Indiscutiblemente uno de los mejores y más seguidos autores de novelas de terror de todos los tiempos ha sido el irlandés Bram Stoker. Y es que él dio forma a una obra que ha pasado a ser uno de los clásicos de este género. Nos estamos refiriendo a Drácula.
En el año 1897 fue cuando se publicó dicho trabajo que tiene como punto de partida la existencia del personaje histórico Vlad Tepes, una figura rumana del siglo XV que pasó a ser conocida tanto por su heroicidad ante el ejército otomano como también por la crueldad que destilaba hacia sus contrarios. En estos hechos, y también en la diversa documentación y leyendas que logró procedentes de expertos húngaros, se basó el autor que nos ocupa para dar sentido a la citada obra.
En ella, en la que se nos da a conocer el mito de Drácula, se nos cuenta de modo epistolar una historia que arranca en Londres cuando un joven abogado (Jonathan Harker), que está comprometido con Mina, debe viajar hasta Transilvania para cerrar unos negocios con el Conde Drácula. Una figura esta muy singular pues no se refleja en los espejos y siempre hace vida de noche.
De todo ello se va dando cuenta el letrado que será secuestrado por el noble en su castillo mientras que él decide emprender un viaje a la ciudad londinense. Y todo ello al tiempo que Mina comienza a pasar una temporada en casa de su amiga Lucy cuya salud ha empezado a desaparecer, se está convirtiendo en una vampira y eso es debido a que Drácula le está absorbiendo la sangre que necesita para vivir.
Este último hecho será el que haga que un grupo de hombres, al frente de los cuales está Van Helsing, se ponga en marcha para intentar encontrar al conde y así darle muerte.
Y todo ello a la par que Mina comienza a sentir una extraña atracción por un caballero, tras el que se esconde el conde, que conforme se va avanzando en la historia tiene una vinculación muy fuerte con el pasado.
Otros trabajos de Stoker
Aunque esta fue, sin duda alguna, la obra más importante de Stoker también hay que subrayar la calidad de otros de sus trabajos como sería el caso de La joya de las siete estrellas. En el año 1903 fue cuando vio la luz dicho libro que gira entorno a la figura de Abel Trelawny.
Aquel es un aristócrata que es un apasionado de coleccionar objetos antiguos pertenecientes a Egipto. Un hecho este que hará que les proponga a su hija Margaret y al amigo de ella, Malcolm, una arriesgada experiencia que también está cargada de terror. Situación que la joven vivirá teniendo un as en la manga.
Muy alabado fue este último trabajo y también ocurrió lo mismo con la novela que lleva por título La dama del sudario. En el año 1909, después de vivir todo el éxito de Drácula, Bram Stoker decidió publicar esta narración que toma como escenario a los Balcanes y como protagonista a un joven humilde que ve la oportunidad de mejorar su estatus económico y social cuando se le presenta la posibilidad de ser dueño de una inmensa fortuna.
Pero debe hacer algo a cambio de ese dinero: deberá establecerse en el Castillo de Vissarion que se encuentra en el singular País de las Montañas Azules.
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