«Lo que el viento se llevó» de Margaret Mitchell

Hoy les traigo otra reseña para nuestro ciclo el desván de los libros perdidos. Se trata de la obra «Lo que el viento se llevó», de Margaret Mitchell. En esta oportunidad no es de esas obras olvidadas, pero sí de las que no deberíamos olvidar, por lo que la he considerado oportuna para este ciclo. Espero que les guste.

El amor en tiempos de guerra

La novela narra la historia de Scarlett O’Hara, residente de un pequeño pueblo de Georgia (sur de Estados Unidos) llamado Tara y de su relación amorosa con Ashley Wilkes. Debido a esta relación no correspondida, Ashley está por casarse con Melanie Hamilton, Scarlett decide marcharse y casarse con otro joven, que es hermano de Melanie. A partir de esta decisión su vida cambiará para siempre y lo iremos descubriendo a medida que leemos.

Por otro lado tenemos la historia de Rhett Butler, un joven viajero que detesta la guerra y que no quiere ir a combate. Butler también sufre de un amor no correspondido: está enamorado de Scarlett. Mitchell se vale de estas historias, enlazándolas, de una forma por momentos algo predecibles para mi gusto, para ofrecernos una aventura romántica enmarcada en un contexto histórico específico.

Esta novela es una de las más vendidas de la historia de la literatura norteamericana, aunque lejos está en ser la mejor obra de la historia del país. De hecho, si bien considero que es un libro de lectura necesaria, también creo que peca de persuasivo y ofrece una mirada algo recortada de la situación social que atravesaba el país en aquellos años. Intentaré explicarme a continuación sobre este punto.

Literatura proselitista

Al leer este libro me es muy difícil no ver sus hallazgos: una narrativa fluida y un trabajo interesante de diálogos y personajes. No obstante, este deslumbrante trabajo se ve algo eclipsado por la intención de la autora de convencernos de sus ideas políticas, rozando los límites del proselitismo. Es este un punto muy negativo de la obra que me llevan a no recomendarla con tanto brío.

En este libro, Mitchell da buena cuenta de un período fundamental en la historia de Estados Unidos: la guerra civil de finales del siglo XIX que trajo consigo importantes cambios para el país. Un momento clave sobre todo para el pueblo afroamericano, ya que ella marcó la abolición de la esclavitud en Norteamérica.

Además, a través de este libro podemos encontrarnos con el fervor de los jóvenes americanos, deseosos de ir a luchar por sus ideas (antes de confrontarlas detenidamente) mientras se van convirtiendo en hombres. Nos ofrece también una minuciosa descripción de la cultura sureña. No obstante, la posición esclavista de su autora, que constantemente está posicionándose en el conflicto puede resultar molesta y distanciarnos un poco de la historia.

Descripción de personajes

Entre las cosas positivas a señalar se encuentra el empeño de su autora en la creación de los personajes; los cuales están perfectamente definidos y se diferencian los unos de los otros con rotundidad. Por otro lado, Mitchell explora de una forma delicada las relaciones humanas y se interna en el origen del odio, del pánico, del amor, de la envidia… y busca explicaciones ante las diferencias que nos separan. Quizá no de la forma más directa ni objetiva.

Cada uno de los personajes permite comprender una emoción-actitud de la sociedad. Brevemente podríamos decir que la protagonista, Scarlett, representa la transformación de toda la sociedad americana que pasó de la comodidad de recibirlo todo sin esforzarse a tener que luchar para conseguir sobrevivir. Ashley Wilkes podría simbolizar lo estático, el empeño de ciertas clases sociales-políticas de aferrarse a las tradiciones. Rhett Butler, el personaje antibelicista, introduce la pregunta que todo libro bélico debe hacerse, ¿es la guerra la solución a los problemas de un país? si lo es ¿acaso es el único? Y en ellos tres también caben los matices.

Esta particularidad de la novela creo que puede ser reveladora para aquellos lectores que disfrutan de descubrir los rincones psicológicos de cada personaje y para los que necesitan perfeccionar su trabajo creativo en este aspecto en particular. También es una buena lectura para disfrutar de trabajados e ingeniosos diálogos y para disfrutar de una aventura amorosa en papel. Por todo esto quise hoy traer «Lo que el viento se llevó» a nuestro desván de los libros perdidos, pese a sus puntos flacos y sus inconsistencias. Espero que la disfruten.