Hoy compartiré con ustedes un breve artículo sobre la obra poética de Hermann Hesse, novelista nacido a finales de 1800 y que se hizo conocido por su creatividad narrativa, que le ha valido entre otros premios, el Nobel de Literatura.
Dentro de la obra de Hesse son seguramente «Peter Camenzind» y «El lobo estepario» (publicadas en 1904 y 1927) los títulos que han adquirido mayor fama y prestigio; sin embargo, este autor también ha hecho importantes aportes en otras obras narrativas y también poéticas.
Hermann Hesse nació el 2 de julio de 1877 en Calw. Fue un reconocido escritor de origen alemán pero nacionalizado en Suiza, quien además de la narrativa cultivó el género lírico y la pintura. Su amplia trayectoria lo convirtió en un nombre indiscutible de su época en cuestiones humanitarias, aunque a decir verdad tiene muchos detractores que aseguran que su faceta humanista no era más que una máscara. Pese a todo, en 1946 fue condecorado con el Premio Nobel de Literatura.
La incomprensión en Hesse
En Hesse temas como la libertad, la resistencia a la autoridad y la búsqueda del propio destino son recurrentes y son ellos los que sin lugar a dudas ponen su obra por encima de la de muchos otros autores.
Al leer las diferentes biografías de Hesse podemos descubrir a un hombre que no se sentía comprendido por su entorno, ni siquiera por sus progenitores. Posiblemente nadie sea profeta en su tierra y cualquier autor o persona que quiera expresar ideas contrarias a las que se le han inculcado, debe abandonar el nido y crear una vida lejos del seno familiar.
Por todo esto, luego de dejar el seminario donde sus padres lo internaran a la fuerza (ambos eran creyentes fervorosos y deseaban que el joven siguiera sus pasos), Heese se escapó y comenzó a vivir a su manera, sin darle mayor importancia a los mandatos paternales. Principalmente, lo que lo ayudó a desprenderse fue que la estricta educación que recibía no le permitía dedicarse a aquello que era para lo que creía había nacido, la poesía. En su autobiografía expresó «seré poeta o nada«, ¡y vaya si lo fue!.
De todas formas, salir de aquella relación conflictiva no fue sencillo, previamente debió atravesar violentas crisis de depresión y la aparición de ideas suicidas. Expresó que desearía partir como el sol en el ocaso y en cierta ocasión intentó quitarse la vida; a causa de ello fue ingresado en el hospital para enfermos mentales de Stetten im Remstal, y después enviado a un internado de niños.
Fueron años muy duros para el autor, sin embargo supo ser fuerte, para ofrecernos años más tarde obras de una impecable calidad literaria y poética.
La poesía de Hesse
Su primer libro de poemas lo publicó en 1898 bajo el título «Canciones románticas«, y luego de ese su segunda obra poética, al año siguiente, que se llamaba «Una hora después de la medianoche«. Ninguna de las dos consiguió triunfar en el mercado. Posteriormente publicaría su primera novela, con la que adquiriría una gran fama y que lo ayudaría a posicionar mejor sus poesías, y ser leído por muchos lectores.
Cuando estalló la Primera Guerra Mundial en 1914, Hesse publicó una serie de poemas y textos antibélicos donde instaba a los intelectuales alemanes a no caer en las disputas nacionalistas. Estas publicaciones le valieron el adjetivo de vendepatria y recibió diversas amenazas anónimas y cartas de amigos que aseguraron no le respaldarían. El propio poeta expresó:
Aquí reside uno de los momentos más cruciales en la vida de Hesse; sintiéndose incomprendido por sus propios compatriotas, cuando intentaba manifestar sentimientos de paz y unidad, debió exiliarse y continuar trabajando por sus ideas desde afuera.
Volviendo al tema de que nadie es profeta en su tierra, cabe aclarar que como Hesse, muchos autores debieron optar por el exilio, porque los sistemas manejan nuestras emociones y deciden qué cosa es correcta y cual no, qué es ser vendepatria y qué no, y coartan todo tipo de libertad, comenzando por el derecho básico de todo ser humano, la libertad de expresión. Por eso, aquellos que tienen algo importante que decir deben irse, para continuar luchando desde otra perspectiva, para decir lo que necesitan desde un lugar donde sean escuchados.
La soledad de Hesse
En Hesse la soledad también parece ser protagonista. Siendo un elemento que aparece una y otra vez para adquirir nuevas formas pero siempre apuntando a lo mismo, que todos estamos solos de alguna manera.
Las ideas de Hesse lo llevaron siempre a aislarse de las personas. Primero de sus padres, con quienes no compartía la necesidad de obligarle a una educación tan estricta que le privara de sus dos bienes más preciados, la libertad y la poesía. Después su ambición y su pasión por las letras y la justicia lo llevó al rechazo de sus compatriotas y más tarde, su misma ideología y sus conflictos personales, hicieron que se aislara para vivir sólo para escribir.
Supongo que una de las mayores condenas al apasionarse por la escritura es que al ser una vocación tan solitaria, muy pocos son capaces de comprender realmente a quienes nos dedicamos a ella, esa necesidad de reclutarnos durante días y horas para expresar una idea. Días, semanas, meses y años en una intimidad que a otros asusta y hasta la ven como patológica, cuando en realidad para nosotros es lo único que puede resultarnos saludable. Esa intimidad es para el autor tan necesaria como lo fue para Hesse la libertad y la escritura.
Comentarios4
Hesse eterno. Exquisito artículo amiga. Un abrazo.
Una de sus obras mas bellas para mi fue SIDARTHA, recomiendo que si tiene posibilidad la lean.En esa obra el plasma mucho de su vida y los conflictos por los que pasó.
Me encanta esta biografia y su obra que conozco poco pero es sorprendente y bella
Me ha encantado este artículo,
una ´resumida y concisa biografía
de un autor de culto,
un escritor de los de antes,
de esos que sacrificaban vida
para producir escritura.
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