La poesía como un antídoto frente al dolor. Pocas cosas en la vida son capaces de otorgarnos el espacio para el consuelo, el hueco de luz. En estos tiempos díficiles donde el ruido parece querer arrebatárnoslo todo, un poco de poesía no viene nada mal.
Pensando en ello he preparado este artículo con 3 poemarios de la Literatura Hispanoamericana que en lo personal me han acompañado y ayudado mucho en tiempos difíciles. ¡No dejen de leerlos!
«Poemas humanos», de César Vallejo
Este poemario publicado a título póstumo es para mí uno de los libros más bellos de la Literatura Latinoamericana. César Vallejo, que en su anterior poemario «Trilce» se mostrara tan hermético, resurge en «Poemas humanos» como un autor al que podemos seguirle de cerca, más comprensible, más cercano. Después de haber dedicado un tiempo a la experimentación decide regresar a la palabra directa, al lenguaje que une y no, separa.
«Poemas humanos» se compone de un conjunto de textos que tratan acerca de la humanidad; que apuestan por la unidad y la armonía social, por la construcción de un mundo nuevo lejos del individualismo. Es un libro, además, lleno de guiños a las lecturas que siempre amó el poeta y que nos permite conocer a fondo los intereses intelectuales, emocionales y poéticos de Vallejo.
Entre los «Poemas humanos» encontramos abrazos sentidos a los que son ninguneados por el sistema, y una mirada extendida sobre una realidad que escuece y de la que todos somos responsables, según deja verlo constantemente el poeta.
«Nocturnos», de Idea Vilariño
Idea Vilariño es sin duda una de las grandes poetas de la Literatura Latinoamericana. Leerla es zambullirse en un sinfín de sensaciones y creer en otra realidad posible. En el caso de «Nocturnos», estamos ante un libro que se construye de un conjunto de poemas que apuestan por los instantes; esas chispas que tan bien supo describir la autora en toda su obra. Entre otras cosas, la importancia de este libro reside en que cuando se publicó por primera vez significó el punto de partida para la consolidación de la voz de Idea.
Entre los temas recurrentes de la poesía de Vilariño encontramos la pérdida, la soledad que se asoma con puñales, la infancia perdida y la sensación de vivir sin objetivos de trascendencia, más que de disfrutar el presente. Eso. A Idea sobre todas las cosas le preocupa la experiencia instantánea, vivir cada instante como si fuese el último, y hacer de la poesía una forma de sentir la propia vida, como si todo lo demás fuera casual y sólo ella, verdadera.
Personalmente me interesa muchísimo el ritmo que consigue darle a sus poemas, combinándolo a la perfección con imágenes y expresiones llenas de creatividad y que te obligan a leer con un aire de asombro.
«Eternidades», de Juan Ramón Jiménez
Este es el libro más metafísico de Jiménez, en el que pone en evidencia todo el camino recorrido desde lo personal y lo poético. Nos encontramos con una poesía absolutamente ligada a las pulsiones vitales pero también que se acerca a intentar comprender aquello que como mortales se nos escape.
En «Eternidades» el poeta de Moguer construye con un lenguaje simbólico fabulosas instantáneas que van desde situaciones cotidianas hasta imágenes oníricas. Los sueños, justamente, se aparecen constantemente y sirven para explicar la vida y sus reveses.
«Eternidades» es uno de los libros más intensos, mejor trabajados y más distintivos de Juan Ramón Jiménez; una obra que ningún amante de la poética juanramoniana debería dejar de leer.
«A imagen y semejanza», de Ana María Moix
Este es un libro en una línea absolutamente diferente a la de los anteriores. Ana María Moix tuvo una forma muy peculiar de concebir la poesía, ya que lo suyo fue un lenguaje amasado a medio camino entre prosa y lírica, pero afincado en las preguntas filosóficas que han embargado siempre el género poético.
En «A imagen y semejanza» encontramos la poesía completa de Moix y podemos hacernos a una idea de cómo práctico su pasión por el lenguaje desde un punto de vista retórico y emocional.
Entre las cosas a destacar de la obra de Ana María Moix cabe mencionar su empeño por darle la vuelta a las cosas, por hacer del lenguaje un medio de transporte para explicarse y explicar el mundo que le rodeaba. En este libro, que reúne poemas de sus poemarios anteriores, «Baladas del Dulce Jim», «Call me Stone» y «No Time for Flowers», descubrimos una mirada ingeniosa sobre el mundo literario y también el deseo siempre a punto de dispararse, en una necesidad casi rabiosa de experimentar la vida instantánea con todos los sentidos.
Estos cuatro poemarios son de lectura indispensable para cualquier apasionado de la buena poesía, y creo que se adaptan a diversos gustos y búsquedas, siendo cada uno necesario por algo especial. En definitiva, estamos ante cuatro voces auténticas y profundísimas que pueden ayudarnos a afrontar los momentos de duda o desazón.
Comentarios1
-Muy Interesante-
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