¿Por qué escribimos? Muchos no comprendemos la vida fuera de la escritura, otros no conciben la escritura sin la vida; en cualquier caso escribimos porque es la forma que tenemos de interpretar la realidad y de convertir los hechos extraordinarios en cuestiones razonables o coherentes.
Escritores que no se consideraban como tal
Según Abelardo Castillo ser escritor no es publicar ni tampoco tener éxito. Los grandes referentes literarios, a quienes seguimos con admiración, deseando alcanzar su estilo o rozar sus universos, no se sentían escritores. Franz Kafka lo dijo en varias ocasiones, Virgilio expresó que tuvo el impulso de quemar «La Eneida» y Emily Dickinson, la extraordinaria poetisa, no publicó nada en toda su vida. Para ser escritor basta amar las letras y sentir que en ellas está el sentido de nuestra vida; no importa quién lo crea, lo importante es que nosotros estemos convencidos de ello.
Cada escritor tiene su propia noción de lo que el oficio exige e implica. ¿Qué es lo que define a un escritor? Supongo que es una pregunta muy difícil de responder. Si quien lo determina son las tendencias literarias de una época, muchos autores que consideramos escritores no deberían serlo. Si lo hacen los lectores o la crítica, quedarían fuera todos aquellos que cuentan con un público reducido, o a los que la crítica no quiere. Si fueran las instituciones, los premios literarios y la fama, también quedarían fuera muchísimos grandes autores.
La modernidad y la escritura
Vivimos en una era donde la imagen lo es todo. Las pantallas parecen indicarnos hacia dónde debemos mirar y qué cosas son las que realmente importan. Pero resulta que lo verdaderamente importante no se encuentra en esos fríos aparatejos. ¿Y el silencio? ¿Y las voces y miradas con el brillo del sol de la tarde?
Por suerte, algunos podemos verlo. Entonces leemos para llenarnos de vida, de esas historias que han sido escritas para cautivarnos y enriquecernos. Y como además sabemos que no podremos encontrar esa frase que necesitamos o que estamos buscando a través de la lectura, escribimos.
Algunos nos empecinamos y nos dedicamos a lo que creemos sabemos hacer: escribir. Y trabajamos intensamente por un proyecto por el que hemos estado postergando otros muchos, porque creemos en él.
Ser escritor o escritora es encontrar una historia y saber que la única forma en la que puede hacerse realidad es escribiéndola. Porque confiamos en la palabra escrita como otros confían en su marca de ropa o en su dios. La palabra escrita es lo que nos define, lo que nos salva, los que nos permite conocernos y darnos. No es tanto misterio, tampoco es algo romántico o maravilloso, simplemente es así. No necesitamos aplausos, ni lluvias de estrellas para saberlo. Escribimos porque confiamos en que es la única forma de alcanzar nuestra libertad.
Razones para escribir
Son muchas las causas que pueden llevar a alguien a convertirse en escritor: una vocación imposible de sofrenar, la necesidad de formarse en un oficio que le mantenga alejado físicamente de las personas, el afán de figurar en un determinado grupo…
Sin duda publicar no es ser escritor. Mucho menos hoy en día, que hasta Lionel Messi tiene su libro en el mercado. Tampoco la fama puede definir la esencia del oficio porque muchos autores han gozado de importante prestigio ofreciendo pobre literatura o plagiando a otros. Y no se puede decir que es más escritor aquel que publica con una editorial que lo acepta que el que lo hace autopublicándose. ¿No era Marcel Proust un escritor? (autopublicó sus dos primeras obras).
Intuyo que en parte somos lo que no buscamos pero sí elegimos a tientas, y lo mejor es aceptar hacia dónde hemos caminado en vez de negarnos a disfrutar del universo fabuloso en el que habitamos. Puede que Kafka no se sintiera escritor, sin embargo nadie como él podría haber creado «El Proceso».
¿Es realmente importante qué etiqueta nos ponemos? Continúo creyendo que nos define lo que hacemos y no lo que decimos que hacemos; por eso no puedo poner en dudas que autores como Kafka y Cortázar fueron escritores de verdad. Del mismo modo que no puedo negar que yo lo soy, aunque mi calidad y mi pobre estilo no lleguen jamás a rozar los talones de uno de ellos.
Para terminar quiero dejar una frase de Abelardo Castillo que me parece extraordinaria y que creo puede iluminar y devolver la ilusión y el entusiasmo a todos aquellos que dudan de su vocación literaria:
Comentarios7
Tes. ¡Te adoro!. Es lo más cercano a lo que siento lo que has plasmado. No tengo palabras, sólo una que tal vez no diera el significado total que representa mi sentir pero que es la manera más humana que puede describirlo: ¡Gracias!. Has renovado mi camino. Ese que se trunca cada vez que la mente que piensa y que guía arguye que no debería de seguir. Hay tantas cosas frente a tí que te hacen dudar. Y te ensimismas aún tembloroso en tu afán por escribir aunque sean palabras sin sentido, tan sólo por no dejar que se muera en pasarela de intentos tu vocación más íntima.
