No es extraño que esta sea una de las máximas de Neuman. Cuando te acercás a sus cuentos descubrís mucho más que lo que hay en la superficie.
En el artículo de hoy quiero dejarles mis pequeñas impresiones sobre el libro de cuentos «El último minuto», publicado por Página de Espuma.
La bañera
El título para un relato no debe ser difícil de recordar, por eso no hay que pensarlo demasiado. Le escuché decir a Neuman en un entrevista.
No entendí a qué se refería hasta que leí «La bañera». Este cuento es el que da lugar al comienzo de este libro de cuentos (¿por qué no les llamamos cuentarios?) y es realmente una joya.
Hacía tiempo que un relato no me llegaba tan hondo. De hecho, tuve que releerlo varias veces como si me costara creer que los genios no solo aparecen en los cuentos.
¿Qué tiene este relato?
Uno. Se encuentra escrito con una sencillez escalofriante.
Dos. está lleno de sutilezas, de cosas que se dicen a través de imágenes. Sí, ya sé, insisto en esto; pero es que realmente me parece fundamental.
Tres. Es un verdadero manual de cómo expresar la memoria y el peso del paso del tiempo en la vida de un personaje que está a punto de morir, en su último minuto.
Este relato narra los últimos minutos de un hombre (el abuelo del narrador), en los que recuerda su historia: las privaciones de su infancia, a su madre obesa y abusiva, a su padre (vagamente extranjero), su adolescencia, a sus hijos y esa última etapa regada de esa paz agridulce que provoca el paso de los años.
Sinceramente, me parece alucinante cómo a través de imágenes concisas Andrés consigue pintarte toda la vida de ese hombre. Obligándote a empatizar y sentir compasión por él, sentado solo en la bañera.
Me gustaría decir muchísimas cosas, pero haré hincapié solo en una: en la forma en la que se presenta a la madre del narrador. En ningún momento habla de ella de forma explícita, pero «se cae de maduro» que es su progenitora. Y entre todos los nimios pero exquisitos detalles que hacen referencia a este personaje, me quedo con este: «un funeral desierto, un ataúd enorme«. Y es que Neuman tiene eso, sabe decir sin decir.
Dicho todo esto, repito: no me extraña que una de sus máximas sea la frase que encabeza este artículo. ¡Son esas pequeñas sutilezas las que me hacen adorar a Neuman!
Últimos minutos de pequeñas y grandes existencias
En «El último minuto», una vez más, me encontré con esa fluidez tan característica en Andrés; una cualidad difícil de encontrar en los narradores actuales y todavía más de conseguirla en la propia escritura. ¡Y en él parece tan absolutamente natural!
Supongo que este es el rasgo común de todos los relatos, que discurren en torno a cuestiones fundamentales de la existencia: la vida, la muerte, la soledad, la tristeza, el abandono, los abusos, pero que se encuentran descritos de una forma sencillísima (no simplista). Al punto de hacerte sentir que no son tan complicadas como lo creías.
Los pequeños detalles de la vida son los que hacen que toda ella valga la pena, son los que la convierten en grande, entonces ¿para qué andarnos con armatostes?
¿Hay cuentos favoritos?
¿Se pueden tener favoritos con Neuman? Mmm es difícil. No obstante, en mi caso sí hay algunos cuentos que me siguen para siempre con mayor intensidad. De este libro resalto el primero y los que siguen a continuación.
«El pianista holandés». Un relato que evoca esa conexión que existe entre nuestras experiencias y la música; en cómo ella se nos mete hasta los huesos y consigue que ya no podamos separarla de las cosas que nos ocurren.
«Mi otro nombre». Un cuento que te pone los pelos de punta y reflexiona sobre la construcción de relaciones infecciosas. Sobre esa incapacidad casi innata del ser humano de estropear su entorno; de no saber cuidar aquello que ama y de temer de lo más cercano.
«Ars Volandi» y «Aire». Dos textos que me llegaron a lo más profundo. Supongo que cada lector hará su propia interpretación. En mi caso, me parecieron perfectos para expresar el arte de la escritura, esa actividad que nos permite volar y llegar a donde queremos. Además, me ha hecho pensar en el desarraigo y el exilio; dos temas que Neuman conoce bien y de los que ha escrito como pocos han sabido hacerlo.
Hay un fragmento que me gusta especialmente:
10 razones para leer «El último minuto»
A continuación les doy 10 razones para no perderse este libro.
- Claridad narrativa (Una de las cualidades más resaltables de Andrés)
- Tonalidades poéticas en cada párrafo (¿Quién dijo que poesía y narrativa eran dos mundos opuestos?)
- Historias entretenidas (Me atrevo a decir que van a leerse el libro de un solo saque)
- Espontaneidad en el discurso (Cuando lo leés llegás a pensar que escribir es fácil; cuando lo intentás, te das cuenta de lo enorme que es Neuman)
- Profundidad en las tramas (La capacidad para crear múltiples hilos en un mismo conflicto es asombrosa)
- Reflexión sobre la importancia de cada instante (Al terminar te deja un buen sabor de boca)
- Énfasis puesto en las pequeñas cosas y placeres de la vida (La vida es corta, mejor disfrutar de cada momento. Los grandes acontecimientos tienen lugar en las pequeñas situaciones)
- Musicalidad y belleza (No sé si es porque viene de una familia de músicos, pero leerlo es escuchar música ¡qué duda cabe!)
- Consejos imperdibles (Sus anexos poseen altos aportes para la creación literaria)
- Porque es Neuman (Este punto hace que los nueve restantes estén demás)
El genio contemporáneo
La solidez con la que se expresa Neuman es llamativa y puede percibirse en cada uno de sus cuentos, donde parece que nada sobra. Me fascina su lucidez y la capacidad de construir un perfecto artefacto donde todas las piezas parecen tener un sentido, sin ser necesariamente cuerdas. Y sus finales, siempre sorpresivos, son maravillosos.
Cuanto más lo conozco, más admiro sus capacidades y más quiero leerlo. Si Dostoyevski fue uno de los autores que determinó mi pasión por la literatura y mi necesidad de expresarme a través de este arte, Neuman es el genio contemporáneo que me recuerda que no está todo perdido y que aún queda mucho por escribir. Gracias a personas como él, apasionadas y entregadas a uno de los trabajos más bellos que existen, es que la literatura se mantiene viva y continúa siendo necesaria.
Debo confesar, antes de terminar, que una de las cosas que más me atrae de los cuentarios de Neuman son sus apéndices. Creo que nadie que se jacte de ser un aficionado al cuento y a la escritura debería perdérselos.
Si se han convencido de leer este libro, pueden encontrarlo en el «fondo de armario» de Páginas de Espuma.
Comentarios1
No hay duda de que es un autor que te marca. A mí, también me parece uno de los llamados a ser grandes en la literatura, por eso siento no poder verlo hoy en directo como creo que tú si vas a hacer. 😉
Enjoy su lectura.
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