un nuevo rumbo del caso, que les llevará a intentar dar con el resto de imágenes que ponen en serio peligro la imagen de sus clientes. Pero lo que irán descubriendo por el camino será tan abominable que quizás los protagonistas se conviertan en los propios “verdugos” de aquellos.
Lo que es sagrado
1997 fue el año en el que Dennis Lehane publica la tercera entrega de la saga detectivesca que nos ocupa.
Un multimillonario, Trevor Stone, es el que contrata a Kenzie y a Gennaro para que den con el paradero de su hija (Desiré) que lleva unos días desaparecida. Curiosamente se toparán con el hecho de que el primer detective al que contrató, el que fuera mentor de Kenzie, también se ha esfumado de la faz de la Tierra.
Todo hace pensar que la chica se ha ido por su propia voluntad, ya que estaba atravesando una etapa llena de tragedias: su novio había fallecido en un accidente, su padre tiene un cáncer terminal y su madre había sido asesinada durante un atraco. Precisamente esas situaciones llevan a pensar a los protagonistas que, quizás, la depresión que estaba atravesando ha podido hacer que tomara la decisión de huir o de acabar con su vida.
Empezarán a recabar pistas y estas le llevaran a toparse de bruces con una secta religiosa muy peligrosa, que pondrá en jaque sus propias vidas.
Plegarias en la noche
El quinto título de la serie que nos ocupa es este, publicado en 1999, en el que Kenzie tendrá que reencontrarse con un caso del pasado.
Lo que sucederá es que una de sus antiguas clientes se ha suicidado. Sin embargo, el detective está convencido de que algo oscuro se esconde detrás de esa muerte. Por eso, respaldado por Gennaro, inicia una investigación que les lleva a toparse con un psicópata que no asesina a sus víctimas sino que lo que hace es darles motivos para que ellas mismas se acaben matando.
Abrázame, oscuridad (1996), Desapareció una noche (1998) y La última causa perdida (2010) son las novelas número dos, cuatro y seis respectivamente de esta saga de detectives.
Debes estar registrad@ para poder comentar. Inicia sesión o Regístrate.