Hace unos días publiqué un texto sobre técnicas para mejorar la comprensión lectura. En el artículo de hoy presento algunas propuestas para conseguir planificar una rutina de lectura eficaz. ¿Vamos allá?
Leer para aprender y disfrutar
Leer es disfrutar y aprender. A veces, las lecturas se enfocan más a permitirnos pasar un buen rato que a adquirir conocimientos, aunque terminen ofreciéndonos ambas cosas. No obstante, cuando leemos para interiorizar conceptos específicos, cuando estamos intentando aprender acerca de algo, necesitamos una actitud despierta y completamente abierta para el aprendizaje. Para ello es conveniente que este tipo de lecturas las encaremos cuando nos encontramos más despiertos y más tranquilos, a fin de que el tiempo dedicado a dicha lectura sea lo más provechoso posible.
Cuando leemos para entretenernos podemos escoger cualquier momento del día que decidamos dedicar a esa lectura o cualquier momento que nos «sobre» y en el que no tengamos nada más que hacer. En este tipo de lecturas es recomendable también el estar relajado y atento, a fin de que lo que leemos penetre en nosotros y, en lo posible, nos cambie la vida; aunque muchos libros no tienen esta facultad de modificarnos rotundamente, vale la pena intentarlo.
Comodidad para viajar y buen ánimo
Al igual que nos ocurre cuando estamos de viaje, una buena postura y un asiento cómodos pueden ser sumamente útiles y colaborar con una experiencia inolvidable.
La comodidad a la hora de leer, sea el tipo de texto que sea, es imprescindible. Si te sientas en una silla incómoda al poco rato comenzará a molestarte el cuerpo y te desconcentrarás con facilidad. Así que dale a este asunto la importancia que se merece: comodidad y tranquilidad son dos condiciones imprescindibles para llevar a cabo una lectura eficaz.
Procura mantener siempre la concentración porque de lo contrario será tiempo desperdiciado. Es cierto que en una lectura placentera es más fácil dejarse llevar que cuando estamos estudiando, sobre todo si estamos aprendiendo sobre algo que no nos interesa demasiado; no obstante, mantener la concentración es fundamental y para ello, nada mejor que convencernos de que es esto lo mejor que podemos estar haciendo en este momento. El buen ánimo es imprescindible para llevar a cabo un trabajo eficiente.
La importancia de subrayar o hacer anotaciones
Algunos lectores acostumbrar dejar sus marcas bien sólidas en sus libros; otros preferimos mantenerlos lo más intactos posible. Supongo que se podría realizarse una interesante lectura sobre el perfil psicológico de cada uno de estos estilos de lectura, no obstante no es lo que hoy haremos. No importa de qué forma, lo que realmente se vuelve necesario a la hora de leer es registrar aquello que nos parece interesante de ese libro.
Si eres de los lectores a los que no les gusta rayar los libros te recomiendo que siempre tengas a mano un cuaderno o agenda donde poder anotar aquellas frases que más te interesan. Llevar fichas con los libros leídos podrá serte de mucha utilidad; sobre todo, porque con el paso del tiempo a veces olvidamos ciertas cosas y al revisar esas fichas podremos redescubrir lo mucho o poco que nos ha cambiado una determinada lectura.
En el siguiente párrafo escribiré sobre la importancia de planificar nuestras lecturas cuando aún no tenemos el hábito de la lectura.
Propuesta de lecturas anuales
Una buena forma de planificar nuestras lecturas es proponiéndonos una media (o mínimo) de libros que leeremos a lo largo del año. A principio de año podemos decidir ese número y, si tenemos algunas lecturas pendientes, tenerlas bien presentes para dedicarles tiempo durante el año. Si te gusta leer diferentes géneros, puedes hacer una lista de cantidad de libros de cada uno que te propones leer.
Por supuesto que esto no debe ser rígido; la lectura debe ser algo placentero, por lo que no deberías obligarte a llevarla a cabo si no quieres realmente hacerlo. No obstante, si no tienes la costumbre de leer todo cuanto quisieras, proponerte un número de libros al mes puede ser una forma interesante de arrancar; una vez que ya tengas el hábito podrás comprobar que has leído mucho más de lo que te habías propuesto, e incluso que ya no puedes llevar la cuenta de la cantidad de lecturas que has realizado. ¡Ojalá!
Un buen número puede ser proponerte una media de 30 libros al año; aunque pueda parecerte una cantidad alta de libros, piensa que tan sólo serían menos de 3 libros al mes. Ya verás cómo en cuanto descubras el placer de la lectura y adquieras el hábito serás capaz de leer mucho más que esa cantidad.
Una buena forma de incentivarte a leer puede ser unirte a un grupo de lectura, con los retos que en general se plantean y la propuesta de revisión lectora que suelen tener. Si no tienes un grupo de lectura donde vives, seguro que podrás encontrar en internet uno con el que te sientas a gusto.
5 consejos ineludibles en la lectura
Por último las 5 cosas que debes tener en cuenta siempre antes de sentarte a leer.
1) No lees para alcanzar la cifra de libro que te propones sino para disfrutar de tu lectura.
2) Si un libro no te está aportando nada, déjalo y procura buscar una lectura que te apetezca y te obligue a recuperar la pasión por la lectura.
3) Dedica tiempo a releer esos libros que significan mucho para ti, es una buena forma de conectar tus diversos tiempos lectores.
4) Intenta no limitarte a un género; explora porque nunca sabes dónde puede haber un buen libro esperándote.
5) Disfruta todo lo que puedas y convive con tus lecturas como si fueran nuevos amigos que visitan tu casa.
Teniendo en cuenta estos ejemplos estoy segura de que podrán planificar un excelente año de lectura. ¡Buena suerte y bellas lecturas para todos!
Comentarios1
No son baladíes estos consejos. Aunque parecen obvios, son la base de un buen lector. Gracias por recordárnoslo, Tes. Un abrazo.
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