Peter Handke nació en Griffen, Austria, en 1942. Es un poeta y novelista sumamente conocido; además ha escrito varias obras de teatro y dirigido algunas películas desarrolladas en su país.
Se caracterizó por buscar un estilo literario diferente al de sus contemporáneos, basado en el «Heile Natur» (mundo interior) planteado por Goethe y que presenta la característica de buscar reflejar aquello que se esconde detrás de la superficie. Su obra está encasillada dentro de la Neue Subjektivität (Nueva Subjetividad) y ha sido traducida a una gran cantidad de idiomas.
Sus obras más conocidas son «Los abejorros», «Insultos al público», «El mundo interior del mundo exterior del mundo interior», «Cuando desear todavía era útil», «La tarde de un escritor» y «El año que pasé en la bahía de nadie».
Su niñez, la guerra, las desgracias
La infancia de Peter Handke estuvo marcada fuertemente por la muerte de dos de sus tíos maternos, muertos en combate durante la guerra, y el posterior suicidio de su madre. Más tarde ingresó a cursar los estudios secundarios en un internado, donde continuaría sufriendo experiencias traumáticas, dado el constante caos social reinante y su sensibilidad por encima de la de cualquiera de sus compañeros de escuela.
Las lecturas favoritas de Peter fueron Goethe, Adalbert Stifter, Franz Kafka y Ludwig Hohl, aunque también leyó apasionadamente a algunos autores eslovenos, a los cuales también tradujo tiempo después.
En su obra se puede percibir una tendencia hacia el experimentalismo y una preocupación casi obsesa por el lenguaje. Es conocido por sus controversiales ideas, siempre lejos de la derecha, a la cual denunció en repetidas ocasiones por su política.
Acerca del naturalismo
A Peter le interesa especialmente describir a las personas teniendo en cuenta su contorno, desde un punto de vista similar a las esculturas de la era románica; asegura que le son ajenas las descripciones más naturalistas, tales como las realizadas por Stendhal, Flaubert o incluso Dostoyevski y Tolstói y que por eso las suyas se acercan más a las novelas medievales, con una prosa más épica que realista. «El relato que viene de lejos y se balancea hacia la lejanía», de este modo se presenta como un enemigo de la escritura psicológica.
Es necesario aclarar que Peter es un autor cuya prosa se encuentra irradiada de romanticismo, sin embargo su pasión por lecturas clásicas como la de Goethe, se reflejan también en sus obras literarias, por ejemplo en una de sus creaciones, el autor expresa que desea para la humanidad una barca de sueños (traumbarke), lo cual deja en evidencia lo antes descrito.
Sin embargo, al preguntarle si él se ve como un escritor romántico expresa que no le gusta encasillarse en esa etiqueta pues si bien tiene momentos en los que se nota romántico, no siempre es así, y a veces no se abandona al romanticismo sino que intenta ser más actual, menos anticuado, pues considera:
A propósito de esta frase podemos agregar que Peter se acopla al compás de los tiempos, contando las cosas que ve y transmitiéndolas como se espera que lo haga. Su obra es actual porque aprende de lo que lee.
Es que para Peter es imprescindible ser de su tiempo, considera que no puede concebirse un escritor actual escribiendo como Simenon porque entonces su prosa se perdería en palabras extravagantes anticuadas y el verdadero mensaje no podría ser captado por nadie.
Y nada más cierto que esto porque un gran autor cierra el camino de los que vendrán después, para que ellos puedan encontrar el propio. Por otro lado, un buen escritor es aquel que en verdad no puede ser imitado.
Handke y Yugoslavia
Cuando acontecieron las guerras balcánicas, en los años ´90, Peter expresó su enorme disconformidad con las políticas de la OTAN y los ataques a Belgrado; entonces se lo vinculó con la causa serbia, pese a que el autor manifestaba una y otra vez su descontento con cualquier tipo de violencia, objetando que había que castigar a todos o a ninguno.
Dada su postura fue criticado y se le negó uno de los principales premios literarios de su país; pese a ello, continuó manifestándose y en ese período escribió obras concernientes a la terrible situación que se vivía en lo que ya era «la ex-Yugoslavia».
La postura de Peter frente al conflicto de Yugoslavia tiene sus raíces en la infancia, cuando los eslovenos eran torturados y desterrados. Pudo ver familias destruidas, dolor e injusticias de todo tipo y no estuvo dispuesto a callarse la boca.
Su madre contaba historias desgarradoras sobre Yugoslavia y de hecho sus dos tíos, muertos en combate debieron hacerlo por la causa de Hitler, aunque estaban a favor de Yugoslavia. Todo esto lo empujó a tomar partido, conociendo el fondo del asunto y buscando manifestar su oposición a los regímenes imperialistas, que con sus ataques destruyeron no sólo montones de familias, sino espacios culturales y socavaron en la memoria de aquel pueblo.
A propósito de los sistemas políticos actualmente vigentes asegura Peter que las democracias se comportan como dictaduras de las fronteras hacia afuera, dictaduras humanitarias y económicas. No estamos mejor que antes, en otra época regía la violencia a sangre fría, hoy vivimos asediados por la violencia azucarada, una menos brutal, pero igual de dañina, «Vivimos en una época de hipocresía total».
Está convencido de que las tragedias se trasladan pero no dejan de existir; y por eso en su obra intenta pintar con ligereza y gracia la realidad de países como Albania, Serbia o Croacia, sin dejar de mencionar el dolor y las pérdidas.
Cuelgo un pequeño fragmento que me parece precioso y es una buena forma de que aquellos que desconocen a Handke se acerquen a su estilo. Creo que es un autor magnífico que no podemos desconocer.
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