La poesía viva de Raquel Bullón Acebes

La poesía está viva. Camina por las calles, se trepa a los árboles, viaja a través del viento. No toda, ya lo sé. Hay poesía que se publica y queda para siempre encerrada entre tapas duras, vacía y triste. Hablo de la otra, esa que es capaz de volar.

Para que un poema vuele hay que darle alas y no todos tenemos esa capacidad. Hoy voy a presentarles a una creadora que sabe hacerlo de maravilla. Es una de esas artistas que se te pegan a la médula. Se llama Raquel Bullón Acebes y tiene un arte que no puede con él.

Raquel es la creadora de muchos proyectos, algunos que les contaré y otros que pueden conocer a través de su blog, Vivo en Bajito. Sin más dilación paso a hablarles de ella y espero que les guste (o les obsesione) tanto como a mí.

¿Quién es Raquel Bullón Acebes?

Raquel Bullón Acebes nació en Madrid hace treinta años y tiene una voz sencilla y clara, que te revuelve y te obliga a replantearte el uso adecuado de las palabras.

Sus debilidades son dos: unas tienen tronco, desde los que crecen unas cositas verdes que con el tiempo se vuelven amarillentas; las otras, tienen alas. Ambos, árboles y pájaros, impregnan cada página que ella toca; quizás por eso consigue que su poesía vuele tanto.

Su vida cambió profundamente cuando un profesor de literatura le acercó la poesía visual de Nicanor Parra. Desde entonces, no pudo desprenderse de las palabras y de las imágenes; de las palabras que hacen imágenes, o las imágenes que pueden decirse con palabras.

Si bien ha hecho cuentos y microrrelatos, en este momento se dedica exclusivamente a la creación poética, más específicamente, a la poesía visual; dice que se siente más a gusto con lo breve y lo sencillo y que eso puede encontrarlo en este género mejor que en ningún otro. Pese a todo, asegura que no es muy disciplinada y que como no vive la escritura como una profesión le gusta mantener con ella una relación intensa. Así que escribe movida por impulsos y no por el reloj, intentando que esta tarea no se convierta en algo cotidiano, sino que siempre sea nueva, intensa y apasionante.

Lee muchísima poesía, aunque está convencida de que no es un género para leer en el metro:

Proyectos editoriales

Raquel es la creadora de «¡Tú! enCUÉNtrAME«, una editorial muy original que funciona como un espacio de autoedición (¡yo me lo guiso yo me lo como, oigan!). En la misma hay una edición digital de revista poética que se realiza todos los meses bajo el nombre “Dos Poemas y un Café”. Les recomiendo enormemente este proyecto creado por el poeta J. Seafree y que desarrolla en conjunto con Raquel. Tuve el gusto de participar del número de diciembre y estaría encantada de volver a hacerlo. ¡Es una edición cuidada, bebible, alucinante,..!

Pero sin duda uno de los proyectos que más me ha gustado, a través del cual conocí a Raquel, es «Entre cartones», una preciosa edición casera de poesía. A Raquel la poesía le apasiona; sí, ya sé que ya lo he dicho, pero es que hay que decirlo alto: es la única forma de entender su trabajo. Solo una pasión fulgurante nacida de las entrañas puede llevarla a crear cositas tan extraordinarias, a dar tanta vida a un trozo de papel. Sus palabras son:

El dolor, la ternura y los pájaros en la poesía de Raquel Bullón Acebes

En la poesía de Raquel hay mucho dolor y tristeza pero también una pulsión intensa de vida; un deseo absoluto de volar, de derribar paredes, de romper estereotipos, de desarmar los principios preconcebidos de la poesía. Y eso, me ha fascinado. He intentado traer algunos trozos de sus poemas en los que creo que se resumen (si fuera esto posible) los elementos más resaltables de su obra.

La ternura, esa que se cuela en los resquicios de un universo para darle vida, la que no atiende la queja de los descreídos y que se planta de cara frente al dolor y el frío. Esa misma ternura se esconde en muchos de los versos de Raquel.

Los pájaros ocupan un lugar fundamental, porque ellos nos enseñan a volar, porque nos traen recuerdos de otros horizontes y nos abren nuevos caminos. Y atraviesan toda la poesía de Raquel, a veces de forma directa otras cubiertos de plumas o de graznidos.

Poesía revolucionaria

Pero también hay poesía reivindicativa. Poesía que te hace sentirte identificada, y que te obliga a ponerte en puntas de pie para gritarla. Porque hay verdades y derechos que no deben aplacarse. Y ciertas cosas no deben decirse con rodeos. Y Raquel no lo hace.

Y si hay un poeta que le escribe al mar sería suficiente razón para conquistarme, pero si encima lo hace bien, ¿qué más le puedo pedir?

Hay un poema que me ha parecido alucinante. Las chicas que nacimos en ciudades que no tienen mar, dice, tenemos que inventarlo. Y lo hacemos en lo que nos rodea, porque indudablemente algunas personas nacemos con una necesidad imperiosa de él, tal vez la culpa la tiene la poesía.

La pérdida, la muerte, la poesía

Pero sin duda los poemas que más me han atravesado son aquellos en los que la muerte se hace presente, de una forma irrevocable, con un color ardiente y violento. Los poemas dedicados a su madre me han parecido impresionantes; por cierto, todo lo que hace bien se lo dedica a ella.

La muerte no nos avisa, no nos prepara, y nos ataca por ese costado que más nos duele cuando menos lo pensamos. En este caso se trata de una muerte real; no obstante, el poema me parece válido para aquellas pérdidas que no tienen la muerte física como vehículo, pero si la ruptura definitiva, Y ¿puede haber una ruptura más doloroso más violenta que la que nos separa de nuestra madre, de quien nos llevó dentro y nos soltó la mano (por razones que no podemos comprender del todo)?

Me quedo con un poema que me ha estrujado de una forma húmeda.

Se buscan amantes
Raquel sabe qué hacer con las palabras y fusiona elementos que no podrían ir unidos en la naturaleza, ni en todas las vidas. Así consigue que las manos se disuelvan en la sensibilidad, para desbordarse sobre el amor entre dos personas. Me parece una imagen preciosa y muy bien lograda: ¡la sensibilidad tiene más corporeidad que las manos!

Y hay mucho más. Pero debo ir cerrando. Algunos poemas que no deben dejar de leer: Planes de viernes: salir a bailar» (desgarrador), «Lunes en mis eneros» (lleno de aromas), «Sobre el dolor, el tiempo y otras mentiras (desvelando mentiras)» y «Dolores y escopetas» (lo dicho). ¡No se pierdan ni uno de ellos y tampoco le pierdan el rastro a esta artista genial!

Como dijo García Lorca, la poesía no necesita adeptos (y ya tiene demasiados) solamente personas dispuestas a amarla (y de eso tiene poco). No obstante, con pocas personas similares a Raquel pienso que ya sería suficiente para salvarla.