La última vez que estuve en Bahía Blanca viajaba en tren camino de Puerto Madryn. Estuve allí unas cinco horas esperando el trasbordo y aproveché la ocasión para visitar la ciudad. Recorrí tranquilamente la Avenida Leandro Alem y recordé que unos años antes había estado allí con mi padre, para la ordenación de diácono de uno de mis tíos.
Entonces, pensé en lo veloz que pasa el tiempo y lo mucho que nos cambia: ahora pisaba esas mismas calles y ni siquiera quería acercarme a la catedral, habiendo roto recientemente con todo lo que pudiera siquiera reflejar el concepto de mandatos familiares. Entonces, pensé que sería bonito vivir allí y, como me lo propongo cada vez que llego a alguna parte, decidí que algún día lo haría.
He leído algunos relatos de Valeria Tentoni. No los suficientes. Nunca lees lo suficiente. Y ahí estaba: una Bahía Blanca oscura que de a ratos era visitada por el reflejo de una esperanza. Una Bahia Blanca robusta, como la escritura de esta autora.
¿Quién es Valeria Tentoni?
Tentoni nació en Bahía Blanca en 1985. Estudió abogacía en la Universidad de Buenos Aires y trabaja como periodista. Ha colaborado con importantes revistas literarias de Argentina como «La Quetrófila» y «El Monstruo de la Ría». Como poeta ha publicado «Batalla Sonora», «La martingala» y «Ajuar», y como narradora , un libro de relatos que se titula «El sistema del silencio». Además, trabaja en la radio y es notera del programa de televisión Otra mirada.
La literatura la encontró cuando era chica: escribía cuentos que su hermano ilustraba con crayones. ¡Una forma muy colorida de entrar en este universo! ¿No creen? Durante la adolescencia sintió intriga por el mundo de la poesía y empezó a escribir poemas.
Cuando Valeria llegó a Buenos Aires ya escribía; sin embargo, no pensaba en la literatura como una forma de ganarse la vida: hasta que con una amiga decidió acudir a un café literario, Alejandría, donde tuvo la fortuna de encontrar a otros autores como Ricardo Romero, Ignacio Molina, Lucas Oliveira, Natalia Moret, Juan José Burzi, que la dejaron fascinada. Esta experiencia la incentivó a unirse a los que, guiados por su pasión, intentaban el mundo de la escritura. Y por suerte lo hizo.
Aunque asegura que no le gustan las listas, no puede negar ciertas influencias, todos las tenemos. La única forma de no ser influenciados por lo que leemos sería criarnos absolutamente aislados, pero en ese caso ¿cuál sería el sentido de la escritura? En el caso de Tentoni las influencias saltan a la vista: Clarice Lispector y Juan José Saer.
El silencio en la familia
«El sistema del silencio» es el potente título del primer libro de relatos de Valeria Tentoni: una escritora decidida y perspicaz, con un ecosistema literario avasallante y una pluma sumamente original.
Entre los fundamentales elementos de su escritura puede notarse una intencionada fuerza en lo corporal. Le escuché decir en una entrevista que si queremos construir individuos creíbles no podemos deshumanizarlos de los aspectos más naturales de la existencia, como lo son la relación con el cuerpo y la sexualidad.
Esto es muy cierto; sobre todo porque al observar la forma en la que los individuos se relacionan con su región más íntima, podemos establecer respuestas a experiencias no narradas. Y, partiendo de esas situaciones intimistas, se puede construir desde lo que no se dice. Ciertamente, me parece algo sumamente interesante y a tener en cuenta a la hora de escribir. En el caso de Tentoni me parece que en esa literatura de lo corpóreo, consigue que sean los cuerpos los que guían el hilo narrativo.
Entre Literatura y Derecho
La obra de Valeria se ubica entre la Literatura y el Derecho; de hecho, sus colaboraciones en el blog Eterna Cadencia lo demuestran. La autora asegura que le interesa encontrar el punto de contacto entre ambas disciplinas, y dice que le gusta transitar un camino que va de la Literatura hacia el Derecho y no a la inversa.
Los títulos de sus obras «El sistema del silencio» y «Ne bis in idem» son tomados de esa otra gran pasión. Expresa que le divierte la idea de que alguien al leer estos nombres se acerque al libro y se sorprenda al encontrar, en lugar de tratados sobre Derecho, relatos y poemas. Y sí, sería curioso ver la respuesta de los lectores: un choque de perspectivas que seguro no puede pasar desapercibido.
Leí algunos cuentos de Tentoni, quisiera recomendarlos todos, pero prefiero quedarme con dos, que son maravillosos.
«El tallerista» es un cuento precioso que se centra en la relación entre una joven que acude a un taller de escritura y su profesor. Una historia entretenida que se ve surcada por una mueca de ironía de principio a fin.
El segundo es « La culebrilla «. De una profundidad espeluznante; donde se narra la historia de individuos que se repiten invariablemente: criaturas abandonadas que no entienden la infancia porque no han tenido la protección, porque no saben lo que es y porque se sienten incapaces de volar. Saben lo que desean pero no tienen las suficientes agallas para buscarlo, para imponerse. Es un relato que los dejará anonadados y que, como me ha sucedido a mí, los llevará a querer leer más y más de Valeria. Por cierto, la narradora dice que no sabe de pájaros pero al leer este libro se darán cuenta de que se equivoca.
«Cuando escribo siento que estoy en casa«, dice Tentoni. Y al leerla no puedo dejar de verme nuevamente sobre esa extensa avenida, renegando del pasado pero encarando de frente los demonios familiares.
Si es como dicen que la escritura habita en un tiempo y no en un espacio, podemos decir que el lirismo de Tentoni nos permite visitar un espacio tenebroso donde las intrigas familiares y el silencio se juegan una pulseada a muerte. Si ella se siente en casa al escribir, debo decir que también yo volví un poquito a casa, ese tiempo de avenidas anchas y patios alargados.
No dejen de visitar su blog donde podrán leer algunos de sus poemas maravillosos y acercarse a su distinguida voz. También pueden seguirla en Twitter.
Comentarios1
Gracias Tes por este artículo... Me encantó conocer a Valeria Tentoni!
Saludos!
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