Balance de la 77ª edición de la Feria del Libro Madrid (#FLM18)


Después de dos semanas de encuentro y pasión lectora, termina la septuagésima séptima edición de la Feria del Libro de Madrid. El balance de este año y la perspectiva de cara al futuro parece esperanzadora porque pese a las lluvias y el mal tiempo el número de visitantes ha sido altísimo y aunque las ventas han sido inferiores a las del año pasado, la visión en general es positiva.
 

Una gran cantidad de lectores aunque menos ventas

Mientras paseaba por la Feria durante los últimos días del encuentro preguntaba a los libreros por su visión del evento. La mayoría coincidían en que ha sido una edición floja en general pero que durante el último fin de semana fue remontando. Probablemente porque tuvieron lugar las firmas más importantes de toda la edición. La afluencia este último fin de semana ha sido multitudinaria; era muy difícil moverse con fluidez a lo largo del Paseo de Carruajes y hubo largas colas en las casetas para conseguir firmas. De hecho, a pesar de las lluvias, la estadística de las visitas roza los 2,2 millones de visitantes, lo que tiene mucho que ver con esa mirada positiva de los editores.

Las estadísticas también revelan que de los 2,2 millones de visitantes que pisaron El Retiro durante estas semanas, casi el 30% eran menores de 25 años, posiblemente impulsado por el protagonismo que han adquirido en los últimos años en este encuentro literario los “booktoubers”. Por otro lado, ha habido una mayor afluencia de mujeres, que estuvo entre un 28% sobre la presencia masculina. Sin duda, una vez más, los grandes responsables del éxito son los muchísimos autores que acudieron a firmar sus obras y a charlar con los lectores. Más de 2.000 autores han pasado por las casetas.

La facturación este año ha sido un poco inferior a la del año pasado, probablemente a causa de las lluvias que han amenazado con aguarnos la fiesta. Los números revelan que se ha hecho un 7% menos de caja en total, en relación de la Feria del 2017. El mal tiempo, que obligó a postergar el acto inaugural y que estuvo amenazando el fluir natural por la Feria durante estas dos semanas, sin embargo, no pudo con el entusiasmo lector y el trabajo apasionado de editores y libreros que mantuvieron sus casetas abiertas y nos recibieron siempre con una sonrisa.

El balance, decía, es positivo, tal como lo detalló Manuel Gil, sin embargo, todavía queda muchísimo trabajo. Pese a que este año el foco estaba puesto sobre la literatura de mujeres, el porcentaje de las firmas siguen dejando en evidencia una mayor presencia masculina. Del mismo modo, al visitar las casetas, en proporción la cantidad de libros escritos por mujeres en primer plano fue bastante inferior, a excepción de ciertas editoriales enfocadas en la escritura de mujeres y de librerías como la bellísima «Mujeres y Cia», que no sólo puso a la vista obras maravillosas escritas por mujeres sino que contó con un decorado precioso, que daban ganas de llevarte a casa.

El futuro de la #FLM

Si bien durante estos días se ha estado hablando de la importancia de darle un giro a este espectáculo. Y se ha hablado de llevarla a cabo en un recinto cerrado, específicamente el Ifema; aparentemente esta idea no cuajará lo suficiente, al menos se cree que el próximo año el encuentro tendrá lugar nuevamente en El Retiro. Así lo expresó Manuel Gil:

poem

Ya hubo un intento similar, cuando en 1979 se intentó reubicar la Feria en la Casa de Campo y las cifras de visitas y resultados fueron realmente desastrosas, al punto de poner en riesgo la edición de la feria del año siguiente.

Aunque la Feria tiene 85 años de vida, fue en 1967 cuando se instaló en El Retiro para quedarse. Desde entonces, sin embargo, los rumores de cambiarla de sitio han sido reincidentes, en gran parte porque se teme por la seguridad medioambiental de este lugar tan importante para el equilibrio de la ciudad y con tanta historia. El problema del espacio, asimismo, suma dificultades para organizarla adecuadamente. Este año, por ejemplo, tuvieron que instalarse casetas más pequeñas para poder incluir a todos los editores y libreros que deseaban participar; y pese a ello, hubo muchos que se quedaron afuera.

Por su parte, la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ha dicho contundente:

poem

Sea como sea, pese al carácter histórico, si se planteara una renovación que colaborara con la participación de más editoriales y que pudiera posicionarse como una Feria más consolidada y cuyo éxito no dependiera de las condiciones climatológicas, igual no sería mala idea planteárselo. Eso argumentan quienes están a favor de que la Feria se traslade, pensando posiblemente en un encuentro de características similares a las ferias del libro más importantes del mundo.

¿Cuál será el futuro de la Feria? No lo sabemos. De momento, queda disfrutar de las muchas lecturas que nos hemos traído. ¡Que viva el Libro!



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