Frases del refranero popular ordenadas alfabéticamente. Refranes de la A a la Z. Letra S. [Aquí puedes encontrar más artículos sobre refranes.]
En nuestro Refranero Popular encontramos muchísimas sentencias acerca del comportamiento humano que pueden sernos de absoluta utilidad para entendernos y aprender a actuar mejor. Muchas de las frases se cruzan con características de la naturaleza, de la que somos parte, y nos sirven para mejorar nuestra comprensión del entorno y llevar una vida más equilibrada. En este ciclo en el que estamos reuniendo algunos de los consejos y enseñanzas que se encuentran ligados a la sabiduría popular siguiendo el orden de nuestro alfabeto, hemos ya pasado por las letras A, B, C, D, E, F, G, H, I, J, L , M, N,O, P, Q y R. Hoy continuamos con la letra S.
Refranes con la letra S
Este refrán se utiliza para expresar que nadie tiene la capacidad de juzgar a otra persona por sus acciones, puesto que no ha pasado por la misma situación. El origen de esta frase se recoge en «Vidas paralelas» de Plutarco, donde se cuenta que cuando a un patricio romano le preguntaron por qué se había separado de su esposa sin que existiera una aparente razón, él, señalándose el zapato, respondió: «¿Ha visto lo hermoso que es mi calzado? Pues sólo yo sé dónde me aprieta». Con el tiempo esta frase comenzó a utilizarse para respuesta cuando se acusa a una persona de actuar de forma impulsiva o sin pensar en las consecuencias.
Esta frase se suele usar en contextos diferentes con connotación positiva o negativa. A veces se le dice a alguien en tono de humor porque se lo ve disfrutando de la vida, y expresa una especie de admiración porque haya conseguido llegar a ese punto de confort. Antiguamente era más común su sentido negativo y solían usarla los padres o tutores para amenazar a los menores que estuvieran a su cargo antes de darles una paliza. «Ahora vas a saber lo que es bueno», se decía, como anunciando que gracias al castigo, conocerían por propia experiencia el dolor como consecuencias de sus actos.
En el lenguaje popular los «trapos» hacen referencia a la ropa, sobre todo a la ropa interior. Generalmente, este tipo de prendas se cuelgan en un tendedero que no se expone al exterior. La frase, entonces, se utiliza para expresarle a otra persona que ha dejado al descubierto sus debilidades y que se ha puesto en ridículo o se ha humillado de alguna forma. Se usa también como una sugerencia hacia alguien, de que no ventile sus problemas domésticos en público.
Esta frase se suele utilizar para expresar que alguien ha hecho un comentario fuera de tema, que a veces simplemente desvía la conversación del tema principal o en ocasiones puede incluso ser desubicado y dañar las emociones de alguno de los presentes. Salirse con un domingo siete es provocar, ciertamente, un desconcierto en una conversación.
Esta otra frase con la letra S se utiliza para hacer una aclaración en una intervención. Se utiliza a modo de justificación para introducir una comparación entre dos personas o situaciones que no tienen parangón. De alguna forma, al utilizarla el hablante aclara que no cree que ambas cosas deban compararse pero que, de alguna forma, le resulta útil para introducir la reflexión ponerlas a conversar.
Y vamos a terminar con este refrán de corte náutico. Se utiliza para expresar que alguien ha conseguido resolver una situación a su favor porque ha tenido suerte, es decir que alguien ha logra salir de un apuro extremo, en el último momento. El origen del dicho es antiguo y está basado en la suposición de que los marineros utilizaban el pelo largo porque en caso de caerse al agua, podían ser rescatados por otra persona sujetándolos de sus largas cabelleras. En Argentina el refrán tiene una connotación más simpática; se dice que alguien «se salvó por un pelito».
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