Razones para leer «Suave es la noche», de Scott Fitzgerald

Razones para leer "Suave es la noche", de Scott Fitzgerald

 
 

Cuando se habla de la obra de Francis Scott Fitzgerald generalmente se empieza por «El Gran Gatbsy», sin embargo, quizá la mejor novela para iniciarse en la obra de este escritor sea «Suave es la noche». En ella encontramos un boceto de todos los elementos que el autor ha trabajado en su larga carrera; además, es una obra madura, que nos permite descubrir el trabajo complejo de este fascinante narrador. Vamos a repasar en este artículo algunas buenas razones para leer esta maravillosa novela.

 
 

Mirar el mundo desde el dolor ajeno

Quienes hablan de la obra de Scott Fitzgerald suelen mencionar dos elementos en primer lugar: el jazz y la aristocracia. El escritor, que se vio fuertemente seducido por la buena vida y este estilo musical que tiene mucho de flirteo con lo sobrenatural, otorgó a estos dos elementos una gran relevancia en sus tramas. No obstante, si tuviera que decantarme por un tema supremo diría que es el dolor. Creo que pocos escritores como él han sabido tratarlo de forma tan contundente: dejando fuera tanto el dramatismo como la trivialidad.

El dolor de los demás: de los que aman y no son amados, de los abandonados por el destino, de los que han tomado malas decisiones y no saben retroceder, de los que se ven zamarreados por el destino. Pero, precisamente, porque no hay en su estilo una estética del dolor o de la tragedia, muchas veces este rasgo pasa desapercibido para los lectores.

Y creo que Suave es la noche es el mejor ejemplo de lo que digo. Una pareja que se une con el objetivo de intercambiar posibilidades: una joven que sufre esquizofrenia (Nicole Warren) y un joven psiquiatra (Dick Diver). Él le promete cuidados y ella a cambio se encargará de mantenerlos a ambos, con el dinero de una familia de alta alcurnia. Pero las cosas no salen bien. Aparece una joven actriz que pone patas arriba la confianza y la complicidad que los enamorados han sabido desarrollar. El dolor está presente en la intimidad de cada uno; porque nadie queda exento de sufrir en este valle de lágrimas.

Fitzgerald nos presenta aquí cuatro personajes fuertes cuyas vidas se entrecruzan y cambian para siempre. Cuatro vidas más o menos estables que se ven modificadas por el deseo, la traición y el anhelo de una vida distinta. Siempre la vida que no tenemos tiene un aspecto esperanzador; los seres humanos tenemos esa torpe histeria de desear lo que no tenemos y algo que podría ser uno de los rasgos más interesantes de la supervivencia –no bajar los brazos, luchar hasta el final– se convierte en una condena –la incapacidad para apreciar lo que hemos conseguido, lo que somos–. Todo esto se encuentra muy bien ilustrado en esta novela.

Razones para leer "Suave es la noche", de Scott Fitzgerald

Reconstruir el mundo

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Suave es la noche permite muchas lecturas. Entre ellas hay una mirada sobre el que cuida, el que permanece junto al herido emocional y sufre con él, el que debe intentar reconstruir el mundo cuando el otro ha perdido la esperanza (y los papeles). Es una lectura sumamente alentadora desde ese lugar porque aparece la culpa, la opresión del que cuida de una forma nueva. Una mirada que permite entender que todos somos humanos, que todos estamos heridos y que la vida pasa mucho más rápido de lo que nos gustaría.

El jazz, la música que transforma nuestro ánimo, y el desamor son dos temas que rondan toda la obra de Fitzgerald. También la relación entre Norte y Sur y la mirada de los desclasados sobre la vida de los aristócratas. No sólo estamos ante el escritor que dio impulso a una literatura distinta, de entreguerras, donde hacía falta glamour y dinero para formar parte del mundillo de los libros, sino que consiguió demostrarnos que para escribir hace falta mucho más que talento. Su empeño con la escritura fue inigualable.

Se dedicó a escribir como si fuera lo único que se puede hacer y dejó algunos de los relatos más fascinantes de la literatura latinoamericana: «El curioso caso de Benjamin Button», «El Gran Gatsby», «A este lado del paraíso» y «Suave es la noche». Esta última novela tuvo muchas dificultades para ver la luz. Fitzgerald se jugaba la vida en la estructura. Sus historias traen emparentada cierta locura, cierta animadversión por lo conocido, el deseo de transformar el mundo con palabras. Y eso es lo que encontramos en esta fascinante novela.

Sin duda hay muchísimas otras razones para leer esta extraordinaria novela. Aquí sólo hay algunas ideas. ¿La has leído?

Razones para leer "Suave es la noche", de Scott Fitzgerald



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