La capacidad humana para afrontar las situaciones dolorosas y conseguir salir adelante recibe el nombre de Resiliencia. Antonio José Royuela no sólo ha escogido este concepto como título para su libro de microrrelatos que acompaña el último poemario «Zonas» (Lastura Ediciones), sino que además lo ha convertido en el tema principal de todas las historias de esta obra.
Múltiples personajes narrados en su mayoría en primera persona, que deben afrontar ciertas situaciones más o menos traumáticas y sobrevivir, son las criaturas que conforman este libro. Lo que los acerca es la capacidad para valerse del humor, del escepticismo y de la valentía, para sobreponerse a los bruscos golpes de la vida.
Criaturas resilientes en un mundo absurdo
Superar las dificultades es algo que mal que mal hacemos todos pero aprender del fracaso, de la humillación, del dolor, y ascender a un nivel donde el pasado no nos pese, eso es ser resiliente y eso es lo que consiguen los personajes de estos pequeños microrrelatos de Antonio Royuela.
Comenzamos con un hombre que está en medio de una carrera. A simple vista sólo es alguien realizando una actividad física, pero a medida que avanza el micro descubrimos que en realidad es un hombre que lucha contra sus propios miedos e intenta sobrevivir a las derrotas padecidas. Un hombre que sigue y sigue, aunque sabe que lo que le aguarda más allá de la meta no es el paraíso: músculos cansados y deshechos, sensación de vacío… y pese a ello continúa, porque nada es comparable con la certeza de siquiera haberlo intentado. Un impactante comienzo ¡Qué duda cabe!
A partir de ahí nos vamos metiendo en una serie de historias enrevesadas: de desamor, de locura y de perdición, que tienen dos elementos en común: el empeño de sus personajes por sobrevivir y una reincidente pregunta: ¿cuántas veces la vida nos ofrece una misma oportunidad? En torno a esas posibilidades que se nos abren y que, por determinadas razones no somos capaces de encontrar o no tenemos la valentía de aceptar y afrontar versan la mayoría de los textos. Podríamos decir, de hecho, que es éste un libro de segundas oportunidades y de luces que se encienden más allá de las sombras.
«Resiliencia» se encuentra lleno de energía y esperanza y de historias que dan buena cuenta de su título. Ridiculiza, además, nuestras exageradas preocupaciones en la vida y nos invita a disfrutar más de los instantes. Creo que podría servirnos para ver luz donde parece que sólo hay desasosiego y dolor.
Al igual que lo hizo en «Zonas» y anteriormente en «La mente del mono», Royuela sale a nuestro encuentro en ese terreno fangoso en el que la realidad parece pesar más de lo que creíamos que podíamos soportar y nos invita a sonreír incluso en los momentos en los que parece que todo está perdido.
«Resiliencia» es un libro en el que nos encontramos con ironía, ternura y situaciones que van de lo absurdo a lo cotidiano. Sin duda, esta lectura puede ser una buena bocanada de aire fresco para desdramatizar nuestros conflictos cotidianos y aligerar la carga que nos impone la vida. ¿Acaso no es la literatura un excelente ejercicio para alcanzar la entereza que necesitamos para sobreponernos a los golpes de la vida?
La narrativa de Royuela
La narrativa de Antonio Royuela se encuentra ligada a la voz de innumerables autores que le han cautivado, indudablemente; sin embargo, es auténtica. Y seguramente, la autenticidad de su pluma está vinculado al amplio abanico de lecturas y géneros que le apasionan y le han ido nutriendo como creador de una forma única.
Al leerlo nos encontramos al poeta, al maestro, al político, al joven, al niño, al narrador, al psicopedadogo, pero sobre todo a un hombre con la capacidad de superarse a sí mismo y a su propia escritura. Quizá los buenos autores tengan algo de resilientes. Antonio es un narrador que cuida las palabras con el mismo mimo que abraza a sus amigos, con humildad y sencillez, pero haciéndote sentir que pase lo que pase estará ahí, sosteniendo esa estructura narrativa sólida, llena de magia y de pasión por la buena literatura.
Suelo ser más dura y crítica con mis amigos que lo que soy con el resto del mundo; posiblemente porque los quiero y deseo que den lo mejor de ellos mismos, que se atrevan a ir más allá de sus límites y también porque deseo que me miren con dureza y que no se guarden ni una crítica hacia mi persona. Tengo pocos amigos, pero me siento orgullosa por cada uno de ellos; y no es Antonio la excepción.
Decir que el autor del libro que estás reseñando es tu amigo puede ser contraproducente para que se tome en serio tu trabajo; lo sé. Pero, lo cierto es que, estoy convencida de que hablar bien de un autor es sencillo, pero hacerlo de un amigo es una tarea más complicada, porque tienes miedo de ser demasiado emotiva y saltarte los límites que el periodismo impone a la subjetividad. Por todo esto pienso que este tipo de reseñas son las más demandantes y de las que más aprendo. Porque sabes que tienes que buscar la objetividad pero tampoco quieres ser fría, o dejarte afuera apuntes de la obra que te parecen magníficos. En este caso en particular creo que vale la pena romper con las reglas de la buena crítica y las reseñas, y animarme con un texto más emocional que académico, más cercano que riguroso. El rigor es importante, pero los abrazos, creo, lo son más; así como el dolor es necesario pero lo mejor es salir a flote y convertirnos en personas nuevas pero tatuadas.
La literatura es magia y juego. Y tener amigos que aman las letras y que escriben como Antonio es un verdadero regalo en esta corta vida, tan cómica, tan desmedida, tan extraña. Un regalo que les deseo a cada uno de ustedes.
¡Lean «Zonas» y «Resiliencia» y después opinen si mi amistad con Antonio ha tenido algo que ver con esta reseña!
Resiliencia
Antonio José Royuela
Editorial Lastura, 2015
Colección Alquisa
40 páginas
Gratis con la compra de «Zonas»
***
¡Observación!: me cuesta muchísimo recordar la ortografía de la palabra «resiliencia»; y aunque he corregido con empeño este texto, sepan disculparme (y corregidme, por favor) si se me ha pasado alguna «reciliencia».
Comentarios1
Me pasa lo mismo Tes, a pesar de que la uso en los talleres, de pronto se me cruzan los cables.
Voy a leer el libro.
Gracias por la reseña.
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