El 30 de octubre de 1910 nació Miguel Hernández, uno de los poetas más destacados de la Generación del 36. Un escritor que sigue consiguiendo nuevos lectores.
En este artículo repasamos los hitos de su vida y tratamos de elaborar una explicación a la fascinación que despierta en lectores de todas las edades su fabulosa obra.
La vida de Miguel Hernández
Pensar en la obra de Miguel Hernández nos obliga a pensar en la historia europea de la primera mitad del siglo XX, puesto que su poesía se encuentra profundamente entrelazada con el contexto histórico y sociocultural. Y hay que imaginarse a una Europa dividida entre las ideas religiosas y las ideas libertarias. En un momento de extrema tensión para el continente los artistas españoles decidían si arriesgar su vida o mantenerse al margen de la realidad. El poeta del que hablaremos hoy decidió lo primero.
Miguel Hernández nació en Orihuela el 30 de octubre de 1910 en el seno de una familia humilde. Desde pequeñito tuvo que iniciarse en el trabajo realizando tareas en el campo. Sin embargo, la poesía llamó su interés y lo llevó a zambullirse en el aprendizaje de forma autodidacta.
La primera poesía de Miguel Hernández se caracteriza por pintar perfectos paisajes naturales y transmitir a través de ellos diversas experiencias relacionadas con el comportamiento humano. De esta primera etapa es su libro El rayo que no cesa en el que el poeta crea numerosas imágenes de la naturaleza para describir la experiencia amorosa de una forma contundente.
Su poesía dará un viraje importante con la llegada de la Guerra Civil, iniciándose entonces la etapa más comprometida de su obra. De este período son obras como Viento del pueblo y El hombre acecha, en los que Hernández aborda la injusticia y el sufrimiento del pueblo español en medio de la guerra. Sus versos reflejan su compromiso político y una total empatía y preocupación por los más desfavorecidos.
Otro libro fundamental de Miguel Hernández es Cancionero y romancero de ausencias. Su peculiaridad es que lo escribió mientras estaba preso y canalizó a través de la escritura los sentimientos dramáticos que atravesaba. La exploración de la soledad y el dolor son alucinantes, y llama mucho la atención que, en medio de esta situación límite, el poeta haya conseguido mantener en alto la esperanza: a pesar de ser un libro desgarrador tiene un tono luminoso impresionante.
Cuando se inició la Guerra Civil Española Miguel Hernández participó luchando del lado de los republicanos. Durante un tiempo consiguió evadir a los fascistas, quienes desde el principio (y dada la poesía que publicaba) intentaban apresarlo; lamentablemente, lo consiguieron en 1939, al final de la Guerra Civil Española. Hernández intentaba cruzar la frontera hacia Portugal para escapar de la represión, pero fue detenido por la Guardia Civil en el paso fronterizo y entregado a las autoridades franquistas. Primero, fue encarcelado en Huelva y posteriormente trasladado a distintas prisiones, pasando por la cárcel de Torrijos en Madrid, el penal de Ocaña y finalmente la prisión de Alicante, donde murió en 1942 debido a las pésimas condiciones de salubridad que le provocaron una tuberculosis que no consiguió superar.
La fascinación por su poesía
¿A qué se debe la pasión que sentimos por la poesía de Miguel Hernández? Es probable que una de las razones principales sea que el poeta ha conseguido plasmar de forma increíble el vínculo entre palabra y sociedad. Sus poemas sobre el amor, la muerte, la guerra, la injusticia social y el dolor, nos han acompañado y enseñado a lo largo de nuestra vida; en ellos Hernández consiguió fusionar la experiencia personal con el sufrimiento colectivo de su época.
Una de las características fundamentales de su poesía, y algo que la vuelve sumamente interesante, es su lenguaje directo y apasionado, que está al mismo tiempo cargado de simbolismo. Hernández se dejó influir notablemente por los poetas del Siglo de Oro, principalmente por Góngora y Quevedo, pero intentó adaptar su voz a los tiempos que le había tocado atravesar; consiguió así una poesía fiel a la tradición pero expresada con un lenguaje claro del que habría que destacar la economía del lenguaje y un lirismo arraigado en lo material.
La poesía de Miguel Hernández es profundamente humana, sincera y accesible y en ella el poeta consigue plasmar emociones universales de una forma sumamente peculiar. Sin duda, el hecho de haber sido un poeta autodidacta le permitió explorar de una forma insólita la creatividad y marcar un antes y un después en la literatura española.
Cabe mencionar que la gran sensibilidad a la vida rural y al sufrimiento de la clase trabajadora han hecho de Miguel Hernández el poeta de la clase obrera, uno de los más interesantes y potentes de la poesía española. Si todavía no lo has leído y te ha interesado este artículo te invitamos a visitar nuestro canal de YouTube donde podrás disfrutar de algunos de sus poemas.
Debes estar registrad@ para poder comentar. Inicia sesión o Regístrate.