América ha dado importantes nombres dentro de la poesía y de la novela. No olvidemos, por favor, a la melancólica Sylvia Plath, hija de un botánico, y esposa de un poeta importante de la época. Su marido, el poeta Ted Hughes decía que ella tenía poderes paranormales. ¿Será?
Sylvia Plath llevaba un diario desde la mocedad hasta una fecha cercana a su muerte. La intensidad de la vida y de la poesía de esta escritora norteamericana ha hecho de ella un referente de literatura, aun cuando escribió una novela La campana de cristal, que no hizo mérito alguno.
Sylvia Plath se suicidó. Y a partir de su muerte su nombre se hizo mito.
Tenemos tan cerca todavía a Alfonsina Storni, quien sigue siendo un nombre confiable de la poesía. Para un Buenos Aires del siglo pasado, que sólo estaba abierto a la poesía y a las charlas de los hombres, ella fue punta de lanza del género femenino. Se abrió paso entre los poetas gracias a la agudeza de su carácter y sus razonamientos críticos. El mar se la llevó. O ella se llevó al mar.
Delmira Agustini, la poetisa uruguaya que sufría de una suerte de ataques y desórdenes nerviosos que la dejaban postrada durante días y días en la cama, es la cumbre de la poesía femenina uruguaya. Todo cuanto ella escribía tenía revelación de genio.
Gabriela Mistral, quien que fue la primera mujer en América en ganar el Premio Nóbel de Literatura, dejó no solamente un magnífico legado poético, sino también una prosa de elevada expresión.
Y cómo olvidar a Olga Orozco.
Poetisa argentina nacida Toay, La Pampa, en 1920, es dueña de una poesía profunda, acaso difícil de comprender, debido a los hondos significados de sus palabras que se enredaban, que se comían las unas a las otras. El aliento de Dios está presente en sus versos. Fuerza, sangre de un mundo desgarrado corren por los poemas de esta magnífica poetisa a la que debemos leer con atención.
Su infancia transcurrió en Bahía Blanca hasta los dieciséis años. En Buenos Aires comenzó su carrera literaria. Es difícil explicar o intentar hacer una aproximación crítica sobre la obra de Olga Orozco, pero ha de decirse que su poesía es la vocación del drama, y que ella va a hundirse en el fondo del ser humano, para quedarse allí, contemplando la dureza de los noches insomnes. Ah…, sus imágenes. Y su inspiración que nos invita a emprender un vuelo con ella hacia las mejores alturas.
Su obra poética tiene una marcada tendencia surrealista. Puede decirse que han ejercido mucha influencia en su arte escritural los maestros Rimbaud, Baudelaire, Rilke y Nerval.
Su obra ha sido traducida a varios idiomas y distinguida con los siguientes premios:
Primer Premio Municipal de Poesía; Premio de Honor de la Fundación Argentina 1971; Gran Premio del Fondo Nacional de las Artes; Premio Esteban Echeverría; Gran Premio de Honor de la SADE; Premio Nacional de Teatro a Pieza Inédita en 1972; Premio Nacional de Poesía, en 1988; Láurea de Poesía de la Universidad de Turín; Premio Gabriela Mistral, otorgado por la OEA; Premio de Literatura Latinoamericana Juan Rulfo, en 1998.
Falleció en 1999.
Comentarios1
Amplia informacion sobre los grandes poetas literarios.
los felicito.
saluditossss
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