La bibliografía de la reina del suspense, Agatha Christie, es amplísima. De ahí que la escritora británica utilizara un sinfín de maneras para que los personajes de sus novelas cometieran los asesinatos que luego son investigados por protagonistas de la talla de Miss Marple o de Hércules Poirot. No obstante, no podemos negar que la citada autora eligió en muchísimas ocasiones el veneno como arma de esos criminales.
El hecho de que durante la Primera Guerra Mundial esa mujer ejerciera como enfermera le hizo conocer un sinfín de venenos que luego empleó para darle forma a sus obras. En concreto, entre las más significativas en las que esos productos son el arma del crimen podemos destacar las siguientes:
Cianuro espumoso
En el año 1944 fue cuando se publicó este libro que da comienzo en un reservado de un lujoso restaurante. Allí seis personas han quedado a comer para homenajear a una séptima, que también tiene su plato en la mesa sobre el que hay un ramo de flores. La fallecida no es otra que Rosemary Burton, que murió en ese mismo lugar después de tomar una copa donde había cianuro.
Siempre se ha pensado que fue ella misma la que vertió ese veneno para suicidarse. Sin embargo, esa idea se tambaleará cuando durante la cena en su honor uno de los asistentes muera tras ingerir el contenido de la copa que levantó para brindar por Rosemary.
Cita con la muerte
En el año 1938 fue, sin embargo, cuando Agatha Christie llevó a cabo la publicación de esta otra novela, que forma parte de las que tienen como investigador a Hércules Poirot.
La historia nos presenta a Mrs. Boynton, una mujer anciana que destaca por su mal carácter y por controlar la vida de toda su familia. Esta se encuentra sometida a sus deseos y antojos porque, hasta que muera, todo el dinero de la saga está en su poder.
La citada familia organiza un viaje a Petra y allí realizan una excursión a la que acuden todos a excepción de la anciana. Mujer esta que será encontrada muerta por sus seres queridos al regresar del paseo. De ahí que el citado detective deba poner en marcha su perspicacia e inteligencia para descubrir quién ha asesinado a la anciana con un veneno conocido como digitalis purpurea, que provoca un paro al corazón.
Los cuatro grandes
1927 fue, por su parte, el año en el que vio la luz esta otra novela de suspense en el que otro veneno vuelve a ser el protagonista. En concreto, en este caso será el jazmín amarillo, que, además de visión doble, ataca directamente al sistema nervioso.
Poirot es nuevamente el investigador de esta historia. Así, se verá en la necesidad de seguir la pista de unos peligrosos criminales llamados Los Cuatro Grandes, a los que jamás nadie ha detenido. Unos criminales que tienen tras de sí la leyenda de que cualquier detective que les ha seguido la pista ha acabado muerto.
¿Qué te parecen estas historias en las que el principal arma es el veneno?
Comentarios1
Me parecen fantásticas, María. Agatha Christie ha sido de las autoras que más me han marcado. Así que, aprovecho la ocasión para animar a leer sus obras también a todos los que no la conozcan.
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