3 temas que los escritores evitan

La escritura es la posibilidad de explorar los confines de la vida, representando a través de las palabras ese hueco que se va creando en el fondo de nosotros mismos a medida que vamos envejeciendo. La escritura es una tarea libertaria que puede convertirnos en personas más valientes e incluso con más capacidad para la empatía. No obstante, también los escritores callan. ¿Cuáles son los temas que parecen tabúes de la literatura: esos asuntos de los cuales los escritores no hablan?

A los escritores les encanta encontrarse con lectores que los han leído y que valoran su trabajo. En las tertulias suelen agradecer el cariño y la buena mirada de los lectores al mismo tiempo que narran el camino que han vivido sus obras. Sin embargo, se guardan algo. Aquellos temas relacionados al trabajo que se esconde en la publicación de un libro: los rechazos, las horas lacias, la mala crítica, los premios no ganados; sólo son algunos de los temas que los escritores evaden. Sobre eso escribo en el artículo de hoy.

1- Un libro publicado es el resultado de insistir e insistir a las editoriales

Un escritor consigue publicar un libro después de haber sido rechazo por numerosas editoriales. Aunque esta es una verdad absoluta, casi no le damos importancia y parece un detalle nimio, algo que en verdad es importante. Porque cuando comienzas a pensar en publicar crees que con tocar la puerta en un par de editoriales será suficiente… y al cabo de varios intentos acabas conociendo esta certeza. Si los escritores hablaran más sobre ello, quizá uno comenzaría a desandar este camino sabiendo lo que le espera, y sería menos exasperante…

En la escritura se suele hablar del arduo trabajo que significa dar vida a una criatura con forma de libro, pero no se habla tanto de las idas y vueltas para conseguir publicar. Quizá, después de tanto esfuerzo, los escritores sólo piensan en descansar y disfrutar el éxito; al fin de cuentas, ya han conseguido lo que se proponían y no volverán a estar como antes: inéditos.

Pero es así. Cuando te encuentras con un libro que ha sido publicado (sobre todo si es de un autor poco conocido) debes dar por sentado (salvo rarísimas excepciones) que detrás hay unas diez o quince editoriales que rechazaron ese libro, o que ni siquiera se tomaron el tiempo de leerlo y responder a su autor. Los autores suelen sufrir el ninguneo de los editores y no pueden hacer demasiado por revertir eso más que continuar insistiendo en otra editorial o decidirse por la autopublicación.

2- Ganar un premio implica haber perdido muchos otros

Cuando un autor recibe un galardón parece un héroe, todos lo felicitan y muchos desean estar en su lugar; sin embargo nadie habla de todos los premios que ese autor no ganó. No se dice cuántas veces se presentó a ese mismo premio hasta conseguirlo. La prensa se centra en nombrar a aquellos autores que han sido galardonados, y esos mismos autores asumen orgullosos el premio sin contarnos a cuántos premios debieron participar antes.

Es evidente que la única forma de hacerse con un galardón es la insistencia y la integridad. Es algo desgastante participar y que los premios nos pasen de largo. De hecho, cuando un autor se presenta a un premio se enfrenta a una probabilidad muy baja de conseguirlo. Teniendo en cuenta esto, sólo es cuestión de echar cuentos: ¿cuál es la cantidad de veces que habría que presentarse a un mismo premio para alcanzar el éxito de dicha probabilidad?

3- Publicar algunas páginas significa haber quemado otras tantas

¿Y lo que un escritor escribe y jamás publica? ¿Y esos cuadernos enteros que van a parar a la basura? Difícilmente un escritor cuente en una entrevista la cantidad de trabajo que le llevó escribir un libro: el tiempo que se fue al vacío porque no fue productivo, la cantidad de páginas que no vieron la luz, las lágrimas, el aburrimiento, el enojo con respecto a esa obra…

Todas las fases por las que pasa un creador y que no queda lindo contarlas, porque pueden entorpecer el gusto de los lectores respecto a la obra. Pero ya que no son superhéroes, incluso los grandes escritores han escrito basura alguna vez y se han visto inmersos en historias que no les convencían. Una basura digna, quizá, pero basura al fin.

Por qué los escritores no hablan sobre estos temas

Vivimos en un mundo en el que parece que el éxito viene acompañado de la suerte, y esta consiste en haber estado en el lugar indicado en el momento adecuado. Y ¿quién es un escritor para venir a romper esta creencia? Pero alguien tiene que hacerlo.

La suerte es una estafa macabra de nuestra sociedad: porque si el éxito depende de ella, entonces todos podemos alcanzarlo, pero no debemos dejarnos engañar. Conozco a muchos poetas, muy buenos, que vienen trabajando, promocionando su obra y dándose a conocer cuyo éxito es muy desproporcionado respecto del trabajo que hay de fondo; no obstante, todo ese movimiento que generan es posible que tarde o temprano les depare logros que hoy no parecen posibles. Y el día que eso suceda, no será gracias a la suerte que han llegado donde están sino a las consecuencias de toda esa labor.

Es posible que esa creencia de que las personas que alcanzan el éxito no se lo merecen tenga que ver con los ejemplos que encontramos ni bien encendemos la televisión. Sin embargo no tenemos que ser tan extremistas: habrá autores que se merecen más que otros el éxito, pero si escarbamos, posiblemente todos han hecho algo para llegar a donde están, aunque sólo haya sido tomar las decisiones adecuadas en el momento justo, que tampoco es poco.

Aún así, a los autores no les gusta hablar de todo este trabajo. Cuando la obra se abre camino, cautivando a una editorial valiente que se decide a publicarla, es como si todo este dolor y esta dificultad se esfumase y lo único real fueran unas páginas muy bien acabadas y brillantes. Quizá ya va siendo hora de que esto cambie un poco y los escritores se atrevan a tocar esos tabúes en torno a la publicación. ¿No les parece?