Poesía gótica

El gótico es una corriente artística que surgió en los últimos siglos de la Edad Media y que tuvo gran vigencia hasta la explosión del Renacimiento. El término fue utilizado por primera vez en el siglo XVI, cuando el historiador del arte Giorgio Vasari definió de esa forma al arte oscuro. En realidad se trató de una calificación peyorativa, al tratar relacionar ese arte con los godos (los bárbaros).

Mucho más cerca en el tiempo, entre 1975 y 1985, se formó un movimiento subcultural al que también se lo calificó como gótico o dark. Dicha cultura presenta una estética y una filosofía con influencias de la literatura de terror, las películas del mismo género y el post-punk.

El gótico, en su origen, se presentó como una reacción a la Ilustración y opuso la idea del miedo frente al conocimiento verdadero y la virtud. En gran parte de la literatura y de la poesía gótica tradicional, las historias transcurren en castillos y monasterios medievales. Sin embargo, el gótico actual suele evadir esos tópicos y presenta temas más relacionados con el mundo presente.

Entre los principales personajes de la poesía gótica, aparecen los vampiros, hombres lobo, demonios y muertos que vuelven a la vida, en medio de escenas sobrenaturales y referencias a la demencia.

Algunos de los pioneros de la literatura gótica fueron Horace Walpole, Ann Radcliffe y Matthew Lewis. También cultivaron este género varios de los más populares escritores de la historia universal, como Mary Shelley (la autora de Frankestein), Edgar Allan Poe, Robert Louis Stevenson, Bram Stoker (el creador de Drácula) y H.P. Lovecraft.

Por último, cabe destacar que poetas que se inscribieron en otras corrientes literarias han escrito algunos poemas y textos que son considerados como parte del mundo gótico. El español Gustavo Adolfo Bécquer es uno de ellos, con escritos como «El monte de las ánimas».