Frases del refranero popular ordenadas alfabéticamente. Refranes de la A a la Z. Letra V. [Aquí puedes encontrar más artículos sobre refranes.]
A lo largo y ancho de nuestro Refranero Popular encontramos una gran cantidad de frases contundentes en las que se nos ofrecen consejos para poner en práctica en la vida cotidiana, a fin de convertirla en una experiencia feliz. Asimismo, encontramos sentencias que sirven para explicar el porqué de ciertas costumbres de la vida social, que pueden favorecer nuestro entendimiento de la tradición popular. En este ciclo dedicado al Refranero, nos hemos propuesto recoger aquellas frases más significativas según qué letra del abecedario. En el capítulo de hoy repasamos frases que comienzan con la letra V. Te invitamos a leer los capítulos anteriores: sobre las letras A, B, C, D, E, F, G, H, I, J, L , M, N,O, P, Q, R, S , T y U.
Refranes con la letra V
Este refrán se suele utilizar para expresar que muchas veces las personas que más insisten, que se esfuerzan tozudamente por alcanzar algo, a la larga lo consiguen. Por el contrario, quienes mucho piensan suelen cansarse de las negativas de la vida y abandonan, no llegando a conseguir lo que se proponían. En otro sentido, puede utilizarse para explicar que en una discusión de dos personas, quien más insista y se empeñe en ganar, terminará consiguiéndolo: porque el más racional tarde o temprano terminará cansándose y le dará la razón al insistente.
Este otro refrán se utiliza para destacar la importancia en la vida de tiempo libre. Si bien todos queremos tener trabajo; en ocasiones, cuando tenemos en demasía, ansiamos un ratito de descanso. En esos casos suele usarse esta frase, cuando en realidad lo que se tiene es lo contrario. Se la utiliza en modo de queja pero generalmente con un tono de humor y frivolidad, sin darle demasiada importancia al asunto.
Esta frase se dice para expresar que debe llamarse a las cosas por su nombre. Generalmente podemos verla en un contexto en el que alguien quiere que los demás que se hallan presentes no nieguen una realidad evidente; a veces se formula en tono de amenaza, otras veces de súplica, dependiendo de la situación y del tema que se esté tratando.
Cuando se utiliza este refrán se está recomendando a alguien que se calme y se retire de una discusión, porque de lo contrario la cosa va a ponerse fea. Se utiliza en modo de advertencia en una situación crispante; aunque también puede formularse en tono de chiste en una conversación de amigos: alguien la pronuncia para expresar que intuye que algo que acaba de decir alguien dará lugar a una buena discusión.
Este refrán se usa para invitar de una forma brusca a alguien a marcharse, porque su presencia no es agradable. Suele utilizarse como advertencia, como diciéndole que si no se va va a tener problemas. En ocasiones se usa para indicarle a alguien que interfiere en una discusión ajena a mantenerse al margen.
Este refrán hace hincapié en la importancia de llegar a un acuerdo con otra persona aunque los resultados no sean los esperados; es una forma de advertir que de este modo se evitan problemas mayores. Una forma de dar por zanjada una situación difícil sin permitir que se prolongue en el tiempo.
Esta frase suele usarse para referirse a alguien que es capaz de ver todos los defectos en la vida de los demás pero no sus propias miserias. En general, son personas que suelen encontrar y agrandar pequeños defectos en los otros pero que ellos mismos al observarse no son capaces de discernir sus cosas negativas más evidentes, que están en realidad a la vista de todos.
Y termino con este bonito refrán que nos anima a disfrutar de las pequeñas cosas como si fueran a terminarse: a apreciar los encuentros con la gente a la que queremos y a hacer todo aquello que deseemos pensando en que no duraremos mucho. Si pensamos demasiado en el porvenir, se nos irán así los mejores años. Así que, ¡a disfrutar de la vida, que son dos días! (y fue ahí otro refrán de yapa).
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