Wendy Guerra es una poetisa cubana que además escribe diarios, en ellos cuenta desde situaciones sumamente personales a otras que tienen que ver con una denuncia política. Entre sus obras se encuentra «Posar desnuda en la Habana» un diario apócrifo de Anaïs Nin, donde cuenta y hace especulaciones sobre lo que pudo vivir y sentir esta famosa escritora durante su regreso a Cuba en 1922.
Cabe aclarar que Anaïs se caracterizó por dejar toda su vida plasmada en diarios, menos esa etapa en la que al regresar a La Habana se reecontró con su padre, 20 años después de la separación, y que de aquel encuentro surgiera entre idas y vueltas una relación amorosa bastante significativa para Anaïs.
Wendy consiguió meterse en la vida de Nin y trascribir los diarios que esta nunca escribió, valiéndose para hacerlo de las apenas 12 páginas escritas por la escritora durante ese tiempo y una profunda lectura de documentos y archivos que dejara la escritora. Según Wendy la relación entre Nin y Cuba era casi sexual, una relación de amor muy épica, en un lugar y en un momento en el que empezaba la lucha por la nación cubana.
Además Wendy no se queda con ser una buena poetisa, le gustan las artes en general, se conmueve con la pintura y la escultura y se inspira en ellas para crear, por eso sus obras más que literarias deben describirse de artísticas en general, comparables con cualquier obra plástica o de ilustración.
El exilio y la soledad en «Todos se van»
Una de las obras que ha conseguido posicionar a Wendy en un escalón de prestigio en el ambiente literario es «Todos se van«. Se trata de una novela publicada en forma del diario íntimo de Nieve Guerra (un alterego de la autora) y se encuentra dividida en dos partes: el diario de la infancia y el de la adolescencia. En esta novela se reflejan los cambios y los problemas, adheridos al creciemiento físico y emocional de una niña. Es un diario tierno y desgarrador, escrito sin pudor y en la más absoluta crudeza, como la mayoría de lo que ha escrito Wendy.
Se puede descubrir a través de estas páginas la soledad de una niña cuyo destino está en manos y sumido al deseo de los adultos. Es una niña, no se queja, no compara, no juzga, simplemente quiere sobrevivir y para hacerlo busca en el diario su refugio. Una obra que podría encontrarse entre la narrativa y la prosa poética, aunque a Wendy no le gusta encasillarse en un estilo literario; dice que le gusta jugar, probar e innovar.
En lo que respecta a la madurez del personaje, una de las cosas más características y llamativas de la obra es el nacimiento de la sexualidad de Nieve, donde el papel que cumplen los muchachos con quienes mantiene relaciones es bastante secundario, simplemente como instrumentos para avivar el fuego interno de la protagonista y ayudarla a encontrar y vivir emociones y sensaciones que desconocía completamente. Es una parte que puede llegar a considerarse erótica, pero que apunta principalmente al mundo interior de esa mujer.
Otro de los temas imprescindibles de la obra es el exilio, personas a las que Nieve se encuentra afectivamente ligada encuentran en la huida la única salvación posible. La duda de irse o quedarse va germinando en la protagonista llevándola a diferentes estados emocionales e intelectuales muy fuertes. Según la madre de la protagonista, en Cuba siempre estás hablando y sintiendo la política, seas o no un ser politizado, la política se encuentra en lo que comes, en cómo vistes, en todo y el único modo posible a escapar de eso es huyendo de Cuba.
Por otro lado, se platea el exilio desde un punto de vista más profundo, también se exilian para Nieve aquellas personas que se encierran en sí mismas y no confían en ella; formas diferentes de expresar lo mismo, el agobio, el dolor, la impotencia…
La vida de Wendy Guerra entre poemas y diarios
Wendy también escribe diarios, lo hace desde muy niña al mismo tiempo que escribía poesía y publicaba. Es gracias a esos diarios que se animó a escribir novela y, asegura que estas no se hayan desvinculadas completamente de los diarios, porque siempre hace anotaciones y utiliza pequeñas cosas que ha ido apuntando en sus diarios. Posiblemente esto tenga que ver con que su vida, por lo visto, se construye a través de las páginas de los diarios que ha narrado, por eso ha podido redactar de una manera tan impecable el diario de Anaïs.
Según Wendy, el diario se despliega como una cinta y le parece una construcción narrativa preciosa; cuenta que además publicar sus poesías no ha sido una tarea sencilla, ya que en ellas se encuentra desnuda y no se creía capaz de poder hacerlo, hasta que no se atrevió y lo publicó. A diferencia de su madre, la poetisa cubana Albis Torres, quien según Wendy escribía muy bien, pero nunca se atrevió a separarse de su obra, solo una vez y la obra escogida fue rechazada por los editores.
Pasión por la vida
Anaïs Nin fue una fuente de inspiración importante para Wendy, considera que ella y su madre son las responsables de que se abocara a escribir diarios, por eso sintió la necesidad de publicar una novela acerca de esta excelente escritora. Al hablar de ella los ojos le brillan, la pasión parece carcomerla por dentro y la transmite de una forma pura y cristalina.
Hablar de Wendy no es necesario. Hay leer sus obras y escuchar sus entrevistas: una mujer inteligente, elocuente y con un fuego un interior muy fuerte, capaz de transmitir emociones muy fuertes.
Para terminar os dejo la transcripción de algo que me impactó profundamente. Fue una de sus respuestas a unas preguntas realizadas por los internautas a través del periódico «El País» y que me ha dejado impresionada porque he podido sentir la fuerza con que la artista escribió esas palabras.
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