«La serpiente Uróboros» de Eric R. Eddison

Ayer hablábamos de cómo construir un universo distópico y sin duda una cultura propicia para aprovechar la inspiración en este campo ha sido la inglesa. Tal es así que la mayoría de las obras de fantasía podrían considerarse hijas de monumentales trabajos publicados por escritores de origen inglés. Tolkien es el primer referente que nos viene; es difícil pensar en naturaleza distópica sin acudir a su Tierra Media y a la lucha por conquistar el poder entre elfos, hombres y valar. Sin embargo, hay literatura fantástica antes del inmenso Tolkien y es imposible referirse a él sin pensar en E. R. Eddison y en su fabulosa obra «La serpiente Uróboros». Hoy, en el desván de los libros perdidos volvemos a esa novela. Espero que les guste.

Pasión por la fantasía

Eric Rücker Eddison nació el 24 de noviembre de 1882 en el Reino Unido en el seno de una familia adinerada donde fue educado por una serie de tutores privados. Pese a las quejas de sus maestros por su constante distracción, no hubo nada que pudieran hacer para frenar la creatividad y apaciguar la mente voladora de Eddison quien se pasaba gran parte de las clases imaginando mundos y criaturas fantásticas.

De todas formas, y a pesar de que ya en su tierna adolescencia se veía extasiado y fascinado por la escritura fantástica, tuvo que pasar mucho tiempo antes de que se entregara completamente a ella. Tal es así que comenzó a trabajar en la Cámara de Comercio de Londres y mantuvo ese puesto hasta que el deseo de escribir fue más fuerte y abandonó dicho trabajo para dedicarse definitivamente a las letras.

Eddison falleció en el Reino Unido el 18 de agosto de 1945 habiendo sido reconocido como uno de los escritores de fantasía más valiosos de su generación; y siendo considerado todavía como tal.

Es difícil amar la fantasía y no sentirse algo cerca de Eddison, tal es así que no existen escritores que cultiven el género que no lo consideren un maestro innegable. Entre los que tuvieron elogios para la obra de este escritor inglés se encuentran C. S. Lewis («Trilogía cósmica»), J. R. R. Tolkien («El hobbit») y Úrsula K. LeGuin («La ciudad de las ilusiones»).

La vida cíclica

«La serpiente Uróboros» es una obra ineludible de la literatura fantástica. Vio la luz por primera vez en 1922 y hace unos años ha sido reeditada por Planeta en la colección Minotauro donde se han publicado numerosos libros de la literatura clásica.

Eddison nos presenta un universo fantástico con sucesivos hechos protagonizados por el caos (dispersos en todas las páginas) y períodos de calma (los menos), en el que veremos batallas sumamente épocas y situaciones que se ven modificados por el accionar de seres mitológicos y criaturas fantásticas. Un libro que, aunque ha sido un referente ineludible para los grandes escritores de la literatura fantástica se encuentra bastante olvidado.

«La serpiente Uróboros» tiene lugar en un lejano planeta llamado Mercurio, cuyas principales particularidades eran contar con una belleza indescriptible y exótica y unas criaturas heroicas: caballeros, reyes y soldados que sólo querían una cosa, luchar por el bien común. Hasta que sucede algo que pone patas arriba ese mundo y la búsqueda de los diferentes grupos por hacerse con el poder da lugar a una serie de sucesos catastróficos e intrincados.

En esta obra se pone de manifiesto el mito del Uróboros (el dragón que muerde su propia cola y que simboliza esa idea de que el tiempo y la vida tienen un carácter cíclico y todo lo que ocurre hoy ya ha sucedido y volverá a suceder en el futuro. Además, en esta obra podemos encontrarnos con una escritura clara y llena de guiños a las historias épicas escandinavas, tan populares de la época. A Eddison le fascinaba todo lo referente a lo posible dentro de lo imposible; él mismo aseguraba que se había acostumbrado tanto a soñar y a continuar soñando que en determinado momento olvidó dónde estaba la línea que dividía sueño de realidad.

Eddison es también uno de esos autores que podemos leer para buscar inspiración y trabajar nuestra escritura: con una imaginación prodigiosa fue capaz de borrar levemente esa línea que delimitaba el territorio de la ficción y de la realidad, construyendo un universo único para presentarnos historias entretenidas y contundentes. ¿Acaso era justo mantenerlo fuera de nuestro desván de los libros perdidos?