Una tarde, hace de esto ya bastante tiempo, me encontré con un relato de Edgardo Scott que me sorprendió y me gustó mucho; después, pasaron bastante meses, incluso años, en los que no supe de él.
Ahora, me he vuelto a topar con este escritor, que acaba de publicar una novela con Gárgola Ediciones, lo que me ha motivado a interesarme más por él y releer aquel cuento que lleva por título «Los hermanos» y que pueden conocer, si lo desean en el blog del propio autor.
Sobre el autor
Edgardo Scott nació en 1978 en la ciudad de Lanús, ubicada en la Provincia de Buenos Aires. Su pasión por las letras se despertó cuando era pequeño sin embargo, recién en 2004 comenzó a desandar el camino de la creación e insertarse en este apasionante mundo.
Ese año fundó junto a algunos compañeros el Grupo de Lecturas Alejandría; un espacio en el que se reúnen varios amantes de las letras y un autor invitado comparte con ellos la lectura de alguna de sus creaciones. Cabe mencionar que en el mismo han participado creadores como Andrés Neuman, Ana María Shua, Leónidas Lamborghini, Sylvia Iparraguirre y Martín Kohan, entre muchos otros; además el propio Scott ha leído en algunos de estos encuentros.
Si lo desean pueden echarle un ojo al blog de dicho grupo, donde podrán enterarse de todas las actividades que van realizando.
Por otro lado, con ese mismo grupo ha realizado diversas antologías como «El impulso nocturno» y «Tres mundos», la primera publicada con la Editorial Gárgola y la segunda con la Editorial de la Universidad de La Plata (EdULP).
En lo que respecta a sus creaciones solitarias podemos mencionar «Los refugios» que consistió en un libro de cuentos y «El exceso», novela de la que estaremos hablando a continuación.
Entre los autores que le han animado en esta aventura de escritura se encuentran Di Benedetto, Saer, Onetti, Gusmán y Felisberto Hernández.
Una novela política
«El exceso» se sitúa en el conurbano bonaerense, un escenario que repetidamente aparece en los relatos argentinos pues resulta sumamente rico y atractivo.
Para comprender de verdad esta historia deberíamos situarnos en el comienzo del menemismo, del 1 a 1, de las mentiras encubiertas y de la divulgación de una estabilidad económica que no era tal… y adentrarnos en todas esas razones que llevaron a que el 20 de diciembre de 2001 todo se fuera al garete. Y ¿qué mejor forma que hacerlo desde adentro? Scott retrata la vida de un ministro de la provincia de Buenos Aires, que vive en Banfield: una vida acomodada que parece no tener que temerle a nada.
A lo largo de estas páginas podemos captar el hilo de pensamientos y deseos que eran protagonistas en aquel tiempo y la pérdida de la seguridad, de toda seguridad posible.
En una entrevista con la Revista Ñ, el autor expresa que la idea de esta historia le surgió a partir de una imagen: una mujer absolutamente barroca, toda emperifollada, llena de adornos y maquillaje, vestida de colores intensos (rojos y negros) y con una mirada triste, esperando el tren en la Estación de Adrogué. Era el año 2002 y en ese momento simplemente pensó «El exceso» y, aunque no había vuelto a pensar en ella (salvo intentos de cuentos fallidos) al inmiscuirse profundamente en la historia y pensar en el título para ella, inevitablemente volvió a la imagen de aquella mujer.
Un cambio en la constitución social
A partir de la década del 90 la seguridad en la calle era impensable, por tanto niños y adolescentes debieron refugiarse en sus casas; a partir de ese momento hubo un quiebre en la educación. Las herramientas que la tecnología ponía a disposición del público pasaron a ser las encargadas de formar a las nuevas generaciones, y ya no fue la calle el lugar donde se intercambiaran conocimientos, sino las computadoras, en el interior de las casas.
Al ver la inmensa transformación que había tenido lugar en su Lanús y los cambios políticos que se habían vivido en el país y, siendo Scott alguien a quien le interesa mucho la política, le pareció sumamente interesante encarar el tema desde esa perspectiva. Para él la política se encuentra inmiscuida no sólo en la vida, sino también en la forma en la que él emprende y comprende la lectura. Por otro lado, cree que el menemismo ha sido abordado siempre de forma superficial y por eso quería hacer algo diferente, más minucioso, más profundo.
Con estos objetivos, el autor se empeña a una historia, mejor dicho a varias historias que se entrelazan en una misma realidad. Esas vidas son las del ministro Valle, sus dos hijos, su custodio, la mucama de la casa. Historias que a simple vista puede que no tengan nada en común pero que confluyen en una realidad hostil, en un castillo que va derrumbándose poco a poco y bajo el cual no existe nada. En cada uno de estos relatos, el marco político es fundamental.
Me quedo con una de las frases citadas por Scott, del autor austríaco Thomas Bernhard que podría decirse que resume el sentido de toda la obra:
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