La reja es una localidad del conurbano bonaerense en torno al cual se han tejido miles de historias. Desde hace décadas, la literatura ha dejado de indagar en estos espacios apostando por otros más europeístas y glamourosos. Y perdiéndose con ellos un espacio de magia y de bagaje cultural único.
La literatura actual argentina parece querer recuperar ese escenario, y así lo hace Matías Alinovi. «La reja» también es el título de la primera novela de este autor, de quien hablaremos en este artículo.
El concepto okupa
Me enfrenté con el concepto «Okupa» hace ya muchos años, a través de una serie emitida por lo que entonces era ATC. Posiblemente en ese momento ignoraba que el mismo no sólo me llegaría a resultar familiar sino que, incluso entablaría relación directa con personas que, por carecer de recursos, vivían en casas tomadas.
A través de ellas supe que la vida del okupa es un mundo absolutamente reglado, donde cualquier paso en falso puede significar no sólo la perdida de ese «hogar tomado prestado» sino incluso el de todos los bienes que se poseen (y se guardan en dicha residencia). Hoy, el término no es desconocido para nadie, incluso los países donde mejor se vive, lo conocen. No me quiero ir de tema, simplemente quería realizar una introducción necesaria para acercarse a la obra de Alinovi.
Transgresión es la palabra que definiría mejor este tipo de vida. Desde la escritura del término, en el que la «c» es reemplazada por una «k», hasta la forma en la que viven quienes se sienten identificados con esta causa.
Un okupa se siente fuera de la sociedad, con sus derechos manoseados y por eso opta por «tomar prestada» una propiedad donde vivir, donde criar a sus hijos y donde sentirse protegido. Pero ¿qué hay de los dueños de estas casas? ¿Dónde existen los límites?
Todo esto es lo que intenta plasmar Matías en esta obra; no para dar respuestas sino para dejar constancia de la realidad de la calle y poner en evidencia ese enfrentamiento ridículo entre los ciudadanos, causado por un mal manejo del gobierno y una falsa justicia en la legislación.
Una narrativa llena de música
El estilo narrativo es, desde mi punto de vista, fantástico. Al comenzar a leer la novela las frases se van acomodando de una forma que nos hace pensar que se está leyendo una poesía, aunque no cuenta con un lenguaje que podríamos considerar poético.
En una entrevista, Matías cuenta que la historia surgió escrita en forma de endecasílabos; al principio se resistió, pero viendo que era inevitable, terminó cediendo a esa necesidad literaria surgida de quién sabe qué parte de sí mismo; por eso, esta obra cuenta con un estilo fresquísimo, que remite a la música y a la poesía y que te obliga a leerlo, incluso en voz alta.
Desde lo estético la novela fue creciendo a partir de una situación particular. A Alinovi también le ocurrió que le ocuparan su casa quinta de la infancia; hecho que, además de provocarle mucha angustia, lo enfrentó a esa misma realidad que encontramos en sus páginas. Seguramente, el haber pasado por esta situación le permitió cobrar a las páginas de tanta vida, de un realismo llamativo y sorprendente.
El conurbano bonaerense y el derecho a la propiedad privada
Los temas fundamentales de la obra son la realidad en el conurbano bonaerense y la historia de la propiedad (A quién pertenecen los bienes y por qué); combinados con el análisis de una discusión literaria, que tiene que ver con «la negrada», refiriéndose a esa otredad que pasa desapercibida.
La novela se centra en la historia de un hombre que vive en Europa y a quien le llaman por teléfono para avisarle que su casa quinta (que había sido propiedad de la familia desde tiempo atrás y en la que él había pasado muchos años de su vida). Hacia Moreno se desplaza el protagonista a resolver esta situación. A partir de entonces se desarrollan una serie de situaciones que le van dando forma a la trama; a través de las cuales el personaje debe enfrentarse con la soledad frente a los otros y, en su defecto, con la importancia de esos otros, diferentes, para entenderse, para tener una identidad.
La discusión acerca de la propiedad es sin duda una de las más recurrentes desde hace siglos; e incluso en este período, donde la propiedad privada está tan devaluada y donde todo parece de todos más aún.
Leyes como la SINDE y todo lo referente a la propiedad intelectual seguramente cabría en la trama de esta obra. ¿Qué es mío y por qué? ¿ A quién pertenecen los bienes y quién define los límites de dicha adquisición? Y en ese mismo aspecto ¿quién somos y por qué? ¿Qué nos hace ser argentinos y por qué necesitamos de ello?
Temas interesantísimos que podrían ayudarnos a comprender aún más el devenir de nuestra historia, las relaciones de poder y sobre todo, la gran división que se crea en una sociedad a partir del derecho a la propiedad.
Reafirmar la propia identidad
En una sociedad no existen exactamente los buenos y los malos, tan solo hay leyes que favorecen los derechos de los unos en detrimento de los otros; legislaciones que obligan a que los ciudadanos sean quienes deban responder sobre los vacíos existentes a causa de las decisiones del Estado. Ciudadanos que deben hacerse cargo de la ineptitud de un gobierno para conseguir que todos tengan lo mínimo necesario para vivir. En este caso, un hogar.
Y esos ciudadanos comunes, responden, con la vejación de su bien y el manoseo de sus recuerdos, por parte de un grupo de personas a quien el Estado debió procurarles un hogar, y viéndose sin él recurrieron a la fuerza, a la ocupación forzosa.
Es interesante la afirmación de la propia individualidad e identidad a partir de la relación con los otros y con los espacios. Posiblemente también en este razonamiento se encuentre el de la identidad argentina. Donde si no existieran aquellos considerados «la negrada» el país entero sería un conglomerado de personas provenientes de diferentes culturas que cohabitan un espacio. Como lo dice Alinovi, «una sucursal de Europa».
Esos otros, son los que colaboran con la resignificación de los descendientes de inmigrantes. A partir del choque, del encuentro con esa realidad particular, éstos pueden comprenderse y ubicarse como individuos auténticos.
Para terminar quiero dejarles un fragmento que pertenece a la primera parte del libro y que creo define claramente uno de los temas fundamentales de la obra, la transmutación de la propia memoria a partir de la intromisión en la intimidad del recuerdo individual de un agente extraño, de personas que no forman parte de él; que no pueden comprenderlo ni cuidarlo, como nosotros lo hemos hecho por años.
Debes estar registrad@ para poder comentar. Inicia sesión o Regístrate.