La semana próxima se realizará en la ciudad de Málaga Ecopoética, un evento en el que se abogará por el cuidado del medio ambiente y la ecología. Como Poemas del Alma ha sido invitada, hemos seleccionado algunos poemas de autores que consideramos importantes para leer en dicha ocasión.
Entre los poetas escogidos se encuentra Walt Whitman, autor de «Hojas de hierba». Para irnos preparando a dicha reunión ¿qué mejor que presentarles o recordarles a este fantástico poeta americano?
¿Quién era Walt Whitman?
Democracia, igualdad, aceptación, tolerancia… son algunas de las palabras que surgen al leer a Walt Whitman. Un poeta que supo poner por encima de todo la dignidad de la vida, independientemente de la especie y de la condición social. Y que enalteció la fuerza de la humanidad para cambiar la realidad en pos de la creación de un mundo nuevo.
Walt Whitman nació el 31 de mayo de 1819 en Long Island y falleció el 26 de marzo de 1892. Es considerado uno de los pilares sobre el que se sostiene toda la poesía norteamericana del último siglo. Un poeta que no solo cultivó la poética con una delicadeza inigualable, sino que además supo hacer aportes políticos al lenguaje literario. Esto último lo convierte, sin lugar a dudas, en uno de los primeros poetas activistas; capaz de fusionar la vida con la poesía y de crear una nueva forma de expresión, un lenguaje litera-coloquial.
Si tuvieramos que definir en pocas palabras la ideología Whitmaniana podríamos hacerlo con una palabra HUMANIDAD, en el sentido más amplio de la palabra. Como hombre y como poeta, Walt creía en nuestra especie y apostaba por la igualdad.
Se dice que Whitman es el poeta de Estados Unidos que nunca será reemplazado ni superado. Padre, sin lugar a dudas, de la poesía libre, que supo cultivar con una maestría que, muchos años más tarde, continúa sorprendiéndonos.
Su primer poemario se tituló «Canto a uno mismo» y es posiblemente una de sus obras más sociales. Posteriormente, publicó «Hojas de hierba», un poemario que recogió alguno de los textos anteriores y que tuvo diferentes ediciones a lo largo de los años.
En estos poemas manifestó su absoluto descontento con la pérdida de los valores y su preocupación por el equilibrio con el entorno natural para llevar una vida sana y justa.
En uno de los versos de dicho poemario, expresa:
Optimismo en el ser humano
En su poesía los protagonistas fundamentales son el hombre y la mujer viviendo en armonía en una sociedad tolerante. Realzando la humanidad del individuo y su capacidad para relacionarse y crear lazos con otros seres vivos.
En «Canto a uno mismo» en particular, Whitman consiguió elevar el yo a la categoría del nosotros; a través de un lenguaje sencillo que parte del habla coloquial y se empapa de belleza poética.
A través de sus poemas, el yo-nosotros se interna en un mundo donde las individualidades carecen de importancia. Donde todas las acciones tienen una repercusión en el entorno y donde, la única forma posible de hacer las cosas, es a través de la comunicación y la pertenencia a una misma causa. El sujeto es indispensable en la formación del mundo y, por ende, es activo y necesario para el desarrollo de los actos de todo tipo.
En esta obra conocemos a un Whitman optimista que confía en el ser humano y que espera positivamente en él. A su vez, como el título lo expresa, el poeta intenta dar un mensaje de confianza al individuo en sus semejantes; instándolo a luchar por la democracia en su sentido más amplio.
Posiblemente una de las cosas más cautivadoras de su poesía es la inconexa variación del yo. Es como si el propio surgimiento de su ser poético estuviera ligado a un destino desconocido. Como si a lo largo de los poemas, el propio autor fuera descubriéndose, naciendo y dirigiéndose a un espacio que no sabe exactamente cuál es.
Sensualidad y poesía
Y en ese enaltecimiento de la humanidad es inevitable que el poeta entre en contacto con la sensualidad y la experiencia más inalterable de la vida que es el contacto íntimo con otro ser humano.
Este tema es interesantísimo en su obra. De hecho, es inadmisible hablar de él sin dedicarle un artículo completo. Se pueden extraer cientos de imágenes intensas y de expresiones sumamente interesantes.
De momento tan solo diré que en Whitman no existe división entre sensualidad y poesía; es decir, que consigue reunirlas y unirlas de una forma magnífica.
Y, lo que más me gusta de él: su erotismo es verdadero, en él no existen división de géneros ni de credos. O dicho de otro modo, en su poesía razón y prejuicios quedan fuera de todo intento de expresar la verdadera naturaleza y de acercarse a ese espacio en el que todos somos iguales (aunque intentemos o intenten hacernos creer lo contrario).
Espero que les haya gustado este artículo y prometo entregarles pronto otro en el que analicemos a fondo este último tema.
Comentarios2
Como dijo Ezra Pound, los errores de Walt Whitman son superficiales, él nos da la imagen de su época, su historia moral y que la mejor manera para conocer a la América del siglo XIX es de leer a Whitman. Si no podéis leerlo en inglés os recomiendo a la traducción de Borges, que no tiene rivales.
Sensualidad y poesía van unidas, dependen una de la otra en una simbiosis única que hace al lector viajar por ese universo que sólo existe en ella...en la hermosa y adorada poesía !!!
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