En nuestro ciclo sobre el refranero popular, vamos repasando las frases más significativas de nuestra tradición literaria más antigua y te ofrecemos una nueva mirada sobre ellas. Ya hemos citado refranes relacionados con las frutas, los árboles, los animales, sobre la buena y la mala suerte y los oficios. También hemos repasado frases de carácter náutico y refranes relacionados con el arte de comunicar
En el capítulo de hoy seguiré en esta línea y voy a centrarme en frases sobre la educación y el aprendizaje. En nuestro refranero popular tenemos una gran cantidad de sentencias que nos sirven para entender nuestra forma de construir(nos) y de interpretar la vida. A continuación veremos algunos refranes sobre nuestra manera de aprender y sus diversos significados.
Aprender del fracaso
Hace unos días me pasó algo muy feo. Algo sobre lo que no quiero escribir directamente pero que me sirve para hilar el primero de los refranes que acompañan esta lista. Resulta que durante un mes había estado trabajando en un proyecto que me hacía mucha ilusión; por causas ajenas a mi voluntad tuve que suspenderlo y una gran frustración se coló en mi ánimo. Entonces alguien me recordó este refrán:
En esta frase se nos enseña que muchas veces hasta llegar a conseguir una meta tenemos que trabajar arduo y desperdiciar parte de nuestro trabajo. En quienes creamos esto es sumamente común: trabajamos equivocándonos, y de nuestros errores puede surgir aquello con lo que nos sintamos verdaderamente identificados. Aprender a echar a perder nuestro trabajo para seguir mejorando es un trabajo en sí mismo; empeñarnos en conseguir que nuestros errores den frutos puede ser toda una actitud frente a la vida, y sobre todo, frente al trabajo creativo.
Gracias a haberse equivocado muchas veces un científico puede descubrir la solución al problema que consume todo su tiempo; gracias a haber desafinado y colocado pésimamente durante muchos intentos, puede el cantante colocar la voz y afinar correctamente. Y así ocurre con todos los oficios, con todas las pasiones. Es decir, de los errores aprendemos, aunque cabe aclarar, sólo si así lo queremos.
Estamos aquí para aprender y sin duda frases como ésta nos confirman esta certeza:
Es importante aclarar un pequeño matiz. Esta frase no hace referencia a que debemos saber de todo, sino que debemos aprender aquello que nos puede ser útil para la vida, aquello que deseamos saber, dedicando a la enseñanza tiempo y esfuerzo. Es decir, nos anima a no quedarnos sin buscar, sin indagar en los cimientos de la vida para sentirnos más completo. El conocimiento nos forma y no estorba, porque a diferencia de las cosas materiales que sí ocupan lugar, sólo está en nuestra cabeza, viene con nosotros allá donde vayamos. Del mismo modo, como es un bien inmaterial nadie puede arrebatárnoslo.
La vida y el aprendizaje
Y siguiendo en esa línea tenemos este otro refrán:
Una frase en la que se nos anima a esforzarnos cada día por aprender algo; en llegar al final de la jornada habiendo adquirido un nuevo conocimiento. ¡Un consejo maravilloso que no deberíamos olvidar jamás!
Muchas veces creemos que las cosas nos salen mal porque la vida se ha confabulado en nuestra contra. En esos momentos no se nos ocurre pensar que eso tan negativo que nos está ocurriendo es material propicio de dejarnos un aprendizaje. Eso lo entendemos más tarde, cuando lo hacemos. Pero…
La vida es eso. Aprender de los errores. Desandar el camino para aprender a caminarlo de una forma distinta y constructiva. Desaprender para reconstruirnos y elaborar una nueva idea sobre las mismas cosas que nos rodean.
Y si no estamos muy a gusto con quien somos, mejor hacer un poco de silencio y tratar de pensar en lo que deseamos cambiar, para que no nos pase eso de dejar a la intemperie nuestras miserias y hacer el ridículo:
¡Que no hablen por nosotros nuestras carencias, amigos!
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