Entender la realidad es uno de los objetivos del periodismo; pero en esta era donde las noticias parecen haber sido compradas por un par de poderosos, es imprescindible que surjan nuevas voces e intenten narrar y transmitir la verdad sin tapujos. ¿Podría ser el cómic periodístico la salida a esta actualidad, en donde la información se ha convertido en un negocio?
En este artículo hablaremos de una obra de este género que ha recibido un precioso recibimiento en todo el mundo. Un viaje a las raíces israelíes, para comprender mejor el conflicto entre Israelíes y Palestinos; obra de la joven Sarah Glidden.
Sarah Glidden y su relación con Israel
«Una judía americana perdida en Israel«, el cómic de Sarah Glidden que, en su versión española ha sido publicado por Editorial Norma, es uno de las grandes títulos que podría presentarse como a mitad de camino entre el periodismo y un diario de viaje.
Se trata de un recorrido a través de los intereses políticos y religiosos de Israel, con el objetivo de brindar datos para poder llegar a una decisión o a una postura en torno al conflicto árabe-israelí, sin caer en las posturas extremistas a las que estamos tan acostumbrados.
Como le ha ocurrido a la propia Sarah, la lectura de esta obra no te llevará a obtener respuestas, sino más bien a hacerte nuevas preguntas, a formar un pensamiento crítico en torno a este conflicto.
Según Glidden la paz y la resolución del conflicto sólo es posible si todos y cada uno ponen algo de su parte, pero ninguno de los bandos está dispuesto a hacerlo, y es lo que ocurre cuando las opiniones son tan extremas y no contemplan sufrimiento, sólo pérdidas en números o fracaso o victoria política. Pese a ello, está convencida de que el entendimiento es posible.
Viaje a las raíces
Para acercarse a sus raíces e intentar tomar una postura, Sarah aprovechó el viaje de derecho de nacimiento (viaje gratuito que ofrece a todos los israelíes un viaje gratis fuera del país a fin de fortaleces sus creencias y su identidad religiosa).
Para ella empezó como una aventura pero se transformó en una verdadera búsqueda que en vez de darle respuestas, le hizo dudar más de todos. El resultado, fue este cómic que en su origen tenía como fin exteriorizar para sí misma lo que aquel viaje había significado, pero más tarde se convirtió en un verdadero manifiesto de paz que la Editorial DC Comic estuvo dispuesta a publicar.
En este viaje, Sarah intentó descubrir la verdad, pero como ésta es tan gris en todos los casos, volvió con más dudas; sobre todo, porque al encontrarse allí, en medio del conflicto y con tantas ideas contradictorias flotando en el aire, se dio cuenta de que no todo era como se contaba, que aquello había que vivirlo, que hacía falta acercarse de verdad al problema para poder decir «debería hacerse esto o aquello«.
Una historia que debía ser contada
Los primeros capítulos de la obra los fotocopió y vendió en varias ferias de dibujantes indie en Nueva York; después le escribió un email un tal Jon Vankin, editor de DC Comic para proponerle de publicarlo con este sello, en la línea que lleva el nombre de Vértigo. Este hecho, como era de esperarse, cambió su vida; no sólo porque le abrió un sinfín de posibilidades, sino porque además le ayudó a darse cuenta de que podía hacer algo por esa realidad que tanto le preocupaba.
Según lo han expresado los críticos, se trata de una historia equilibrada a nivel visual y verbal que está escrita con inteligencia, sentido del humor y mucha sensatez.
Muchos aseguran que ha creado un nuevo subgénero dentro del cómic, el cómic periodístico; sin embargo, ella lo niega pues considera que éste ya ha sido creado por Joe Sacco, a quien admira profundamente, al igual que a Marjane Satrapi (creadora de Persépolis) y Art Spiegelman (autor de Maus).
Sarah asegura que su intención al realizar este cómic no era explicar el conflicto que existe entre israelíes y palestinos, sino tener más herramientas para tomar partido o al menos saber qué pensaba respecto a eso.
Cuenta que cuando tenía unos 20 años siempre discutía con su madre porque Sarah manifestaba ideas muy firmes y obtusas; su madre le decía que no podía tener una opinión si no conocía Israel, debía ir y verlo todo con sus propios ojos. Y eso fue lo que hizo. Después, lo plasmó de la mejor forma que sabe hacerlo, dibujando y escribiendo. Dice:
Indudablemente una mirada periodística fresca y necesaria para estos tiempos en los que intentan vendernos la realidad y no mostrárnosla.
Creo que la lectura de personas instigadoras como Sarah Glidden son primordiales para comprender, no sólo el conflicto entre árabes y palestinos, sino también todos los que existen en el mundo. Para darnos cuenta de que no hay buenos y malos, tan sólo pueblos convencidos que defienden sus intereses como pueden, y que la única forma de crear una opinión propia es viajando al centro del conflicto, observando y absorbiendo toda esa realidad, sin amarillismos ni «noticias fabricadas».
¿No les parece el cómic periodístico una preciosa forma de contar la realidad?
Debes estar registrad@ para poder comentar. Inicia sesión o Regístrate.