La pasión por la lectura puede ser contagiosa sí y sólo si sentimos curiosidad y si estamos dispuestos a dedicarle tiempo. Porque la lectura también es un acto que exige nuestro esfuerzo y dedicación. Tal es así que muchas personas que disfrutan mucho de este aventurero deporte a veces tienen dificultades para encontrar el momento oportuno en el que abocarse a él.
He preparado dos artículos sobre este tema: en el primero escribo sobre algunas técnicas para mejorar la comprensión lectura, en el segundo, publicaré algunas propuestas para conseguir planificar una rutina de lectura eficaz. Recuerda que la mejor forma de aprender a leer es leyendo y que, una mente bien entrenada es capaz de trabajar mucho más rápido y eficiente que una que sale a correr muy de vez en cuando. ¡El tiempo es nuestro!
Imponerse una rutina para leer
Una de las mejores formas de adquirir un buen hábito de lectura es comenzando a leer cada día un poco, hasta alcanzar una rutina estable. Si bien es cierto que leer no puede ser una actividad cansina o que nos aburra, también es verdad que para conseguir un alto nivel de comprensión es importante leer mucho. Si le preguntas a cualquier escritor cuál es el mejor consejo para un joven que desee aprender a escribir, su respuesta será «escribe»; este mismo consejo vale también para la lectura: cuanto más leas, mejor será tu comprensión sobre lo que lees.
Plantearte una rutina de lectura no necesariamente implica que postergues otras cosas para leer (que también puedes hacerlo si te apasiona la lectura, pero que no es necesario) sino que se trata de aprender a gestionar mejor tu tiempo. Por ejemplo, si cada día tienes que viajar en autobús durante más de media hora, puedes aprovechar este rato para leer. Y si te acostumbras a llevar siempre contigo un libro en poco tiempo te habrás creado una buena rutina de lectura.
Organizar tu tiempo de lectura
Si bien la lectura es en general un acto placentero, también es importante que sepamos que mientras leemos nuestro cerebro está trabajando, por lo que es recomendable entregar ese tiempo sólo a la lectura, a fin de que los resultados sean más satisfactorios.
Lo primero que debemos hacer es prepararnos para el encuentro con el libro. Para ello puede ser una muy buena idea relajarnos unos minutos antes de coger el libro. Sentarnos en un lugar en el que nos sintamos a gusto y mantenernos unos minutos en silencio; intentando desconectar de lo que nos rodea y conectarnos con nuestro interior: prestar atención al ritmo de nuestra respiración y pulsaciones puede ser una buena técnica para realizar correctamente este paso.
Lo siguiente será comenzar con lo mínimo. Un texto corto y sencillo es idóneo para este paso. Un libro para niños, un pequeño artículo del periódico (sobre un tema que manejes o te interese especialmente), un cómic o historieta pueden ser sumamente útiles para comenzar. Si aún no estás acostumbrado a leer con cierta asiduidad es importante que comiences de a poco, unas pocas páginas diarias pueden ser adecuadas.
Otra cosa importante es que te olvides del reloj: la lectura no puede contabilizarse de este modo y aunque a la mayoría de los lectores les gusta afirmar cuántos libros son capaces de leer al mes y vanagloriarse de ello, ¡tú, ni caso! Lo importante no es la cantidad de lo que leamos sino la calidad, y la calidad se mide de acuerdo a nuestra comprensión de los textos y, sobre todo, a lo que los textos son capaces de cambiarnos. Así que enfócate en lo importante; es decir, en leer, disfrutar y comprender aquello que ese texto (del género que sea) tiene para decirte a ti.
La importancia de la comprensión
La mejor forma de agilizar nuestra capacidad lectora es leyendo con calma y deteniéndonos cada cierto tiempo para revisar qué hemos comprendido. Pararnos en los nombres de los personajes, imaginar sus vidas, revisar sus frases para comprender qué piensan. De alguna forma ese rato de lectura debe significar un zambullirnos completamente en la vida de esos personajes y sentirnos allí. Comprender un libro es ser capaces de olvidarnos que nuestra realidad no es la de los personajes. Lee con calma, digiere cada palabra, cada matiz, intenta reemplazar un adjetivo por otro para comprobar si realmente has comprendido la lectura y procura que el lenguaje se abra paso en tu interior.
Releer es bueno. Si no has llegado a comprender una frase, o aún si crees haberla comprendido, revísala nuevamente y enfréntate a sus posibles significados. Recuerda la importancia del contexto: una palabra, teniendo en cuenta el entorno puede significar diferentes cosas; incluso un personaje puede hacer un mal uso de la palabra y debes aprender que para él esa palabra significa otra cosa. Aprender a distinguir los matices de un término te ayudará a estar preparado para comprender bien a fondo cada una de tus lecturas.
5 consejos para leer de forma eficiente
1- Escoge una buena postura. Para leer debemos escoger una postura en alerta. Si bien leer en la cama puede ser delicioso; procura no hacerlo acostándote sino sentado; de este modo podrás retener mejor lo que lees y apreciar más la información que el libro te ofrece.
2- No te estreses. Si no entiendes lo que lees, procura releerlo pero no te dejes llevar por la ansiedad porque eso sólo te producirá un bloqueo que te impedirá concentrarte y, sobre todo, disfrutar de la lectura.
3- Escoge un lugar tranquilo. Si bien algunas personas pueden concentrarse en la lectura aunque el mundo a su alrededor se esté desmoronando, escoger un lugar tranquilo puede ser una excelente idea para que nuestra lectura sea eficiente. Si tienes una terraza o jardín puedes aprovecharlos para que la actividad sea todavía más placentera.
4- Tómate un recreo. A algunas personas les resulta muy difícil abandonar la lectura; no obstante, es recomendable que cada un cierto tiempo (una hora o algo así) paremos unos minutos para respirar, estirar las piernas, comer algo. De este modo, cuando retomemos la lectura nuestro cerebro estará mucho más preparado para comprenderla.
5- Escoge lecturas atractivas. No podemos leer aquello que nos aburre o no nos interesa. El secreto fundamental para amar la lectura reside en leer aquello que nos gusta y lo iremos sabiendo a medida que más leamos, a medida que nuestro gusto lector se forme y descubramos el inmenso placer que produce esta actividad.
Si tienes en cuenta estos consejos, seguramente descubrirás lo adictiva que puede resultar la lectura y, en poco tiempo, te verá absolutamente contento, con una rutina de lectura que ya ni siquiera tienes que imponerte, porque la habrás incorporado a tu vida como los horarios de comida o de sueño. ¡Disfruta de los libros!
Comentarios6
Bonito e interesante artículo, Tes. Qué sería de la vida sino tuviéramos la posibilidad de leer. Una de mis rutinas es leer tus artículos ;). Un abrazo.
Muchas gracias, Tes. Interesante y práctico!
Me ha encantado su artículo amiga Tes,y en todo lo que dice en él estoy completamente de acuerdo.
Muchas gracias.
Tes querida: eres una maravilla! Que Dios te guarde mucho tiempo entre nosotros. Muchas gracias, practicaré tus sabios consejos. Abrazos . Buen día.
Me fascino!!!! Buenas técnicas y sobre todo a leer lo que uno le agrada y apasiona.
"El tiempo es nuestro". Cuánta sabiduría encierra esta frase".
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