Hace algunas semanas he escrito acerca de un poeta argentino poco mencionado pero cuya imagen ha revivido en los últimos años gracias a la reedición de sus poemas. Estoy hablando de Osvaldo Lamborghini, un poeta que escribía como si hablara consigo mismo.
Poesía intimista colectiva
La obra de Lamborghini tiene una particularidad única y original; este poeta cuando escribía parecía hallarse en un diálogo constante consigo mismo, como si las palabras salieran de su alma o de su mente y fueran hacia el papel de una forma fluida, como lo hacen en una conversación. Pese a ello, sus poesías no hablaban exclusivamente de su intimidad reservada, sino de una intimidad que nos pertenece a todos, se acercaba a la realidad y la desnudaba, hablaban de lo cotidiano de una persona que vive en sociedad, que sufre en sociedad y para quien las acciones externas implican cambios internos.
Las herramientas favoritas de Osvaldo son las comillas, las reiteraciones y sobre todo el juego de la sintaxis, donde el uso de términos inadecuados o desconcertantes la vuelve compleja sin alejarla del todo de la realidad, acercándola mejor dicho y de una forma un poco enrevesada a la cotidianidad del poeta y su mundo.
También es posible que así sea, que su escritura sea tan fragmentaria que es como si nunca terminara de formarse y esa es una de las cosas que lo vuelve todavía más interesante porque permite que entendamos la esencia de sus letras, la conversación, la confrontación de las ideas y las experiencias y la búsqueda de la verdad a través de las palabras.
El diálogo con uno mismo si no es contradictorio, confuso o incluso inentendible, no puede ser catalogado de sincero, porque la vida incluye el roce con los opuestos y es imposible tener una línea absoluta y recta de pensamiento; además, el crecimiento de toda persona originado en el diálogo consigo misma exige un grado de locura o de extravagancia, y eso es posiblemente lo fundamental en Lamborghini.
Argumentar desde la poesía
Lambroghini escribe desde el desconcierto pero con un dominio asombroso de la sintaxis que le permite ofrecer argumentos absolutamente necesarios. Sus razonamientos inundan las páginas, vienen y van y permiten acercarse al universo creativo y racional del autor, sin embargo en ocasiones también dejan al lector perdido en el limbo de las ideas que flotan y que no se sabe bien hacia dónde van a dónde apuntan…
Imagino que es comparable con tener la capacidad de meternos en el cerebro de otra persona, ¿seremos capaces de seguir todos los hilos conductores de sus razonamientos o será como inmiscuirse en un sistema complejísimo lleno de cables y conexiones que se dirigen de una punta a la otra y que, en algunos casos se quedan flotando a la deriva?
Hablar de Lamborghini y de su poesía del desconcierto es atreverse a enfrentarse a las dudas, a extraer de cada palabra el jugo y comprender su sentido más profundo, como él lo hace al triturar el lenguaje y crear una nueva forma de expresión.
La presencia del dolor
Algunas de las obras que pueden servir para comprender la poesía de Osvaldo son «Cantar de las gredas en los ojos» y «Tierra Baldía«, incluidos en la obras completas del autor, donde los poemas inéditos son la parte mayoritaria del volumen.
En estos poemas se puede abordar la lírica de este poeta con sus diferentes tamaños de letra y tipografía y las diferentes formas a las que somete el uso de la palabra, y sobre todo el uso de diversas voces poéticas en un mismo texto que se encuentran en los versos y dialogan entre sí, como lo hacen nuestros pensamientos en nuestro cerebro, como conversamos con nuestro yo íntimo.
Y como todo autor que escribe conversando con sí mismo, lo autobiográfico se convierte en Lamborghini en una presencia constante, podemos acercarnos a su intimidad sin perder el hilo del mundo y lo cotidiano.
Y en él la tristeza parece arrebatarte el grado de lucidez o de ternura, porque te conquista pero te intimida porque el mundo no cambia, porque el sufrimiento parece invadir todos los rincones y afectar todas las historias.
Posiblemente sin Lamborghini igual existiría el dolor, pero ¿encontraríamos un poeta intimista que nos acercara a él desde lo visceral para captarlo, comprenderle o incluso conseguir ponerlo en palabras?
Comentarios3
Qué impresionante forma de escribir, hé? Nunca lo habría pensado, pero he ahí que este autor innovador nos impulsa a profundizar en su estilo como fuente de nuevo aprendizaje, muy buen artículo, muchas gracias.
Efectivamente es un escritor fuera de serie a tal punto que Roberto Bolaño dijo que Lamborghini escribió la novela más cruel: Tadeys. Una novela que le produjo verdadero miedo, en donde la presencia del dolor y de la humillación es escalofriante y turbadora, a tal punto que no todo lector puede soportarla.
Un articulo interesante sobre un interesante escritor. He oído de el que un escritor muy especial.
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