El siglo de Oro español cuenta con algunas voces verdaderamente extraordinarias. Entre ellas dos de las más destacadas son las de Francisco de Quevedo y Góngora. Conocida es por todos la noticia de que entre ellos no existía mucha química, pero no es tan frecuente que se hable del origen de aquella enemistad. Pues, en este artículo vamos a tratar de conocerla. Te invitamos a leer la poesía de estos dos autores, de quienes podrás encontrar poemas tanto en el blog como en nuestro canal.
Las voces del Siglo de Oro español
El Siglo de Oro español, que abarca desde finales del siglo XV hasta el XVII, fue un período de gran florecimiento literario en España. La poesía de este período se caracterizó por tratar temas mitológicos y religiosos (la exploración del vínculo entre lo divino y lo humano está muy presente en casi todas las obras del Siglo de Oro) y por el uso de formas poéticas fijas (el soneto, la égloga, la oda y la silva fueron sumamente cultivados).
La preponderancia de dos estéticas nos permite clasificar a los poetas de este período. Encontramos a los autores que se abocaron al conceptismo y otros que prefirieron cultivar el culteranismo. El conceptismo se caracterizaba por el ingenio, el juego de palabras y los juegos de ideas, mientras que el culteranismo se enfocaba en la elaboración barroca del lenguaje y la complejidad retórica. Ambas corrientes buscaban sorprender y deslumbrar al lector a través de la brillantez intelectual y lingüística.
Los autores que hoy nos ocupan son Luis de Góngora y Francisco de Quevedo, dos de los representantes más importantes del Siglo de Oro. Aunque ambos desarrollaron su carrera (y su enemistad) en Madrid no eran todos oriundos de esta ciudad. Góngora nació en Córdoba en 1561 y se fue a vivir a Madrid en su juventud para desarrollar allí su carrera literaria. Se destacó rápidamente gracias a haber creado un estilo que sería tremendamente significativo para la poesía de aquel momento, el culteranismo, que después adoptarían muchos otros poetas.
Francisco de Quevedo, por su parte, quien era dos décadas más joven que Góngora (Madrid, 1580) se oponía brutalmente a la estética de su antecesor y cultivó un estilo conocido como conceptismo que apuesta por un estilo más directo y menos ornamentado. Aunque pertenecieron al mismo período y aunque en muchos aspectos sus poéticas pueden tener cosas en común, la búsqueda estética es bien diferente en cada uno, y esto contribuyó brutalmente con la enemistad que germinó entre ellos.
¿Por qué se odiaban Francisco de Quevedo y Góngora?
Las rivalidades entre escritores no son una cosa exótica en el mundo de la literatura, pero algunas son más conocidas que otras. La enemistad entre Quevedo y Góngora, pertenecientes al Siglo de Oro Español, ha dado siempre lugar a preguntas y conversaciones a medio camino entre lo jocoso y lo serio. ¿Qué pasó realmente entre ellos? ¿Qué tenían en común, qué los separaba?
Ambos escritores vivían en el reconocido barrio madrileño de Las Letras, por lo que mutuamente no sólo sabían de la existencia literaria del otro, sino que solían encontrarse en diversos ámbitos de la zona. Sus obras, asimismo, comparten parecidos, en su intención satírica y su empeño de criticar la realidad a través de este recurso. Lo que también sabemos es que ambos usaron este recurso poético como mecanismo de protección y ataque en ese enfrentamiento verbal que se creó entre ellos.
El conflicto se fue avivando con los años gracias al uso de la sátira de uno y otro, al punto de que dejaron una huella ineludible de la relación que los unía y separaba a través de sus respectivas obras. Todo el material del que disponemos para pensar en aquel conflicto es la obra de cada uno, y nos puede servir para entender que, en gran medida, su enemistad fue toda una puesta en escena, que pervivió a sus muertes.
Ahora bien, ¿cuál fue el origen de su rivalidad? Según se ha descubierto, todo comenzó con un duelo literario que tuvo lugar en 1601 en la ciudad de Valladolid. Aunque, evidentemente, dejó en evidencia desacuerdos personales y literarios que ya habían echado raíces entre ellos.
Pero el conflicto silencioso que llevaban cobró magnitud cuando en 1610 Góngora criticó públicamente a su adversario. A partir de ese momento la enemistad crecería y los ataques serían frecuentes en ambas direcciones, a través de los discursos y también de las obras. Volaron poemas y sonetos satíricos cargados de insultos en los que se ridiculizaban mutuamente.
El duelo literario entre Góngora y Quevedo alcanzó su punto culminante en los «Sueños» de Quevedo, una serie de obras satíricas y críticas que se consideran una respuesta directa a la poesía de Góngora. Estos poemas expresaban un desdén hacia el estilo culterano de Góngora y se burlaban de su lenguaje y metáforas excesivamente complicados.
Aunque el duelo entre Góngora y Quevedo se centró principalmente en sus estilos y en su visión opuesta de la poesía, también había rivalidades personales y políticas subyacentes. Ambos poetas estaban vinculados a diferentes grupos de poder y tenían diferencias ideológicas, lo que añadía una capa adicional a su conflicto literario.
En respuesta a esta crítica, Quevedo publicaría su famoso poema Contra Don Luis de Góngora donde encontramos versos como estos:
Y Góngora, en su poema De Quevedo:
Se cree que Quevedo aprovechó el contexto para conseguir fama: meterse contra una figura reputada como la de Góngora le pareció una buena estrategia para conseguir visibilidad. Y así fue. Ambos cultivaron versos intensos llenos de insultos y metáforas inyectadas de rabia y desprecio que sirvieron para reafirmar la relación intensa que entre ambos existía.
Es necesario decir que en aquella época era frecuente que se entablaran ciertas enemistades y se cultivaran a través de las obras, sin embargo, en el caso de estos dos poetas hubo otras razones que colaboraron con la enemistad. Sus campos estéticos opuestos colaboraron con el desprecio del uno contra el otro. Además, el hecho de pertenecer a diferentes estratos sociales, a sus tendencias políticas opuestas y a sus procedencias distintas (uno de la capital y el otro de Andalucía), los animó a mantener su enemistad y utilizarla para su producción poética.
En nuestro colección de poesía sonora, de la que puedes disfrutar en el canal de YouTube de Poemas del Alma, contamos con poemas de estos dos autores, como Érase un hombre de gran nariz. Si te interesa nuestro contenido, no te olvides de suscribirte para no perderte nada.
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