Trucos para escribir relatos de viaje

Trucos para escribir relatos de viajeLa semana pasada publiqué un artículo con consejos para crear un diario de viaje. Previamente he compartido un artículo sobre las diferencias entre un diario y un libro de viaje y otro con algunos títulos ineludibles de la literatura viajera. Hoy le toca el turno a la ficción: aquí les dejo algunas pautas para encarar la escritura de viaje con perspectiva.

1- Recopilar información y macerar la semilla

Como ocurre con cualquier género literario que deseemos cultivar, antes de sentarnos a escribir un relato de viaje tenemos que tener una idea clara de la historia que deseamos contar. De este modo cuando nos pongamos manos a la obra sabremos hacia dónde queremos ir. Haber macerado la semilla y saber para qué lado va a crecer es una de las recomendaciones básicas para encarar cualquier historia de ficción.

Para llegar a la idea que regirá el transcurso de nuestro relato tenemos que tener un ambiente donde se desarrollen los hechos. En los relatos de viaje este paso es fundamental ya que existe una estrecha relación entre los hechos y el lugar donde los ubicamos. Es de hecho, la ficción, una maravillosa excusa para mostrar un sitio que nos ha fascinado y que deseamos compartir con los lectores. Para ello nada mejor que haber pisado ese territorio, haber disfrutado de sus comidas típicas, conocer la voz de la gente, las características del aire, y los pedacitos de historia que se esconden en cada rincón.

Una vez que sabemos dónde y qué llega el momento de tomar notas y armarnos de un buen material que nos ayude a llevar por buen camino la narración. Una de las facultades que más debemos trabajar y pulir los escritores es la forma en la que observamos el mundo: aprender a estar en los detalles puede ser decisivo a la hora de escribir.

En lo que respecta al material para enriquecer nuestra historia pueden ser sumamente útiles las lecturas que otros hayan hecho sobre ese lugar, los detalles de su historia y sus costumbres, y todo aquello que pueda proporcionarnos datos que colaboren con la profundización y el realismo de nuestra narración. Pero sin duda lo más importante es que durante el viaje registremos todo lo que podamos: tomemos notas y fotografías e indaguemos en aquello que llama nuestra atención; nunca sabemos en qué esquina se puede esconder una buena historia.

Decíamos que en un diario de viaje se suelen narrar acontecimientos que no necesariamente están conectados entre sí; de hecho no se pide en esta escritura que los sucesos puedan ser relevantes: sólo importa lo que nos hayan impactado a nosotros. Pues bien, en el caso de los relatos de viaje, cada instante narrado debe ser importante y tener un sentido; por eso, lo fundamental es encontrar un hilo conductor que vaya llevándonos a través del terreno y nos permita ofrecer un relato contundente. Podría decirse que la perspectiva de esta escritura se centra en el lector y no en el autor-viajero.

Trucos para escribir relatos de viaje

2- Diseñar escrupulosamente las características de los personajes

Si bien muchos relatos prescinden de las descripciones de personajes y de los diálogos; otorgarle estos elementos a un relato de viaje puede ser una maravillosa forma de dar credibilidad a la historia. Además, esta decisión puede ayudarnos a despertar la empatía del lector ya que, al poder sentirse identificado con los personajes será capaz de vivir la historia como propia e incluso comprender cómo va a reaccionar un personaje antes de que lo haga, gracias a nuestra habilidad por mostrarle cómo es, qué le gusta, qué detesta…

Así como para los viajeros una buena forma de conocer un lugar es acercarse a los pobladores, establecer diálogo con ellos o verse involucrados en la actividad cotidiana del lugar, lo mismo ocurre con los lectores. Cuanto mejor podamos hacerle empatizar con nuestros personajes, mejor será su propio viaje. Para ello antes de sentarnos a escribir debemos saber quiénes habitarán esa historia, cómo serán, qué les ocurrirá y cómo les afectará lo que les suceda en sus características.

Trucos para escribir relatos de viaje

3- Trabajar detalladamente el principio y el final de nuestro relato

Un buen comienzo, decía Cortázar, es lo que sostiene un cuento. Pienso que no hay una máxima mayor en la escritura. Y en lo que respecta a los relatos de viaje, tampoco.

Si no conseguimos un punto de partida convincente posiblemente se nos caiga toda la historia, por muy buena que esta sea. De ahí que sea tan importante trabajar este primer paso en el que presentamos ante el lector nuestro relato. Algo que puede ayudarnos mucho en esta etapa es la elección del discurso; dependiendo del carácter que deseemos darle a nuestra historia y del grado de intimidad que ansiemos alcanzar con el lector, nos convendrá decantarnos por una voz más severa u otra más intensa. Las primeras palabras, como decía Julio son las únicas responsables de que los lectores llegan al final, por eso no hay que dormirse.

De todas formas, un buen comienzo no nos corona como buenos narradores. Necesitamos dotar a nuestro relato de una historia completa y compleja donde los personajes se desenvuelvan con fluidez y los hechos vayan marcando el ritmo de las páginas. Si en este punto nos centramos en encontrar buenas transiciones entre un suceso y otro y si logramos dotar a los personajes de una identidad auténtica, estaremos salvados. Y, sobre todo, debemos evitar al máximo caer en la rutina. La repetición de frases sólo puede ser una buena estrategia si realmente aporta a la historia el carácter que queremos, de lo contrario, busquemos la brevedad y el movimiento.

Es importante tener presente también que en los relatos de viaje la línea cronológica no siempre es importante. Algunos textos de este tipo, por ejemplo, ni siquiera tienen el factor tiempo como uno de sus elementos; todo depende de si el paso (o no) del tiempo es importante para el desarrollo de los hechos, para lo que queremos contar. De lo contrario, más nos valdría no perder tiempo con ello. No obstante, también es cierto que este elemento puede ayudarnos a saltar de una secuencia a la siguiente, por lo que antes de descartarlo completamente deberías tomar todas las consideraciones necesarias.

Y por último: el final. El objetivo de un buen final es darle un cierre claro al relato, enlazar el desenlace con el comienzo de la historia para otorgarle sentido a cada párrafo y despedirnos del lector. Tres objetivos que parecen sencillos de conseguir pero que requieren esfuerzo y, sobre todo, la intención del autor de ofrecer aquello que cree valioso para su obra.

¡Ahora sí! Teniendo en cuenta estos trucos ha llegado la hora de encarar nuestro relato. ¿Lo conseguiremos?

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