Ya que la navidad es una excusa más para gastar dinero y hacer regalos, ¿qué mejor obsequio podemos hacer para estas fiestas que un poemario? ¿Quieren algunos consejos? Aquí les dejo tres.
Antolojía, de Juan Ramón Jiménez
Nunca está demás volver a los clásicos; más cuando se trata de autores que han sabido innovar y reescribirse a sí mismos de todas las formas posibles. Creo que Juan Ramón Jiménez es uno de esos autores que rompieron con las tradiciones del lenguaje e intentaron plasmar una senda nueva. (Consiguiéndolo de una forma asombrosa).
Puede que mi fanatismo y mi enorme deuda para con él me pongan en una posición poco objetiva para hacer esta afirmación; no obstante, estoy segura de que muchos de ustedes estarán de acuerdo conmigo con que fue uno de los mejores poetas nacidos en suelo español en el siglo XIX.
El poemario que recomiendo se llama «Conciencia sucesiva de lo hermoso» y pertenece a la Antolojía de Juan Ramón. En este poemario hay fabulosos extractos de la obra del poeta de Moguer. Sin duda una recopilación de sus poemas más intensos y más filosóficos, en los que el poeta se enfrenta a muchísimos conceptos sobre los cuales la poesía y la literatura han escrito tanto e intenta reformularlas, ofreciéndonos una poética llena de frescura y de guiños a la trascendencia.
En realidad toda la obra de Jiménez gira en torno a los conceptos amasados y recopilados en este poemario: qué es el amor, qué es la vida, por qué la materia, cómo la poesía, ¿y dios? Y al leerlo podemos hundirnos en profundas reflexiones apostilladas de una forma única y exquisita. Cuando leemos a Juan Ramón entendemos que aunque jamás encontremos una explicación o porqué para la vida, tan sólo por haber podido leerlo ha valido la pena esta batalla.
Arquitectura del yo, de Josep M. Rodríguez
El segundo poemario que traigo es de Josep M. Rodríguez, ganador del XIV Premio de poesía Generación del 27. Dicho poemario se llama «Arquitectura Yo».
En este poemario hay una voz poética potentísima que nos invita a indagar sobre las cuestiones más relevantes de la existencia. Con cierta delicadeza Rodríguez se aferra a un idioma claro que circunda las cosas para sacar lo mejor de ellas.
Sus poemas hablan sobre la calidad de los instantes entre otros muchos temas. Y de forma reincidente aparece la eterna pregunta de si cada momento será virgen o si lo habrá usado alguien anteriormente, y si fuera así, ¿acaso no sería mejor para romper aunque sea un poco con tanta soledad?, se pregunta el poeta. Otro tema en torno al cual planean muchos de sus poemas es la incertidumbre ante la vida, y la nombre como principal impulsora del deseo de vivir, mucho más que las certezas.
Porque la duda ante lo que pueda suceder permite que un pequeño fuego se ilumine en nosotros y seamos capaces de emprender el camino sin miedo al fracaso, pero sabiendo que es él uno de las posibles puertos de llegada. Dice en un momento, «me he vuelto azar y todo me pertenece«.
Lo cierto es que desde la primera línea de este poemario nos encontramos con una poesía reveladora e inquietante y, a medida que va avanzando, la intensidad de las preguntas se vuelve más atona. Creo que sería un fabuloso regalo para iluminar la vida de cualquier persona apasionada de las palabras y los razonamientos.
Mientras la luz, de Lola Mascarell
«Mientras la luz» es un poemario al que me es inevitable volver. Lola Mascarell enfrenta la escritura con mucha lucidez pero también con una ternura atípica en esta realidad insensata y cruel que nos rodea.
Ella te obliga a plantearte lo siguiente: si realmente la vida es tan difícil, ¿cabe la armonía para explicarla? Y la respuesta la hallamos en poemas detallados y llenos de luz que nos obligan a entender que para expresar una pérdida o incluso la ira de no poder tener algo, no hace falta recurrir a la violencia o a los espacios comunes, sino proponerse un lenguaje escapista, capaz de acercarse a los límites de la realidad y encontrar ahí el hueco por donde entrar en la vida.
Este poemario se encuentra lleno de detalle y creo que es un excelente manual para aquellos que deseamos escribir. Su poesía filosófica, cercana quizás a la de poetas como Carlos Marzal te toca las entrañas y te ayuda a ver más allá de las palabras, donde habita el universo de lo extraño, donde las cosas no existen porque aún no han sido nombradas. Este es sin duda un excelente regalo para cualquier apasionado de la poesía.
Los tiento con un pequeño extracto:
Si quieren saber más sobre Mientras la luz pueden leer este artículo publicado hace ya bastante tiempo en nuestra web.
Estas son tres lecturas a las que vuelvo y en las que continúo encontrando cosas nuevas en cada lectura. ¿Se animarán a leer alguna de ellas?
Comentarios1
Tanto de Josep. M Rodríguez como de Lola Mascarell no he leído, así que, conociendo el refinado gusto que te acompaña en la poesía, creo que me animaré a regalarmelos.
Gracias por tus sabios consejos y Feliz Navidad. Un abrazo, Tes.
Debes estar registrad@ para poder comentar. Inicia sesión o Regístrate.