Cuando leo un buen poema siento que la vida se renueva en mi interior, como si de pronto hubiera rejuvenecido muchos años y me afloran los deseos de escribir algo que pueda asemejarse a esa belleza. No es el deseo egocéntrico de escribir algo extraordinario, sino la posibilidad de provocar en el interior de otra persona lo que esos versos acaban de significar para mí.
Cuando lees un verso que te cautiva, tu vida cambia para siempre y ese verso se convierte en un tesoro, aun si no pudieras recordarlo. La poesía te aporta algo que te hace crecer en silencio y te enseña a vivir mejor, pero ¿qué es exactamente?
La Primavera de los Poetas
La poesía nos acompaña desde hace siglos y consistió en una herramienta imprescindible para el desarrollo de la humanidad; por eso, en 2001 la Unesco declaró este día, 21 de marzo, como el Día Internacional de la Poesía, el cual además coincide con el cambio de estación. Este día, en Europa se conoce como la Primavera de los Poetas.
A lo largo de la historia han existido numerosísimos poetas, muchos de ellos admirables e imprescindibles; su labor consistió en plasmar en palabras determinadas imágenes que representaran experiencias o conflictos universales de la especie humana, y en este punto es importarse detenerse: la poesía en primer lugar es un acto colectivo que surge de la soledad del individuo para proyectarse a los otros.
La poesía contribuye con la creatividad y permite hacer un análisis figurado de la realidad, proponiendo nuevas formas de entenderla y de enfrentarla. Además es una invitación a la reflexión y al acercamiento hacia nosotros mismos y nuestros sentimientos, a partir de palabras que llegan a lo más profundo de nuestro interior y nos van modificando, calmando, acompañando.
¿Qué es la poesía?
Una de las principales características de nuestra especie es que centramos nuestro crecimiento en el etiquetado de conceptos, posiblemente porque buscamos una vida ordenada donde cada cosa tenga su lugar; sin embargo, en esa fijación de ciertas estructuras a veces lo único que conseguimos es plantarnos más en el suelo, es decir: en no fluir.
En torno a la poesía existen muchas opiniones diversas y la mayoría intenta dar una definición cerrada sobre la misma, uniéndola a corrientes y movimientos puntuales y alejándola absolutamente, desde mi humilde opinión, de su verdadera esencia.
La poesía es un arte y, si bien detrás de cada poema tiene que haber un cuidadoso trabajo, también es necesario dejarla ser, liberarla. Creo que en esa libertad, la que le dio Walt Whitman a sus versos por ejemplo, reside la magia y la posibilidad de convertir las palabras en general y la poesía en particular en un instrumento para comprender la realidad.
La poesía como herramienta ofrece muchísimas posibilidades al mundo. Es un medio para denunciar aquello que no está funcionando en una sociedad y exigir que se haga justicia; permite hablar sobre aquellas cosas que se consideran «tabú» liberando a todos los que necesiten esas palabras y, sobre todo, permite el acercamiento a los otros desde la empatía. Para ser poeta una condición inestimable es la capacidad de empatía, de conseguir entender a los otros y hablar de su realidad desde la propia realidad.
La verdadera capacidad del poeta
Recientemente vi un debate en el que participaron Aurora Luque, Juan Carlos Mestre y Jorge de los Santos y que dialogaron acerca de lo qué significa la poesía, donde cada uno expuso lo que para él significa escribir y cuál era el objetivo de dicho acto.
La autora malagueña expresó que lo que realmente importa no son los poetas en sí sino las obras que nos dejan, esos pequeños tesoros que pueden ayudarnos a transitar la existencia. A decir verdad siempre he creído en esto, no puedes seguir a un autor por la vida que haya llevado sino porque lo que dice en sus creaciones te provoca algo, te ayuda a crecer o te transforma. Sin embargo, me quedé pensando en la respuesta que Juan Carlos dio a esta acotación y que me resultó sumamente rica y hasta necesaria. Dijo:
Y esto creo que podría ser un tema para que todos analizaremos; si la poesía exige que el poeta ponga en palabras los deseos y sufrimientos de todo un pueblo es evidente que su conducta también debe responder a esa forma de entender la vida. Entonces me pregunto ¿podríamos seguir a un poeta si hiciera apología al maltrato, por ejemplo?
De esa introspección del sufrimiento en el nosotros proviene la capacidad verdadera del poeta; los sentimientos que aporta el poeta al escribir tienen la finalidad de acercarse a los otros, de entenderlos. El saber cómo se sienten todos es lo que le permite poner en palabras sus propios dolores o sentimientos en los que encauza los de toda la humanidad. Y ¿cómo habría de conseguir eso si no fuera una persona ética? Por supuesto que también cabría señalar que las conductas no éticas son aquéllas que violan la libertad de los otros y que llevan al individuo a poner por delante su orgullo y sus intereses individuales aun a costa de herir o tratar mal a los demás.
Para terminar les dejo el vídeo al que hice referencia que me parece sumamente interesante para todos los que amamos este arte.
¡Feliz Día de la Poesía para todxs! 🙂
Comentarios3
recuerdo algo muy bonito que alguien dijo.
Fue algo así como que los poemas no son la poesía, son solo ocasiones para encontrarnos con ella.
Hermoso como ilustrativo artículo nos compartes amigo Textil, a tiempo de saludarte con mucho respeto en el día de la poesía, te mando un gran abrazo. Mil gracias.
Gracias Tes, por mostrarnos estos encuentrostan interesantes entre poetas.
saludos.
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