Semblanza del poeta sevillano Luis Cernuda.
Si pudiera observar un momento histórico para la poesía española, me gustaría asomarme al Estanque de Mercurio de los Jardines Alcázares de Sevilla, un día específico de 1925. El día exacto en que Juan Ramón Jiménez y Luis Cernuda se conocen y pasean por allí. ¿De qué hablaron estos dos hombres, tan dolientes y talentosos, aquella tarde? Desentrañar la esencia de Luis Cernuda resulta algo complejo, dado el carácter escurridizo de su voz. No obstante, estoy segura de que muchos coincidiremos en que se trata de uno de los poetas más fascinantes que ha dado la literatura española. Sin duda, uno de los más grandes de la Generación del 27.
Quién fue Luis Cernuda
Luis Cernuda nació en Sevilla el 21 de septiembre de 1902 en el seno de una familia de clase media acomodada, donde la figura de un padre autoritario y obsesionado con la disciplina implicó una marca indeleble en la psique del poeta. Desde pequeño se sintió movido por la literatura, y en su poesía esa primera infancia ocupa un lugar fundamental. El rasgo melancólico y hondo de su poesía, inscrita en el período neorromántico, nos permite intuir un alma conmocionada para siempre, por la palabra y por las pulsiones del deseo, posiblemente a causa de la censura y la estricta disciplina de su infancia. Aunque estudió Derecho, Cernuda se vio inclinado desde temprano a la literatura. Y gracias a su descubrimiento y su amistad de Pedro Salinas, consiguió abrir su panorama lector y mental a otra forma de expresividad estética.
Uno de los rasgos preponderantes de su poesía es la melancolía en torno a un tiempo pasado. En ella podemos leer, y nos lo explica José María Valverde mejor que nadie, el cambio evolutivo de la poesía española desde lo ideal y exquisito a lo más emotivo y humanista. En su poética el romanticismo europeo alcanza su clímax y se tuerce hacia una poesía menos ornamentada y más sensible. De su obra inexplicable no podría dejar de mencionar algunos de los libros que más me han impactado: Perfil del aire, Las nubes y Los placeres prohibidos.
Cernuda es también un símbolo del poeta comprometido con su tiempo. Tanto es así que no dudó en formar parte del proyecto que puso en marcha Manuel Bartolomé Cossío, Misiones Pedagógicas. Quizá uno de los proyectos sociales más hermosos y luminosos de la historia, que enaltecía los valores de la Segunda República. Con el objetivo de fomentar la cultura y disminuir la tasa de analfabetismo que había en ese momento, se realizaban visitas a barrios y pueblos para brindar asesoramiento en torno a la educación y a los poderes estatales. Aquella experiencia le abrió un mundo, que se vería reflejado en su poesía, donde los rostros de niños precarizados comenzarían a asomar. La infancia, tan presente en su obra, adquiere un matiz oscuro, y hasta trágico.
El comienzo de la Guerra Civil Española marcaría otro punto de inflexión en la vida de Cernuda, quien por razones políticas y como tantos otros republicanos debió escoger el exilio. En su caso, sería un camino sólo de ida. Primero viviría en Inglaterra y Estados Unidos, y llegaría finalmente a México, donde falleció el 5 de noviembre de 1963. Fue enterrado pocos días después en el Panteón Jardín del cementerio de México, junto a otros muchos españoles exiliados en este país.
Fue durante el exilio que publicó algunas de sus obras más importantes Las nubes, Vivir sin estar viviendo y Desolación de la Quimera. Pocos poetas han sabido expresar con la contundencia carnal y a la vez con un esteticismo poético inconfundible, las pulsiones homoeróticas y el deseo sexual divergente como Luis Cernuda. Poemas como «Si el hombre pudiera decir lo que ama» o «Diré como nacisteis, placeres prohibidos» dan cuenta de un poeta fascinante, valiente y extremadamente talentoso. Sin duda es el mayor referente de la poesía homosexual escrita en nuestro idioma. No dejes de leerlo.
La influencia de Cernuda en la poesía española contemporánea
No sabremos nunca a ciencia cierta los detalles de la conversación de ese encuentro entre dos mentes brillantes, Juan Ramón Jiménez y Luis Cernuda, pero sin duda fue un hito en la historia de este joven poeta, quien poco tiempo después vio sus poemas publicados en la prestigiosa Revista de Occidente.
Migrante de un planeta lejanísimo, cercano al sol, Luis Cernuda ha dejado algunos de los versos más deslumbrantes de su generación. Sus poemas reverberan todavía en la poesía de España, donde podemos encontrar numerosos homenajes, algunos más directos que otros. Pienso en el poema que dedica José Antonio Mesa Toré a las Misiones Pedagógicas en su libro Exceso de buen tiempo, «Niños fotografiados por Cernuda». Hay en ese libro otros homenajes subterfugios. Por su parte, el poeta Pablo García Casado le dedica un poema extraordinario en su libro García (Visor Libros). Y quiero terminar esta semblanza dejando sus palabras en el aire, porque creo que reúne (y mucho mejor de lo que yo habré podido hacer) todo lo que significa Cernuda el poeta y Cernuda el símbolo. Escúchenlo.
En nuestro canal estamos creando una biblioteca poética sonora en la que leemos a diversos poetas significativos de la literatura Iberoamericana. Te invitamos a disfrutar de la lectura de poemas tales como «Te quiero», «Si el hombre pudiera decir lo que ama» y «Donde habite el olvido» de Luis Cernuda. Y, si te gusta, no olvides suscribirte al canal para no perderte ninguna de nuestras publicaciones. ¡Que viva la Poesía!
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