- "Porque confiamos en la palabra escrita como otros confían en su marca de ropa o en su dios. La palabra escrita es lo que nos define, lo que nos salva, los que nos permite conocernos y darnos. No es tanto misterio, tampoco es algo romántico o maravilloso, simplemente es así. No necesitamos aplausos, ni lluvia de estrellas para saberlo. Escribimos porque confiamos en que es la única forma de alcanzar nuestra libertad." -
Esa es la verdad.
Te envío un abrazo enorme.
Juan Pablo Amador.
¡Guau, Juan Pablo! ¡Muchísimas gracias, de verdad! Me encanta saber que mis artículos te son útiles y te ayudan a recuperar la ilusión por el universo fantástico de la escritura. Deberías saber que sin personas como tú, que me leen a diario y dejan sus comentarios, mis textos carecerían de esencia. Así que las gracias te las doy yo.
Un abrazo enorme para ti, y ¡a seguir escribiendo ese libro único!
Besos.
Fantástico artículo, Tes. Un soplo de aire fresco para todos los que de alguna manera nos vemos reflejados en tus palabras. Creo en todo lo que expones, salvo en la pobreza de tu estilo. Seguiremos intentando alcanzar nuestra libertad 😉
Un abrazo.
¡Muchas gracias, Rapsódico! 🙂 Es halagador escuchar eso. Habrá que seguir trabajando... Por lo pronto le agradezco a la escritura más allá de todo lo que me brinda en lo literario, la posibilidad de conocer a escritores tan valiosos como tú.
Un abrazo gigante.
Sí enhorabuena!!
¡Muchas gracias, Susan! 🙂
Realmente ser escritor o escritora es poder plasmar nuestra existencia las experiencias de la vida desde la perpectiva que vivimos.
Siempre hay algo que contar y compartir con otros miembros de nuestra especie. Cuando se escribe hacemos una limpieza mental de nuestros sueños,pensamientos y sensaciones y hay que airar para tener viento fresco en nuestra mente. Yo me tuve que auto publicar un libro en forma artesanal y ha sido una experiencia sencillamente gloriosa y coincide plenamente con este artículo.
¡Qué bien Edna! ¡A seguir escribiendo entonces! Besos.
Gracias por la generosidad de tus palabras y me encanta lo de los cuentos sobre todo el de Horacio Quiroga.
es cierto, escribo para encontrar la libertad. Además trato de convertir la rutinaria realidad en algo extraordinario, para lo que hace falta utilizar de otra manera el lenguaje. Saludos Tes
Una bonita forma de entender la escritura. Saludos para ti también.
Oh cielos!... que maravilloso Artículo acabo de leer!...
Nos entusiasmas,Tes, a atrevernos a explorar el mundo fantástico d las Letras, aun sin experiencia en este Arte, como es mi caso, que se despertó en mí, en la *tercera edad*. las ganas y el entusiasmo de incursionar en ese difiícil arte de escribir poemas, poesías o como se llame pués lo importante es escribir en hojas blancas todo lo que te va dictando tu mente y que las escribes con la punta de tu corazón...(*Escribimos porque confiamos en que es la única forma de alcanzar nuestra libertad*)
Acepta mi humilde opinión en el sentido de que ,tu estilo es rico, de una sencillez extraordinaria que llega hasta lo mas profundo del alma y del intelecto!, así que, nada de pobreza de estilo, eres especial, por eso me fascina leer tus variados Artículos. Gracias!
¡Qué bellas tus palabras, Nhylath! No hay edad para empezar a escribir ni tampoco una única forma de acercarse a la escritura. Es precioso al menos saberse pillado por este precioso arte, ¿no te parece?
Un abrazo gigantezco, y gracias de nuevo.
las letras se esconden debajo de mi almohada como si fueran niños jugando a las escondidas...yo cuento hasta mil y salgo a buscarlas como si fueran gotas de aguas que sacian mi sed. las necesito para sobrevivir, así como el aire que se viste de versos azules.
Desconozco de donde proviene tan dulce locura...solo se que esta dentro de mi eso de escribir...
gracias Tes Nehuèn por recordarme lo,
así puedo estar mas cuerdo por un tiempo y
lograr una crisis de razonable inspiración.
¡Gracias a ti por leerme, Monsierlazo!
Debes estar registrad@ para poder comentar. Inicia sesión o Regístrate.