Una de las autoras suecas que ha conseguido convertirse en un auténtico referente en el ámbito literario dentro y fuera de su país es Mari Jungstedt. Esto se debe fundamentalmente a la calidad de su prosa y al hecho de que desarrolla unas historias intrigantes, llenas de suspense, cargadas de emociones y que
toman como protagonistas a personajes que enamoran.
La bibliografía de la mencionada escritora es ya extensa pero nosotros nos vamos a centrar en lo que son sus dos últimos libros y es que ejemplifican a la perfección las cualidades que anteriormente hemos subrayado de aquella.
El arte del asesino es la novela que vio la luz en el año 2011. Dentro del género policíaco y del espionaje se halla inserto dicho trabajo que vuelve a tener
como protagonistas a dos de los personajes emblemáticos de la bibliografía de esta escritora. Nos estamos refiriendo al policía Anders Knutas y a su fiel compañero el periodista Johan Berg.
En esta ocasión este dúo tendrá que enfrentarse a resolver un caso muy complicado no sólo por lo sucedido en sí sino también porque tiene como eje central a uno de los galeristas más importantes de la ciudad de Gotland. Figura esta que un día aparece colgado en la muralla de Visby.
Un hecho que pondrá en marcha la investigación durante la cual sorprenderá el descubrimiento de que el ya fallecido tenía previsto llevar a cabo su última exposición, tras la cual iba a dar un giro absoluto en su vida: abandonaría la galería, dejaría a su mujer y se marcharía de casa.
Planes todos ellos que se fueron al garete con su ¿suicidio o asesinato? Esto es lo que deberán descubrir Knutas y Berg quien para hacerlo tendrán que meterse de lleno en ámbitos turbios como el de las drogas, el de la prostitución masculina o el robo de obras de arte.
Novela inquietante
La última novela de Jungstedt ha llegado ahora, en este 2012: Un inquietante amanecer. Un nuevo trabajo que gira entorno al mundo policial y al suspense para volver a cautivar a sus fervientes seguidores y admiradores.
En este caso, la protagonista será Karin Jacobsson, la subordinada del mencionado Knutas, pues es quien está al frente de la comisaria mientras su jefe está de vacaciones. En concreto debe intentar esclarecer un caso de asesinato.
Y es que Peter Bovide, un campista que además es uno de los constructores más importantes del país, ha aparecido muerto a balazos en una playa de la isla de Fårö. Un crimen que pondrá en jaque a la policía que irá descubriendo, poco a poco, pistas que van dejándola más y más perpleja. Entre ellas está el
hecho de que el arma utilizada para el asesinato es una pistola antigua que fue utilizada por el ejército soviético durante la contienda de la Segunda Guerra
Mundial.
Junto a ello, se descubrirá también que Bovide no era el constructor ejemplar que todo el mundo pensaba. Así, se conocerá no sólo que ha cometido varias irregularidades sino también que ha tenido trabajando a personas ilegales.
Y para rizar el rizo, Jacobsson comienza a sospechar, por una serie de pistas, que el asesinado podría tener algo que ver con la desaparición de una chica alemana que se produjo años atrás y que sigue sin resolverse.
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