Rafael Alberti: Vida y exilio

Un día como hoy pero de 1999 fallecía Rafael Alberti, uno de los personajes más importantes de la Generación del 27. En el artículo de hoy hacemos un rápido repaso por los hitos de su vida y exploramos algunos de los rasgos preponderantes de su obra. Es un gran día para leerlo y disfrutar de su exquisito talento poético. En nuestro canal de YouTube, por ejemplo, puedes encontrar diversas lecturas de poemas de su autoría.
 
 

Infancia y primeros poemas de Rafael Alberti

Rafael Alberti fue uno de los poetas y dramaturgos más destacados de la literatura española del siglo XX. Perteneció al grupo literario Generación del 27, que es sin lugar a dudas uno de los más fructíferos y que más voces inolvidables ha dejado a la poesía hispanoamericana. Su obra, marcada por una notable evolución estilística, abarca desde la poesía tradicional hasta formas más modernas, y en ella el poeta quiso dejar constancia de su gran compromiso político y social: al igual que otros poetas de su generación, Alberti no contemplaba la escritura como un mero oficio sino como un acto político, y la asumió como un compromiso ético.

Nació el 16 de diciembre de 1902 en El Puerto de Santa María, Cádiz, en una familia de origen italiano dedicada al comercio de vinos. Su infancia estuvo impregnada de la influencia marítima de Cádiz, y esto es importante cuando leemos su obra porque es uno de los temas más recurrentes en ella. En 1917, la familia Alberti se trasladó a Madrid, donde Rafael descubrió su pasión por la pintura y la escritura y comenzó a vincularse a los círculos artísticos emergentes de la ciudad.

Curiosamente, Alberti no comenzó su andadura artística desde la poesía; inicialmente su gran pasión era la pintura, pero un problema de salud lo acercó a la poesía, y se sintió devorado por ella de una forma extraordinaria. En 1924 publicó su primera colección de poemas, Marinero en tierra, que marcaría un antes y un después en la literatura española y que le permitiría alcanzar una gran visibilidad al ser condecorado con el Premio Nacional de Literatura. Es una obra de corte sumamente popular, en la que Alberti trabaja con acierto el sentimiento de nostalgia que le provoca la lejanía con su tierra y lo hace de una forma disruptiva.

En la década de 1920, Alberti conoció a algunos de los miembros de la Generación del 27 y se sintió sumamente atraído por los vínculos estéticos y afectivos que compartían. Junto a poetas como Federico García Lorca, Vicente Aleixandre y Luis Cernuda, Alberti exploró el modernismo y la vanguardia, y trabajó en la renovación de la poesía. En este período publicaría obras como Cal y canto y Sobre los ángeles, dos obras que demuestran su gran interés por la experimentación y que, para muchos, son los dos grandes libros del poeta. Mientras que el primero es un libro más vanguardista y experimental, el segundo es un libro con un tono de búsqueda existencialista tremendo donde el poeta plasma experiencias como la angustia, la soledad el vacío espiritual de una forma innovadora y contundente.

Exilio y regreso a España

Durante la Guerra Civil, en los años 30, Alberti se afilió al Partido Comunista y se involucró en la política. Fue un firme defensor de la República, y su poesía adquirió un tono cada vez más comprometido y social; de esta época son libros como El poeta en la calle y Entre el clavel y la espada, en los que el poeta gaditano trabajó con un registro menos experimental y de tono social y crítico. También comenzó su colaboración con diversas revistas antifascistas y de propaganda comunista.

En el año 1939, con el triunfo del franquismo en España, numerosos poetas y artistas afines a la República tuvieron que exiliarse para poner a salvo sus vidas. Alberti se trasladó con la escritora María Teresa León, con quien estaba casado, a París, y más tarde a Buenos Aires. Durante este tiempo de distancia con su tierra, Alberti no abandonó su actividad política y literaria, y su poesía se volvió un símbolo de la resistencia artística española. En su obra Pleamar plasmó a la perfección la sensación de desarraigo y nostalgia por España.

Su exilio duró 24 años, tras los cuales la pareja regresó a España, en 1977, donde Alberti fue recibido como un héroe. Rápidamente se reincorporó a la vida cultural del país y pudo sostener su visibilidad. En lo político, fue elegido diputado por el Partido Comunista; sin embargo, pronto abandonó su carrera diplomática para dedicarse exclusivamente a la literatura. En este período su poesía cambió rotundamente, perdiendo el tono político de años anteriores y volviéndose más intimista e introspectiva.

En 1983 Alberti fue galardonado con el Premio Cervantes, uno de los máximos reconocimientos en la literatura española, que sería el último que recibiera en su vida. Murió el 28 de octubre de 1999 en su casa de El Puerto de Santa María, rodeado del cariño de los suyos y disfrutando de ese mar querido que tanto había añorado a lo largo de su vida.