Remedios Zafra. Mujeres Protagonistas

Desde que leí «(h)adas. Mujeres que crean, programan, prosumen, teclean«, me he quedado fascinada con el trabajo de Remedios Zafra.

Apenas estrenado este ciclo sobre mujeres creativas y autoras, pienso que debería acercarme un poco a nuestra era. Vivimos en un momento en el que existen cientos de mujeres (y hombres también) que se enfrentan a los mandatos patriarcales y manifiestan su posición frente a los conflictos de igualdad de sexo.

En el artículo de hoy, entonces, otra mujer autora que recomiendo: Remedios Zafra.

Los pies sobre la época

Así lo expresa Remedios y basta leerla un poco para ser consciente de hasta qué punto es capaz de llegar con esta premisa. Activista por los derechos de las mujeres desde hace años, Zafra intenta descorrer el velo de la invisibilidad del mundo femenino, para cuestionar actitudes que hombres y mujeres tenemos y que colaboran con el afianzamiento de la cultura patriarcal.

Como toda reflexión crítica sobre una época debe hacerse teniendo en cuenta las características del entorno, no podríamos hacer un análisis sobre nuestro tiempo evadiendo el uso de Internet y las nuevas tecnologías.

En (h)das, Zafra expresa que las mujeres hemos estado desde siempre ligadas a un tipo de tecnología, aquella que sirviera para realizar tareas domésticas o brindar servicios (electrodomésticos, máquinas de coser o artilugios para cuidar a otros); no obstante, nunca nuestro grupo se habían visto frente a la tecnología como herramienta para ejercer una actividad laboral (como socialmente se entiende).

Medios y espejismos

La existencia de Internet genera nuevas preguntas sobre el espacio que ocupamos e, incluso, sobre quiénes somos y quiénes podríamos llegar a ser. Zafra dice que para ella es una gran motivación no solo escribir sobre un tiempo como quien observa a través de una ventana, sino y más aún, ser parte del cambio, estar en el centro del conflicto y aportar para esa transformación. Y lo dice desde una convicción política (feminista) y humana (mujer), con todas las responsabilidades que eso conlleva.

Pese a que vivimos en una sociedad supuestamente equitativa, donde todos tenemos iguales derechos y podemos gestionar como queramos nuestro tiempo, basta abrir un poco los ojos para ver que no es tan así. Las mayoría de las mujeres continúa teniendo ciertos problemas para encontrar su espacio en los medios y en los puestos de trabajo; por eso, según Zafra, es menester continuar hablando de ellas y de su lucha política y social, para evitar que retrocedamos en el tiempo, perdiendo las pocas conquistas conseguidas.

Si no criticamos, seguro que creeremos en algo que no es del todo real. La única forma de conquistar nuestro tiempo y espacio es a través del cuestionamiento. En esta era donde nos venden que en las nuevas tecnologías está el progreso es fundamental cuestionar el por qué y, sobre todo, el para qué de todo lo que hacemos.

En el concepto de «avance» se esconde la dominación de unos sobre otros; es decir, los mismos patrones de poder que venimos observando desde hace siglos. Y es necesario descubrir el para qué para evitar sumergirnos en una realidad y un lenguaje con los que no estamos de acuerdo.

Si el progreso es continuar andando en línea recta, entonces, se trata de un espejismo; porque solamente un cambio hacia la igualdad puede ser considerado como tal.

La ironía como remo

Al leer a Zafra te encuentras con miles de guiños y frases irónicas: esto le da a su trabajo un toque magistral. No sé por qué pero creo que aquellos que saben conjugar ironía y seriedad en su trabajo literario merecen todo mi respeto; me gusta que la literatura sepa como la vida real.

Además, Internet se encuentra invadido de humor, ironía e ingenio, y Zafra expresa que eso la motiva muchísimo; significa un estímulo magnífico para sus neuronas y para cerciorarse de que la creatividad no es un bien exclusivo de los artistas o unos pocos iluminados.

Pero también en ese espacio virtual se reproducen de forma camuflada, como ocurre con casi todo lo que no podríamos tolerar, los sistemas externos. La mujer ocupa un espacio similar al que «le toca» en el mundo físico. Esos espacios virtuales, que se nos venden como lugares donde se amasa y tiene lugar el progreso social, en realidad también representan un rincón amenazante para ciertos grupos, aunque se trate de una amenaza más sutil. Porque, si nos fijamos atentamente, la forma en la que se ven representados los sexos en el mundo virtual no difiere tanto de la vida externa, donde el patriarcado tiene el poder y controla.

Zafra está convencida que el apoderamiento y redefinición de ciertos términos, como «femenino», que durante mucho tiempo han tenido un significado peyorativo, es fundamental para lograr este cambio. Porque el lenguaje es una de las herramientas más potentes con la que contamos para transformar nuestro entorno.

Ser mujer hoy

Zafra expresa que Internet adelanta un mundo que todavía no ha llegado. La comunicación es una realidad cada vez más visible y es necesario que todos (hombres y mujeres) nos planteamos nuestra relación con los medios de forma urgente, intentando comprender la forma en la que no solo trabajamos sino también, nos relacionamos con las demás personas.

Si no cuestionamos, estamos asumiendo y aceptado lo que nos viene dado; por ende, dándole poder al patriarcado, en lo que a nosotros respecta.

Zafra es una mujer que escribe y nos hace entender que los medios no van a cambiarnos, pero que nosotros y nosotras podemos utilizarlos para cambiar el mundo, a través de una conciencia crítica sobre nosotros mismos, nuestra vida y nuestro entorno. Sobra decir que la recomiendo (escrito en negrita y con fuente gigante).