Una de las cosas más fascinantes de la literatura es que no tienes que tener una edad determinada o una ideología o nacionalidad para poder disfrutar de ella. Puede que incluso algunos hayan escuchado historias antes de nacer, cuando todavía las palabras no significaban nada. O no tenían el peso que después adquirirían.
Y ¿no es acaso la adolescencia una de las etapas en las que la literatura adquiriría un papel fundamental? ¿Quién no recuerda las tardes o noches enteras embadurnando el alma de lecturas: aventuras, romances, misterios..? Sea cual sea el género que te guste, seguro que has tenido algún libro que te ha cautivado y al que recuerdas con especial amor.
En este artículo compartiré dos de los que han sido fantásticos y que me han acompañado muchísimo en esta difícil y solitaria etapa, la adolescencia. A ver si coincidimos en gustos.
Anne la de tejados verdes
Recuerdo que el libro de Anne que tenía era una versión muy antigua a la que se le habían despegado algunas hojas. A causa de ello, una vez tuve que correr un buen trecho en la playa para capturarlas, porque por un golpe de viento se habían ido volando.
Recuerdo esa carrera de forma especial. Ahora pienso que en esa imagen de esa chica corriendo detrás de una hoja podía verse lo que sería toda mi vida. Siempre en pos de la literatura, siempre detrás de páginas llenas de emociones para completar mi vida. Y, si somos detallistas, en la vida de Anne también los libros y la imaginación jugaron un papel fundamental; por lo que, también podríamos verla en esa misma situación en la que yo me encontré.
Esta historia ocurre en la isla Príncipe Eduardo (que hace pocos años supe exactamente donde quedaba, ya que siempre había creído que era un lugar imaginario :-/ ).
Anne es huérfana (siempre he sentido predilección por los personajes solitarios y sin familia). Ha pasado su vida en hospicios y cada vez que era adoptada por una familia, inmediatamente la devolvían al orfanato dado que no se acostumbraba a la vida real. Tenía un mundo interior tan intenso y lleno de personajes y fantasías que la vida no le atraía. Le aburría la realidad y prefería embriagarse de historias fantásticas. ¡Era realmente adorable!
Un día, Marilla Cuthbert y Matthew Cuthbert, dos hermanos de avanzada edad solicitan al orfanato que le envíe a uno de sus niños para adoptarlo. Deseaban un varoncito para que les ayude con las tareas de la granja, mientras ellos le dan la posibilidad de tener un hogar. Cuando se dan cuenta de que en lugar de un niño llega una jovencita pelirroja, sumamente arremolinada y traviesa, su primer impulso es devolverla. Pero, después de las llorosas insistencias de Anne, deciden darle la oportunidad. Y ahí se queda, formando parte de esa familia, intentando ablandar a la terca y fría Marilla y disfrutando de las risas y escasas palabras de Matthew.
Y no cuento nada más. Solo quiero decir que me parece una historia preciosa para incentivar la imaginación de los niños. Considero, de hecho, que es una historia fantástica para adentrarse en la lectura. Y ¿qué mejor que estas vacaciones para vivir fantásticas aventuras con esa charlatana niña?
Crimen y castigo de Fedor Dostoyevski
No me gusta pensar que hay libros qué solo pueden entenderse a cierta edad. Por eso, mi segunda recomendación va a ser «Crimen y castigo» de Dostoyevski. Aunque no parezca apropiada para muchos adultos, creo que es una de las mejores lecturas que me han quedado de la adolescencia.
Es cierto que, dependiendo de la adolescencia que se tenga, es probable que muchas cosas no puedan ser comprensibles del todo para una niña de 13 años; sin embargo, puede que gracias a esa lectura pueda aprender que la vida está llena de contradicciones. Y, cuanto antes lo sepa, mejor.
Rodion Raskolnicov es un joven que padece de bruscos estados febriles, movidos por el recuerdo de su primer asesinato. A lo largo de la historia se irá enfrentando con diversos personajes, algunos más viles que otros e irá descubriendo el alma del ser humano.
Dostoyevski es sin duda uno de los autores que mejor ha sabido escribir acerca de la mente de las personas; sus obras son reales descripciones de cómo funciona nuestro cerebro y de qué somos capaces de hacer para enfrentarnos a nuestros conflictos más reservados.
Con «Crimen y castigo» me estrené en su obra, y ha sido fundamental no solo para adoptarlo como uno de mis principales referentes, sino para decidirme por este precioso oficio. No sentí que quería escribir como él, pero sí soñé con conseguir producir esas intensas emociones en un lector algún día. Todavía queda mucho trabajo, en una de esas lo consigo… y sino, intentarlo no me parece poco desafío.
Existen miles de historias recomendables para los jóvenes lectores, muchas de ellas también ideales para un público adulto. Necesarias para recuperar la magia e inocencia de la primera infancia. Si se te ocurren más títulos, no dejes de compartirlas con nosotros. Y ahora, a escoger nuestras lecturas y dedicar estas vacaciones a viajar por preciosos mundos y a vivir muchas más vidas que las que podemos. 😉
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