Miniciclo sobre el Romanticismo en el que hablamos sobre la influencia del movimiento en la literatura contemporánea.
El Romanticismo es uno de los movimientos literarios más transformadores de la literatura pero, además, como ya hemos visto, se manifestó en otras disciplinas como la pintura y la música. A tal punto ha sido relevante que incluso en obras modernas se nota su influencia. Veamos hoy algunas novelas en las que se puede notar dicha influencia. Si no has podido leer las entregas anteriores, te invitamos a hacerlo. Podrás conocer los fundamentos del Romanticismo, los antecedentes, los lugares en los que se reveló con más intensidad, los autores y autoras que lo adoptaron y la influencia en las obras modernas como el cine y los videojuegos.
El Romanticismo en la literatura moderna
Una buena forma de distinguir la influencia romántica en la literatura contemporánea es teniendo en cuenta los temas: los textos suelen tratar cuestiones filosóficas vinculadas a la existencia de lo sobrenatural, el misterio y la idealización de otros tiempos. Pero también se puede encontrar esta influencia en la estructura y el tono. Hay una elección de más elementos en escena y una mirada más minimalista: la subjetividad de los personajes está mucho más presente, y revela una verdad.
La literatura moderna ha recurrido con frecuencia a la estética y los temas del Romanticismo. A pesar de la distancia temporal, muchos autores contemporáneos han hallado en los ideales románticos una fuente inagotable de inspiración. Obras en las que podemos notar el deseo de explorar la naturaleza oscura de las pasiones humanas y los paisajes inhóspitos como reflejo del alma atormentada. Estas obras, aunque nacidas en épocas muy distintas, dialogan con los principios del Romanticismo, mostrando su relevancia al poner en el centro del relato los dilemas existenciales y emocionales de la vida contemporánea.
Algunas novelas que rinden homenaje al Romanticismo
El Gran Gatsby de F. Scott Fitzgerald, es un buen ejemplo de obras que rinden homenaje al espíritu romántico. Más allá de la exploración de la identidad y la libertad, temas recurrentes en el Romanticismo, lo que más acerca la obra del autor estadounidense con el movimiento decimonónico es el retrato del idealismo trágico, donde la búsqueda del amor se convierte en una batalla perdida pero llena de desafíos y donde la belleza es otro de los ideales que se encuentran en el centro.
Otra obra de antecedentes románticos es La historia interminable de Michael Ende. Aquí la influencia romántica está más diluida, o quizá es que cuesta verla al ser una obra fantástica, pero está. El papel predominante que tienen la imaginación, la creatividad, la naturaleza y la lucha interna del protagonista para encontrar su identidad, la hacen calificar como una obra moderna que rinde homenaje al Romanticismo.
Los errantes de Olga Torkarczuk es otra obra que encaja perfectamente en la descripción de influenciadas por el Romanticismo. En este caso se puede notar en la presencia de un héroe perdido que está en constante movimiento (física y emocionalmente). Aunque Los errantes es una novela más posmoderna en su estructura y estilo, hay un constante sentido de lo desconocido y lo misterioso en sus historias y la naturaleza tiene un lugar importantísimo en la construcción de las escenas. Los románticos también recurrían al misterio, lo sublime y lo sobrenatural para generar una atmósfera inquietante. Tokarczuk crea una sensación similar a través de la exploración de lo liminal y lo extraño.
Por último vamos a mencionar una novela relativamente nueva, Centroeuropa de Vicente Luis Mora, que también reúne características que podrían hacerla encajar en este perfil, aunque no sea una obra romántica en sentido estricto. En esta novela el espacio geográfico tiene un papel crucial, y las descripciones de los paisajes de Europa central evocan un sentido de grandeza y desolación, recordando la forma en que los románticos utilizaban los escenarios naturales para intensificar las emociones. Además, el héroe errante, otro elemento que se repite en muchas obras románticas aparece aquí. Pero seguramente uno de los elementos que más me deciden a incluirla en la lista es el tono melancólico que impregna la narración. La atmósfera de incertidumbre, combinada con un sentido de pérdida cultural y personal, podría alinearse con la sensibilidad romántica hacia el sufrimiento y la nostalgia.
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