Hoy quiero escribir sobre Roland Barthes; a quien conocí tarde, demasiado tarde. Recuerdo un aula repleta de gente (cuando todavía creía en la educación sistemática) y una profesora poco apasionada que repetía como un loro las relaciones entre parejas que planteó el semiólogo. Entonces no me gustó nada. Y es que a Barthes hay que leerlo con mucha calma, y las presiones de los exámenes son pésimas para comprenderlo realmente.
En ese primer encuentro, Barthes me aburrió. Hoy entiendo que lamentablemente debido a la forma en la que son escritos, la mayoría de los textos lingüísticos pueden resultar aplastantemente aburridos. Pese a todo, creo que la perseverancia en estas lecturas nos puede ayudar a descubrir cosas realmente interesantes.
A continuación una brevísima reseña sobre las cuestiones más importantes planteadas por este autor, Roland Barthes. ¡Ojalá que lleguen hasta la última línea!
La semiología como herramienta de análisis
Según Barthes la semiología se trata de un método apto para analizar la ideología. Es decir, que tomando en cuenta una serie de argumentos y estructuras, se puede arribar al centro de los razonamientos y comprender cómo se fueron desarrollando las ideas en torno a un marco cultural determinado.
Se establece así una comparación entre mito y habla, y entre cultura y lengua. El primero hace alusión a la forma en la que la cultura se materializa mientras que el segundo es el sistema que permite dicha materialización, que como todo sistema posee una estructura determinada que lo limita.
Hoy Barthes me parece tan fascinante como aburrido me pareció en aquella aula de la UBA. Su manera de entender la semiología, como una herramienta útil para la comprensión de todos los procesos sociales, me llamó considerablemente la atención. Si bien gran parte de los descubrimientos o postulados habían sido propuestos por Saussure, Barthes se encargó de proyectarlos en otros ámbitos de la investigación, hacia otros objetos de la cultura.
Pero sin duda lo que más me interesa en Barthes es su manera de comprender la literatura como algo subjetivo y capaz de recibir diferentes significados, de acuerdo a quién sea el que la contemple.
El anclaje que da vida a la obra no está únicamente relacionado con el autor, de hecho no se trata del único sentido válido. Existen tantas fuentes de significado como lectores se acerquen a sus obras. Esto hace que el significado de las obras sea algo vivo, en constante desarrollo y construcción.
El significado y los sistemas para comprenderlo
Su idea de desarmar el texto para poder comprenderlo, examinándolo a través de un sistema de códigos y significados, modificó absolutamente la forma en la que se entendía la escritura. Estos sistemas podían ser cinco: hermenéutico (existe una verdad interna escondida en el texto que debe descubrirse), semántico (existen elementos con significado connotativo), proairético (el texto se organiza a partir de un conjunto de acciones que generan consecuencias), simbólico (se establece un enlace a otros sistemas a través de un vínculo simbólico) y cultural (todo el texto compone un sistema cultural con nociones e ideas preexistentes).
Barthes intenta entender hasta dónde llega nuestra capacidad de comprensión, hasta qué punto nos involucramos en la misma y hasta dónde lo que obtenemos no es dado. Hasta dónde hay elaboración en la comprensión y hasta dónde la visión transparente del objeto. Su sistema taxonómico intentaba responder esta pregunta que, desde tiempos ancestrales inquietaba a los pensadores.
Los pares de Barthes
En «Los elementos de semiología» Barthes busca llegar hasta el final de esa gran duda. Siguiendo con lo expuesto por Saussure, expresa que existen elementos que enlazan las diversas disciplinas de la vida social. Y en lo que a lenguaje se refiere los elementos que lo componen se encuentran emparejados en cuatro grupos: Lengua y Habla; Significado y Significante; Sintagma y Sistema; y Denotación y Connotación.
Pero Barthes se adentra un poco más para decir que la entidad lingüística se construye a partir de las nociones de significante y significado donde todo signo es en base a un sistema a través del cual se lo analiza y no en sí mismo. Significa que la interpretación que se haga de un determinado signo será lo que le brinde identidad.
La semiótica no puede tratarse del estudio de un objeto en particular sino de los objetos comunes que se reúnen para formar parte de la semiosis; porque construimos los significados partiendo de un sistema que conocemos bien.
¿Por qué releer a Roland Barthes?
Releyendo a Barthes podemos acercarnos a una comprensión de la forma en la que funciona y se desarrolla no solo el lenguaje sino todos los elementos que conforman las construcciones sociales.
Barthes intenta encontrar un punto neutro en el que se pueda entender el lenguaje sin formar parte de él; pero después de muchas investigaciones concluye que esto es imposible. La literatura se construye en un período histórico y un contexto social, al igual que el lenguaje se desarrolla y construye en ese entorno; por tanto, ninguno de los dos puede despojarse totalmente de ellos y convertirse en algo neutral o «Puro».
La escritura se ensucia con los otros aspectos de la vida social y eso es posiblemente lo que la vuelve imprescindible porque la única forma de conocer la historia es a través de los procesos lingüísticos y culturales que devienen al paso del tiempo en un contexto determinado. Escribir es reescribir y leer es también volver a escribir.
Comentarios1
No me parece aburrido Barthes, lo poco que he leido de él me ha gustado.
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